REFLEXIONES SOBRE NOSOTROS MISMOS

[Román Martínez del Cerro]

REFLEXIÓN:



Cinco cosas que la gente lamenta en su lecho de muerte

Testimonio de una enfermera y escritora australiana que pasó varios años de su vida cuidando a enfermos terminales

Bonnie Ware es una enfermera y escritora australiana que pasó varios años de su vida cuidando a enfermos terminales. Recientemente escribió un libro titulado “El top cinco de las cosas que lamentan las personas en su lecho de muerte”. Se trata de las memorias de su vida y cómo ésta fue transformada a través de los arrepentimientos de los enfermos terminales que cuidó.

1. Ojalá hubiera tenido el coraje de vivir una vida fiel a mí mismo, no la vida que otros esperaban de mí. Este fue el lamento más común de todos. Cuando las personas se dan cuenta de que su vida está a punto de terminar y miran hacia atrás con claridad, es fácil ver cuántos sueños no se han cumplido. La mayoría de la gente no había cumplido aún la mitad de sus sueños y tenía que morir sabiendo que era debido a las elecciones que habían hecho, o que no hicieron.



2. Ojalá no hubiera trabajado tan duro. “Esto salió de cada paciente de sexo masculino que cuidé” relata la enfermera. Se perdieron la juventud de sus hijos y la compañía de su pareja. Las mujeres también hablaron de este pesar. Pero como la mayoría eran de una generación anterior, muchos de los pacientes de sexo femenino no había sido el sostén de su familia. Todos los hombres que cuidé lamentaron profundamente el haber gastado tanto sus vidas en la cinta de una existencia de trabajo.


3. Ojalá hubiera tenido el coraje para expresar mis sentimientos. Muchas personas suprimieron sus sentimientos con el fin de mantener la paz con los demás. Como resultado, se conformaron con una existencia mediocre y nunca llegaron a ser lo que eran realmente capaces de llegar a ser. Muchas enfermedades se desarrollan como un resultado relacionado con la amargura y el resentimiento que cargan.


4. Me hubiera gustado haber estado en contacto con mis amigos. A menudo no se dan cuenta realmente de los beneficios de los viejos amigos hasta después de semanas de convalecencia, y no siempre fue posible localizarlos. Muchos de ellos habían llegado a estar tan atrapados en sus propias vidas que habían dejado que amistades de oro se desvanecieran por el paso de los años. Pese a los lamentos profundos acerca de no dar a las amistades el tiempo y el esfuerzo que se merecían.

5. Me hubiese gustado permitirme a mí mismo ser más feliz. Esta es una sorprendentemente común. Muchos no se dieron cuenta hasta el final, que la felicidad es una elección. Se habían quedado atrapados en patrones y hábitos antiguos. El miedo al cambio les había hecho vivir fingiendo a los demás, y a ellos mismos, que estaban contentos. Cuando muy adentro, anhelaban reír de verdad y tener esa estupidez en su vida de nuevo.

Artículo originalmente publicado por lafamilia.info

Curiosas e interesantes reflexiones. Igual es conveniente pensarlas años antes de nuestra muerte.
Saludos,
Román

[Román Martínez del Cerro]

