REFLEXIONES SOBRE NOSOTROS MISMOS

[Román Martínez del Cerro]

Con frecuencia muchos padre se quejan del comportamiento de sus hijos. Recuerdan los sacrificios que han hecho por su educación y sin embargo, en muchas ocasiones, no obtienen el fruto deseado.

Pienso que existen dos armas infalibles para conseguir una buena educación:
La primera es tratar con cariño, con amor, siempre a nuestros hijos.
La segunda es predicar con nuestro ejemplo. “Obras son amores y no buenas razones”.

Decía J. Brown: “Vive de tal modo que, cuando tus hijos piensen en la justicia y en la integridad, piensen en Ti.”

Saludos,
Román

[jose guasch cañas]

Gracias Ramón por tus siempre acertadas reflexiones.Un abrazo.

[Román Martínez del Cerro]

Las gracias a usted, mi coronel. Hay veces que me planteo si estas reflexiones pueden interesar a alguien o no. Otras incluso, si pueden molestar. Pienso que, al menos molestar no parece, pero no se sabe. Su comentario es un estímulo, para mi necesario. Muchas gracias.
Mi intención, como usted supondrá, es darle algo de vida a la página. En la página hemos pasado muy buenos ratos. Hemos recordados momentos de nuestra juventud, pero sobre todo ha sido el camino de nuevas amistades.
Un fuerte abrazo,
Román

[Román Martínez del Cerro]

El Síndrome Sahariano

Hace muchos años tenía yo un buen amigo que pasó muchos años en el entonces Sahara Español. Más de diez años de su vida los pasó, por motivos profesionales, en aquellas tierras. Hablo de los años cincuenta y sesenta. En vacaciones nos veíamos. Yo un niño y él, en aquellos años, una persona adulta pero joven. Con mucho empuje. Con grandes ideales. Yo me quedaba embelesado cuando le oía contar cosas del Sahara. Nos enseñaba fotos. Nos contaba historias. Nos explicaba como era la vida en aquella parte del mundo. Este amigo se transformaba cuando hablaba o cuando recordaba cosas del Sahara.

Años después, ya en el 1974, descubro que tengo que prestar mi Servicio Militar en el Sahara. En ese momento me vienen a mi memoria las viejas historias de mi amigo. Intento ponerlas en pié. Intento localizar lugares de los que tanto había oído hablar. Mi amigo vivía en un lugar lejano como para acudir a él para que me refrescara mi memoria. Por ello y para suplirle, acudo a un compañero de facultad que había prestado su Servicio Militar en el Sahara. Fue mucho más concreto: “Román, una cosa te puedo decir con seguridad, no se te olvidará en tu vida”.

Han tenido que pasar muchos años para entender, en toda su magnitud, lo que le ocurría a mi viejo amigo o lo que sufría mi compañero de facultad. Estaban sufriendo lo que yo sufro actualmente: El “Síndrome del Sahara”,

Lejanía. Soledad. Pobreza extrema. Paso de la vida civil a la vida militar. Falta de agua. Ambiente de extrema aridez. Otra cultura. Otras razas. Falta de medios materiales a los que estabamos acostumbrados. Clima seco pero con enormes contrastes de temperatura. Viento constante, a veces agobiante. Una fauna muy distinta. Falta de vegetación. Arena, arena, arena.... Piedras, piedras, piedras.....
Todo estos factores pulían nuestras entonces jóvenes personalidades. Era difícil no padecer, con posterioridad, el por mi llamado: Síndrome del Sahara.

Es imposible que una foto, por muy buena que este sea, pueda expresar este sentimiento. La portada de esta web, con sus actuales cinco fotos: Entrada al BIR, Nómadas a camellos, Acampada saharagui, Patrulla Militar en vehículos todo terreno y Jaimas de Nativos intentan de forma afortunada acercarse a esa realidad. Muchas de las fotos de Joan Bordas, como por ejemplos las del reparto de agua por los militares a los nativos, nos ayudan a entender este fenómeno.

Saludos,

Román

[Román Martínez del Cerro]

Nuestro servicio militar estaba reglado. Un periodo de formación. Unos destinos. Una disciplina. Unos mandos. Unas órdenes. Unos deberes. Unos servicios. etc. etc.
Sin embargo en determinados momentos, quizás no muchos o quizás más de lo previsto, nos tuvimos que enfrentar a situaciones no regladas. Situaciones comprometidas que, o no estaban previstas o si lo estaban, nosotros, o mejor dicho yo, desconocía cual debería ser la postura correcta que debería tomar.
Recuerdo varias situaciones de este tipo. Situaciones que en mi caso las resolví con sentido común e indudablemente con algo de suerte. Por fortuna todas tuvieron un final feliz. Pero podrían haber tenido otro final. En todas ellas hubo un “jugármela”.
No quiero alargarme en los detalles, pero supongo que a otros compañeros les pudo pasar igual.
Al fin de cuentas, “la vida es personal e intransferible”. Cada uno y solo nosotros somos responsables de nuestras acciones. Para lo bueno o para lo malo.
Saludos,
Román

