Barcelona...contra Picasso
Publicado: 04 Nov 2011 10:35
Esto escriba Antonio Burgos el 12.04.2004.
Barcelona, contra Picasso
Lo veremos en las carreteras, a la entrada de los pueblos. Como unos letreros ponen que no se permite la venta ambulante y otros anuncian un "municipio antinuclear", pronto habrá carteles que digan: "Término municipal antitaurino". El diseño del logotipo no será difícil. Bastará poner el toro de Osborne con la tachadura de lo prohibido. En Barcelona ya están encargándolos. El Ayuntamiento ha aprobado la declaración de la Ciudad Condal como antitaurina. No tiene competencias en materia taurina, pero da lo mismo. Los toros son un símbolo de España, perdón, del Estado Español, y por algo hay que empezar. No me extrañaría que tras mostrarse "contrario a la práctica de las corridas de toros", el Ayuntamiento de Barcelona se mostrase contrario al consumo de paella y de sangría, a los tablaos flamencos y al tañido de la guitarra, símbolos todos de la cultura española, perdón, del Estado Español. Por lo mismo, los Mozos de Escuadra asumieron las competencias de Tráfico, para no ver los tricornios de la Guardia Civil que los turistas compran como recuerdo de España.
La plaza Monumental de Barcelona, claro, es un símbolo de la opresión centralista. No hay derecho, Hay que derribarla como símbolo del oprobio, y erigir en su solar un monumento conmemorativo en loor del Tripartito, por ejemplo. Tan simbólica del centralismo español es la Monumental que la proyectó en 1914 el arquitecto modernista Joaquím Raspall i Mayol y que la amplió luego Ignasi Mas i Morell. Dos arquitectos de Madrid, como ven. La plaza alcanzó todo su esplendor artístico con un empresario que era puro centralismo; tanto, que se llamaba Pere Balañá Espinós. Allí presenció muchas corridas un bárbaro partidario de la tortura de los animales, que se llamaba Pablo Picasso, un pintamonas que dibujó la Tauromaquia que ahora se expone en el Museu del Carrer Montcada. Los toreros que triunfaron en Barcelona, claro, eran todos puros representantes del centralismo. Andaluces y gentuza de esa calaña, como Mario Cabré, Lluis Barceló, Josep María Clavel o Joaquim Bernadó.
Espero que, en puertas de la Feria de San Isidro, con el mismo ardor que Barcelona se ha declarado contra los toros, Madrid se pronuncie como ayuntamiento taurinísimo y que incluso durante la aprobación de la moción el salón de plenos tenga un olor a habanos de tendidos de sombra que dé gloria olerlo. Y la Comunidad de Madrid, propietaria de la plaza de Las Ventas, a las que buenas rentas saca, Autonomía Taurina. Ronda con su Maestranza, Sevilla con la suya, Jerez con los relojes que para el capote de Rafael de Paila deben urgentemente votar en pleno la declaración de Ciudades Taurinas. Nada digo de Pamplona. ¿Qué va a ser de San Fermín si Pamplona se declara "contraria a la práctica de las corridas de toros"? Por si hace falta argumentario para esas mociones, apunten los alcaldes sólo unos cuantos nombres: García Lorca, Picasso, Goya. En Barcelona no han votado contra los toros. Han votado contra tres españolistas de mucho cuidado como Picasso, Goya y García Lorca.
Un cordial saludo para "el pistolo" Albert Marin
Barcelona, contra Picasso
Lo veremos en las carreteras, a la entrada de los pueblos. Como unos letreros ponen que no se permite la venta ambulante y otros anuncian un "municipio antinuclear", pronto habrá carteles que digan: "Término municipal antitaurino". El diseño del logotipo no será difícil. Bastará poner el toro de Osborne con la tachadura de lo prohibido. En Barcelona ya están encargándolos. El Ayuntamiento ha aprobado la declaración de la Ciudad Condal como antitaurina. No tiene competencias en materia taurina, pero da lo mismo. Los toros son un símbolo de España, perdón, del Estado Español, y por algo hay que empezar. No me extrañaría que tras mostrarse "contrario a la práctica de las corridas de toros", el Ayuntamiento de Barcelona se mostrase contrario al consumo de paella y de sangría, a los tablaos flamencos y al tañido de la guitarra, símbolos todos de la cultura española, perdón, del Estado Español. Por lo mismo, los Mozos de Escuadra asumieron las competencias de Tráfico, para no ver los tricornios de la Guardia Civil que los turistas compran como recuerdo de España.
La plaza Monumental de Barcelona, claro, es un símbolo de la opresión centralista. No hay derecho, Hay que derribarla como símbolo del oprobio, y erigir en su solar un monumento conmemorativo en loor del Tripartito, por ejemplo. Tan simbólica del centralismo español es la Monumental que la proyectó en 1914 el arquitecto modernista Joaquím Raspall i Mayol y que la amplió luego Ignasi Mas i Morell. Dos arquitectos de Madrid, como ven. La plaza alcanzó todo su esplendor artístico con un empresario que era puro centralismo; tanto, que se llamaba Pere Balañá Espinós. Allí presenció muchas corridas un bárbaro partidario de la tortura de los animales, que se llamaba Pablo Picasso, un pintamonas que dibujó la Tauromaquia que ahora se expone en el Museu del Carrer Montcada. Los toreros que triunfaron en Barcelona, claro, eran todos puros representantes del centralismo. Andaluces y gentuza de esa calaña, como Mario Cabré, Lluis Barceló, Josep María Clavel o Joaquim Bernadó.
Espero que, en puertas de la Feria de San Isidro, con el mismo ardor que Barcelona se ha declarado contra los toros, Madrid se pronuncie como ayuntamiento taurinísimo y que incluso durante la aprobación de la moción el salón de plenos tenga un olor a habanos de tendidos de sombra que dé gloria olerlo. Y la Comunidad de Madrid, propietaria de la plaza de Las Ventas, a las que buenas rentas saca, Autonomía Taurina. Ronda con su Maestranza, Sevilla con la suya, Jerez con los relojes que para el capote de Rafael de Paila deben urgentemente votar en pleno la declaración de Ciudades Taurinas. Nada digo de Pamplona. ¿Qué va a ser de San Fermín si Pamplona se declara "contraria a la práctica de las corridas de toros"? Por si hace falta argumentario para esas mociones, apunten los alcaldes sólo unos cuantos nombres: García Lorca, Picasso, Goya. En Barcelona no han votado contra los toros. Han votado contra tres españolistas de mucho cuidado como Picasso, Goya y García Lorca.
Un cordial saludo para "el pistolo" Albert Marin