En la actualidad muchas personas piensan que en la sociedad faltan principios o valores éticos. Esta falta o crisis de esos valores, piensan que repercute en los comportamientos sociales. Estos comportamientos sociales, en ocasiones, no son lo ejemplares que se esperan. Esto parece que ocurre en todos los niveles sociales, aunque son más conocidas las actuaciones en personas relevantes o conocidas.
Pero, ¿qué son esos principios o valores? Pienso que son la base o el fundamento sobre la que tomar una buena decisión. Por poner un ejemplo, en contabilidad, los principios contables son aquellas reglas o conductas, generalmente aceptadas, que su uso o utilización nos conducen a la realización de una buena y fiable contabilidad.
La tenencia y seguimiento de unos principios o valores sociales nos ayudaran a realizar un comportamiento social correcto.
El problema está en la falta, el desconocimiento o la desobediencia de estos principios o valores sociales. Es algo que a nivel personal repercute de forma importante en nuestro entorno. Repercute en la sociedad en la cual vivimos.
De pequeño nos enseñaban que la materia puede estar en tres estados: En estado sólido, en estado liquido o en estado gaseoso. Pues también parece que los principios o valores éticos los podemos tener en estado sólido, con buenos cimientos y por tanto, nuestro comportamiento debería ser el correcto. Pero también los podemos tener en estado líquido, mucho más correosos o adaptables al medio e incluso en estado gaseoso, volátil. Muchas veces tan volátil que se nos escapan de nuestro control y realizamos acciones impropias o inadecuadas.
Parece evidente la importancia de una sociedad donde las personas que la forman tengan unos sólidos principios éticos. Para alcanzar esta formación, solo existen dos procedimientos: la educación y el buen ejemplo que nos guíe. Una sociedad con individuos formados será indiscutiblemente una sociedad mejor.
Saludos,
Román

[Román Martínez del Cerro]

Origen del machismo:
De forma reiterada nos sorprendemos con la violencia de genero. El maltrato, generalmente del hombre hacía la mujer, que en muchas ocasiones llega hasta sus últimas consecuencias. Mayoritariamente podemos hablar de un machismo salvaje.
De pequeño, definíamos a la persona como: “Animal racional”. Esa racionalidad distingue a las personas del resto de animales, los animales irracionales. Las personas actúan de forma racional y los demás animales actúan según sus instintos.
Pues, por desgracia, no todas las personas actúan de forma racional. Ese “animal racional”, que es una persona, deja de razonar. Se olvida de lo racional. Se queda solo y exclusivamente con la parte “animal” de su personalidad. En este caso impera la Ley de la Selva. El fuerte se come al débil. El hombre, generalmente más fuerte que la mujer, abusa de su superioridad física en detrimento de la mujer.
En estos casos, el hombre, animal racional, se olvida del segundo atributo y se convierte, simple y llanamente, en eso, en animal.
Para evitar que esto ocurra, igual que en otros muchos casos de la vida, es necesario que el hombre fomente su racionalidad. Esta racionalidad, que debe tener el hombre de forma natural, debe ser fomentada por la educación y el buen ejemplo que reciba fundamentalmente en sus años jóvenes. Años en los que, junto al desarrollo físico, se desarrolla la personalidad moral de las personas.
Saludos,
Román

[Román Martínez del Cerro]

Trabajo, honradez, orden, disciplina, esfuerzo, estudio, etc. son los caminos naturales para alcanzar el éxito. Intentar saltarse todo esto, para conseguir directamente ese éxito, es conseguir el mayor fracaso.
Decía Einstein: “En lugar de ser un hombre de éxito busca ser un hombre de valor: lo demás llegará naturalmente”.
Saludos,
Román

[jose guasch cañas]

Lo escrito por ti, lo firmaría ahora mismo. Un abrazo.

[Miguel Henarejos]

Bueno yo estoy reflexionando sobre el tema del programa de los Encuentros Nacionales.
A fecha de hoy no hay programa para el Encuentro de Malaga, y otros Encuentros ya lo tenian hace meses,puede ser quer todavia haya tiempo,no lo se. El problema es de los nuevos Ayuntamientos que estan ya formados y estan por sus cosas y no se que pasará,me consta que los organizadores hacen lo que pueden y mas.
Pienso que al menos hay muchos compañeros como yo que nos gusta el tema de los recibimientos por el Ayuntamiento las visitas,incluso comidas en los cuarteles,como en Ceuta,etc,habra muchos compañeros que no les guste este tema y que yo los respeto, pero tambien somos muchos que si nos gusta.
Con los nuevos Ayuntamientos no se que pasara sobre este tema y yo pienso,pues el pensar es libre,que si estas cosas no se hacen,en lugar de ser la "Asociacion Nacional de Veteranos Mili Sahara" pasaremos a ser "La Asociacion Nacional de Jubilados" (Sucursal del Imserso.