[Román Martínez del Cerro]

Una vieja historia decía que entre los novios, primero hablaba ella y él escuchaba. Pasado el tiempo, hablaba él y ella escuchaba. Luego se casaban y hablaban los dos y escuchaban los vecinos.
¿Porqué en los enfados se levanta el tono de voz? Posiblemente debe haber efectos físicos, aumento de adrenalina, pero sobre todo efectos psíquicos. La distancia entre los posicionamientos es cada vez mayor. El entendimiento, por tanto, cada vez menor. Se pretende, elevando el tono de voz, cubrir esa cada vez mayor distancia entre lo que piensa uno y lo que piensa el otro.
El problema está en que cada vez la distancia es mayor y se hace imposible saltarla con el simple aumento del volumen de voz.
Para estos casos, un solo arreglo, acortar las distancias. Esto solo se consigue con un diálogo sosegado y un acercamiento de posiciones. Si las distancias son menores, nos sobraran muchos gritos.
Al menos, eso me parece a mi.
Saludos,
Román

[Román Martínez del Cerro]

Mi equivocación en el Sahara:
El pasar del tiempo ayuda al análisis de nuestras actuaciones. A veces pensamos en nuestros posibles aciertos. En otras ocasiones debemos reconocer nuestros errores.
Por naturaleza o forma de ser, cada uno tenemos nuestra tendencia para actuar de una determinada manera. En mi caso tengo una tendencia clara por viajar ligero de equipaje.
En el caso de mi obligado viaje al Sahara, mucho más. Todo me sobraba.
Me sorprende ver como compañeros fueron al Sahara con cosas tan originales como una guitarra. Mientras muchos recibían paquetes, yo tuve que enviar paquetes del Sahara a mi casa. Concretamente ropa que me entregaron en el BIR. Esa ropa lo que hacía era agobiarme en un desordenado petate. ¿Qué utilidad podrían tener aquellos calzoncillos, que al poco de usarlos, aumentaban varias tallas de tamaño? ¿Qué hacer con aquella colección de camisetas, prenda que por el clima en donde siempre he vivido, no la utilizo jamás?
Esa tendencia fue el origen de mi error. Muchos compañeros, en esta página, me lo han demostrado.
Mi error fue ir al Sahara sin mi cámara fotográfica.
Ese error ya no tiene solución. Gracias a ésta página y a muchos compañeros, en parte, ese error ha disminuido. En parte se ha compensado con tantas fotos de compañeros.
Saludos y gracias a todos,
Román

[Román Martínez del Cerro]

Un ex-convicto de un campo de concentración nazi fue a visitar a un amigo que había compartido con él tan penosa experiencia.

”¿Has olvidado ya a los nazis?” le pregunto a su amigo.

“Si”, dijo este.

”Pues yo no. Aún sigo odiándolos con toda mi alma.”

Su amigo le dijo apaciblemente:

”Entonces, aún siguen teniéndote prisionero.”

Esta reflexión es de Carlos Recarey y desde luego la hago propia. Carlos nos recuerda:

“Nuestros enemigos no son los que nos odian,

sino aquellos a quienes nosotros odiamos.”

Saludos,
Román

[Roberto Maseda Legaspi]

Antes de que se consuma el actual mes de Mayo me gustaría intentar dedicarle unas palabras, pues ha sido el mes más importante en mi corta vida militar. A pesar de ser el mes del comienzo, y de ser el más lejano en el tiempo, Mayo ha sido mi gran desafío, ha sido el mes de un importante cambio social entre la vida civil y el comienzo de una vida militar tan desconocida para mí. Ha sido un cambio de clima brutal, de un clima más o menos suave y húmedo de mi tierra, a un clima seco y de unas temperaturas extremadamente altas. De un color verde a un color amarillento y amarronado, y ¡como no! de una libertad a una sujeción militar.
Pienso que después de 45 años de seguir recordando éste mes quiere esto decir, que no ha sido nada fácil asimilar estos cambios, por eso yo, guardo un recuerdo imborrable de éste mes de Mayo del 69, cuando recientemente había cumplido los 22 años
Todos los años en éste mes recordé mi servicio militar incluso antes de haber conocido la pagina Web y de tener contacto con algún compañero. Algún año he puesto algunas vivencias, pero creo que ya están bastante expuestas y no es preciso repetirlas, aunque por supuesto muchas de ellas se me habrán olvidado y por tanto no las he comentado.