Un saludo a todos.

[Antonio Villegas]

Miguel como tu muy bien dices ya tendría que estar puesto el programa. Pero también te digo que los Ayuntamientos ahora mismo están super liados, el de Torremolinos van a gobernar cuatro partidos, nos han comentado que hasta el 15 o 20 de Septiembre no nos podrán recibir y en el de Málaga no se cuantos partidos lo harán. Estamos pendientes de muchos detalles, pero yo creo que para la semana que viene o la otra ya tendremos algo.
Espero haber contestado en parte a tu pregunta y no tengas ninguna duda de que estamos trabajando para conseguir cosas.
Un saludo Antonio

[Román Martínez del Cerro]

Minuto de Silencio

Recuerdo, hace muchos años, como al recordar a un ser querido o a una persona conocida que había fallecido se rezaba un Padre Nuestro por su alma. Eran años en los que “todos oficialmente” éramos creyentes y de la misma creencia, la Católica.
Hoy, afortunadamente, tenemos libertad de Credo y cada uno cree en aquello que sus convicciones le hacen creer. Incluso podemos no creer, si nuestra inteligencia así nos hace pensar.
Nuestra Fe, o no y nuestra Religión, o no, es hoy más personal y libre.
Pero esto, que indudablemente es bueno, nos ha dejado sin contenido algunas manifestaciones de Fe, expresadas de forma colectiva, que antes manifestábamos. Me refiero, por ejemplo, a ese Padre Nuestro que hace años podíamos recitar públicamente por algún ser querido.
Por respeto a otras creencias o no creencias, se han sustituidos estas manifestaciones por “minutos de silencio”. Y, al menos para mi, no es lo mismo.
En ese minuto de silencio, el creyente puede por ejemplo rezar interiormente. Pero nadie le obliga a ello. Puede pensar en la persona a la que se le recuerda, aunque tampoco está obligado a ello. Incluso puede, por desgracia, no hacer caso de ese silencio y seguir a lo suyo.
Para evitar estos actos de poca educación, a veces se recurre a la interpretación de alguna música acorde con lo que recordamos.
En ocasiones me pregunto: ¿Puede molestar a alguien que yo públicamente haga una manifestación de Fe? No parece que haya motivo para ello, siempre que se respete a los demás.
En funerales militares se suelo interpretar marchas fúnebres como: “La muerte no es el final”.
Por su belleza lírica y por su hondo sentido, estos himnos llenan, en mi opinión, estos momentos mucho más acertadamente que “un minuto para no hacer nada”.
El individuo es eso, individuo. Pero cuando está junto a otros, pasa a ser un ser social y como tal, también tiene derecho a manifestarse.

Saludos cordiales,

Román

[angel perez mata]

Minuto de Silencio

Recuerdo, hace muchos años, como al recordar a un ser querido o a una persona conocida que había fallecido se rezaba un Padre Nuestro por su alma. Eran años en los que “todos oficialmente” éramos creyentes y de la misma creencia, la Católica.
Hoy, afortunadamente, tenemos libertad de Credo y cada uno cree en aquello que sus convicciones le hacen creer. Incluso podemos no creer, si nuestra inteligencia así nos hace pensar.
Nuestra Fe, o no y nuestra Religión, o no, es hoy más personal y libre.
Pero esto, que indudablemente es bueno, nos ha dejado sin contenido algunas manifestaciones de Fe, expresadas de forma colectiva, que antes manifestábamos. Me refiero, por ejemplo, a ese Padre Nuestro que hace años podíamos recitar públicamente por algún ser querido.
Por respeto a otras creencias o no creencias, se han sustituidos estas manifestaciones por “minutos de silencio”. Y, al menos para mi, no es lo mismo.
En ese minuto de silencio, el creyente puede por ejemplo rezar interiormente. Pero nadie le obliga a ello. Puede pensar en la persona a la que se le recuerda, aunque tampoco está obligado a ello. Incluso puede, por desgracia, no hacer caso de ese silencio y seguir a lo suyo.
Para evitar estos actos de poca educación, a veces se recurre a la interpretación de alguna música acorde con lo que recordamos.
En ocasiones me pregunto: ¿Puede molestar a alguien que yo públicamente haga una manifestación de Fe? No parece que haya motivo para ello, siempre que se respete a los demás.
En funerales militares se suelo interpretar marchas fúnebres como: “La muerte no es el final”.
Por su belleza lírica y por su hondo sentido, estos himnos llenan, en mi opinión, estos momentos mucho más acertadamente que “un minuto para no hacer nada”.
El individuo es eso, individuo. Pero cuando está junto a otros, pasa a ser un ser social y como tal, también tiene derecho a manifestarse.

Saludos cordiales,

Román

Tu afirmación "Para evitar estos actos de poca educación, a veces se recurre a la interpretación de alguna música acorde con lo que recordamos." es inapropiada, en primer lugar por no ser éste un lugar para escribir sobre religión y en segundo lugar porque me ofendes a título personal.

[Román Martínez del Cerro]

Estimado Angel, leyendo fuera de contexto la frase que no te gusta, efectivamente muy posiblemente sea debido a que me he explicado mal. Yo he querido referirme, poco afortunadamente, a las ocasiones que por ejemplo antes de un encuentro deportivo se señala “un minuto de silencio” por algún fallecido relacionado con el acto. En ocasiones, el público asistente, no respeta ese silencio y sigue hablando, gritando o simplemente no atendiendo ese requerimiento. En ocasiones, para evitar este tipo de cosas he visto que ponen una música con cierto volumen, que ayuda al minuto de silencio. A estos casos son los que yo me refiero. Poca educación por no respetar debidamente un minuto de silencio. No digo que sea siempre ni mucho menos que tu te encuentres entre los que no lo respetan.
Visto así, supongo, espero y deseo que esta opinión no te ofenda. No me parece que tenga nada que lo justifique. Comprenderás que nada mas lejos de mi intención. Y, si a pesar de todo te sigue molestando, pues mis disculpas y si quieres la suprimimos. Tampoco pasa nada por no ponerla. Ya me dirás que te parece.
A veces estoy muy ocupado y tengo poco tiempo, otras sin embargo dispongo de tiempo y por aportar algo a nuestra página web escribo de los que se me ocurre. Pero si lees mis escritos, siempre procuro ser respetuoso con todos, faltaría más. Aunque en algunas ocasiones no sean mis escritos muy afortunados. En este caso me refería a esas costumbres de los “minutos de silencio”. Sin más.
Un cordial saludo Angel,
Román

[angel perez mata]

Hola Román, aceptada, nada más que comentar.
Cordiales saludos y felices fiestas.

Estimado Angel, leyendo fuera de contexto la frase que no te gusta, efectivamente muy posiblemente sea debido a que me he explicado mal. Yo he querido referirme, poco afortunadamente, a las ocasiones que por ejemplo antes de un encuentro deportivo se señala “un minuto de silencio” por algún fallecido relacionado con el acto. En ocasiones, el público asistente, no respeta ese silencio y sigue hablando, gritando o simplemente no atendiendo ese requerimiento. En ocasiones, para evitar este tipo de cosas he visto que ponen una música con cierto volumen, que ayuda al minuto de silencio. A estos casos son los que yo me refiero. Poca educación por no respetar debidamente un minuto de silencio. No digo que sea siempre ni mucho menos que tu te encuentres entre los que no lo respetan.
Visto así, supongo, espero y deseo que esta opinión no te ofenda. No me parece que tenga nada que lo justifique. Comprenderás que nada mas lejos de mi intención. Y, si a pesar de todo te sigue molestando, pues mis disculpas y si quieres la suprimimos. Tampoco pasa nada por no ponerla. Ya me dirás que te parece.
A veces estoy muy ocupado y tengo poco tiempo, otras sin embargo dispongo de tiempo y por aportar algo a nuestra página web escribo de los que se me ocurre. Pero si lees mis escritos, siempre procuro ser respetuoso con todos, faltaría más. Aunque en algunas ocasiones no sean mis escritos muy afortunados. En este caso me refería a esas costumbres de los “minutos de silencio”. Sin más.
Un cordial saludo Angel,
Román

[Román Martínez del Cerro]

Buenas tardes Angel, igualmente Feliz Navidad. Saludos.
Y para no perder la costumbre, una pequeña reflexión sobre el mismo tema, El Silencio.