Un abrazo a todos los Saharianos
Roberto Maseda

[Dionisio Valiente Galán]

Qué grande eres Robertiño!!!.. Y cómo me acuerdo siempre de aquel consejo que nos distes en el Mayo de 1970, con tu característico acento... Ya veis todo pasa, paciencia que un año transcurre rápido... Sí pero fue en el Sahara y en Smara: una experiencia marcada para el resto de nuestras vidas.-
un abrazo
Dionisio el de Alcántara y de Smara ATN 70-71

[Roberto Maseda Legaspi]

¡Que gran memoria tienes Dionisio! Si yo tuviese la misma que tú, escribiría un libro, o como mínimo contaría más anecdotas, así que anímate y cuentanos algo más.
Es cierto que "Mayo del 69" me marcó bastante, pero tampoco puedo olvidar los recuerdos de "Mayo del 70" pues entre otras cosas fué el mes en que me licencié. Los dos meses fueron dificiles, no se cual sería más, ya que me licenciaron con cerca de un mes más de mili. Como tú sabrás, el 2º llamamiento del Remplazo de 1968 hizo un año de mili, excepto los que no habían disfrutado de permiso, que hicieron un mes menos, osea once meses. Yo tenía que estar entre estos ultimos, pero alguna "Lumbrera Militar" me dejó pudrirme en una patrulla, hasta que mis compañeros se encontraban con sus familias en la Peninsula.
Mi Madre me reclamaba, y le contestaban que no se preocupara, que yo estaba bien, y que además me mandarían en un tipo de transporte "gratis" (como haciendome un favor). Y así fué, tarde mal y nunca me bajaron al Aaiun y me embarcaron en un avión militar con destino a Getafe. Osea que me licencié con todos los que habían ido de permiso. Por supuesto que tengo pruebas de todo esto, !pero ya sabes! a reclamar al Maestro Armero.
Un abrazo Dionisio

[Jose Hernandez Murcia]

Hola a todos,
Trasteando por Internet, he bajado una Orden del año 1968 referente a los haberes de la Policía Territorial del Sáhara. Se trata de la “Orden de 2 de octubre de 1968 reguladora del régimen de haberes del personal de tropa de la Policía Territorial del Sáhara”; BOE 245, 11 de octubre de 1968.
Divide la tropa en tres categoría: Cabo primero, Cabo y Soldado, y dentro de estos empleos, el sueldo, la remuneración por permanencia en el servicio activo, las pagas extraordinarias y las gratificaciones por la prestación de servicios especiales, estaban en función de los años de servicio; indicando cuatro apartados: desde el inicio hasta el segundo año; de tres a cinco años de servicio, de seis a ocho años de servicio y después de ocho años de servicio.
Las dos pagas extras (una en julio y la otra en diciembre), se cobraban a partir del tercer año de servicio activo. La cuantía era la suma del sueldo más el premio de permanencia (trienios)
En cuanto al complemento familiar, tenían derecho a esta prestación los casados sin hijos y viudos con hijos menores de 23 años (500 ptas.). Los casados con hijos menores de 23 años (1000 ptas.).
La indemnización por residencia variaba desde las 1.200 para el cabo primero, las 600 del cabo, hasta las 350 pesetas para el soldado.
Como ejemplo tenemos: el soldadito raso, hasta cumplir dos años de servicio activo, 600 ptas. de sueldo, más 350 de indemnización por residencia más 15 ptas. de indemnización por agua. Además de la prestación familiar en el caso de tener derecho a este complemento.
Saludos,
José Hernández Murcia

[Diego Padrón Lorenzo]

Sin comentarios.......





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El Loco de Smara

[Román Martínez del Cerro]

REFLEXION:

Los niños, en nuestro caso los nietos, son como esponjas. Asimilan todo lo que está en su entorno. Por ellos la importancia, para su educación, de contar con un entorno apropiado.

Los niños aprenden lo que viven

Si los niños conviven con las críticas,
aprenden a condenar.

Si los niños conviven con la hostilidad,
aprenden a pelear.

Si los niños conviven con el miedo,
aprenden a ser cobardes.

Si los niños conviven con la compasión,
aprenden a compadecerse de sí mismos.

Si los niños conviven con el ridículo,
aprenden a ser tímidos.

Si los niños conviven con los celos,
aprenden lo que es la envidia.

Si los niños conviven con la vergüenza,
aprenden a sentirse culpables.

Si los niños conviven con la tolerancia,
aprenden a ser pacientes.

Si los niños conviven con el estímulo,
aprenden a estar seguros de sí.

Si los niños conviven con el elogio,
aprenden a apreciar.

Si los niños conviven con la aprobación,
aprenden a gustarse a sí mismos.

Sí los niños conviven con la aceptación,
aprenden a encontrar amor en el mundo.

Si los niños conviven con el reconocimiento,
aprenden a tener un objetivo.

Si los niños conviven con la generosidad,
aprenden a ser generosos.

Si los niños conviven con la sinceridad y el equilibrio,
aprenden lo que son la verdad y la justicia.

Si los niños conviven con la seguridad,
aprenden a tener fe en sí mismos y en quienes los rodean.

Si los niños conviven con la amistad,
aprenden que el mundo es un bello lugar donde vivir.

Si los niños conviven con la serenidad,
aprenden a tener paz mental.

¿Con qué están conviviendo nuestros nietos?

Saludos,

Román

[jose guasch cañas]

En completo acuerdo. No puedo agregar nada más,está dicho todo.

Magnífico ejemplo el de la esponja.

Un abrazo.