La necesidad del silencio

La vida actual es intensa. Acelerada. Ruidosa. Creo que todos necesitamos encontrar un rato de silencio. Una isla donde apartarnos y poder escuchar nuestro interior. Un lugar para la meditación.

Decía un poeta amigo:

“Aquel silencio profundo
era una voz interior
esa voz honda que a veces
se escucha en el corazón”

O Alex Campos, que lo quiere evitar:

“El sonido del silencio,
el que no quiero escuchar,
es aquella noche fría,
la que quiero evitar,
el sentirme descubierto
cuando el sol me quemará”

Saludos,
Román

[Román Martínez del Cerro]

En este apartado de reflexiones y el día de reflexión cuesta trabajo no poner un par de letras sobe el asunto. Quede claro que sin hablar de política, de fútbol y mucho menos de religión.
“El minuto de silencio” y “El día de reflexión” tienen ciertas semejanzas, aunque no es exactamente lo mismo. Entre otras diferencias está la duración: un minuto frente a mil cuatrocientos cuarenta minutos. También sobre lo que pensamos, en el minuto, el fallecido, para lo bueno o para lo no tan bueno, descansa en paz. En el segundo supuesto, al menos durante los próximos cuatro años, se nos asegura que no descansaran. Por lo tanto, está claro que no es exactamente lo mismo. El “minuto de silencio” con una suave música se hace más liviano. En nuestro “día de reflexión”, ni con el concierto de Año Nuevo tendremos suficiente para cubrir todo el tiempo.
Es como una boda y un entierro. La boda tiene todo una vida por delante y el entierro la ha tenido por detrás. Claro que los hay tan agarrados que prefieren los entierros a las bodas, por el simple hecho que no hay que regalar nada el fallecido.
En fin y hablando algo más en serio: yo deseo que los políticos piensen más en nosotros que lo que a nosotros nos obligan pensar de ellos.
Saludos,
Román

[Román Martínez del Cerro]

REFLEXIÓN:



SERIO CONSEJO



Un grupo de profesores de universidades norteamericanas se dirigieron a la Madre Teresa de Calcuta y le dijeron:



- Por favor, díganos algo que pueda ayudarnos en nuestra vida.

- La Madre Teresa se limitó a contestar

- Sonrían. Lo digo completamente en serio.

[Román Martínez del Cerro]

Me envían las siguientes reflexiones:
REFLEXIÓN:

Las dificultades



1. Las dificultades en la vida son como el viento que te da de frente cuando corres.
Dificulta la velocidad, pero a la vez refresca la cara.
Lo que es estorbo, se convierte en facilidad.



2. Las dificultades en la vida te regalan una doble satisfacción: la de haber triunfado y la de demostrarte a ti mismo que tú eres más grande que ellas.



3. Las dificultades en la vida son como el picante en la comida: pica, pero luego te abre más el apetito.



4. Las dificultades en la vida, unas veces te las ponen los demás.
Pero la mayor parte te las ponen por delante tus propios miedos.



5. Las dificultades en la vida, sólo se ven mientras estás corriendo.
No cuando ya has llegado a la meta.
Desde el triunfo, los obstáculos, aun los más grandes, todos parecen pequeños.



6. Las dificultades en la vida hay que saltarlas.
Si te empeñas en llevártelas por delante te harán tropezar y caer.
Si te detienes a contemplarlas, pierdes tiempo en la competencia. 
Sáltalas como los atletas en las pistas de carreras con obstáculos.



7. Las dificultades en la vida son como los obstáculos en las carreras.
Luego de que tú has pasado, alguien los quita y la pista vuelve a quedar limpia.