Las Navidades en el Sahara
- Fernando J. de la Cuesta
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Las Navidades en el Sahara
LAS NAVIDADES EN EL SAHARA.
Este es un tema que toque en el Libro Diario ya hace algún tiempo.
Por suerte o por desgracia, más bien esto ultimo, me toco pasar las Navidades del 68 en el Sahara y os puedo asegurar que es algo que no se olvida, fueron momentos muy intensos, con el recuerdo de la familia, que en esos dias tan señalados, se añoraba aún mas si cabe.
Yo vi a tios hechos y derechos, derramar lagrimas mientras trataban de disimular, mal que bién, la infinita pena que en esos momentos sentian y os puedo asegurar que la cena de Nochebuena de ese año fué, para mi, uno de los momentos mas tristes y amargos de mi vida, por todo ello, me gustaria conocer las vivencias de otros Saharianos, que tambien hubieran pasado estas fechas tan señaladas, lejos de sus seres queridos.
Asi que os pregunto:
¿Pasasteis alguna Navidad en el Sahara?
¿Como lo pasasteis?
Espero vuestro comentarios, hasta entonces.
Un fuerte abrazo[/url]
Este es un tema que toque en el Libro Diario ya hace algún tiempo.
Por suerte o por desgracia, más bien esto ultimo, me toco pasar las Navidades del 68 en el Sahara y os puedo asegurar que es algo que no se olvida, fueron momentos muy intensos, con el recuerdo de la familia, que en esos dias tan señalados, se añoraba aún mas si cabe.
Yo vi a tios hechos y derechos, derramar lagrimas mientras trataban de disimular, mal que bién, la infinita pena que en esos momentos sentian y os puedo asegurar que la cena de Nochebuena de ese año fué, para mi, uno de los momentos mas tristes y amargos de mi vida, por todo ello, me gustaria conocer las vivencias de otros Saharianos, que tambien hubieran pasado estas fechas tan señaladas, lejos de sus seres queridos.
Asi que os pregunto:
¿Pasasteis alguna Navidad en el Sahara?
¿Como lo pasasteis?
Espero vuestro comentarios, hasta entonces.
Un fuerte abrazo[/url]
fjdelacuesta
2ª Cia. Intendencia del Sahara
Villa Cisneros
2ª Cia. Intendencia del Sahara
Villa Cisneros
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emilio cisneros
- Mensajes: 157
- Registrado: 21 Dic 2004 11:15
navidades en el sahara
Compañero Fernando, creo recordar que junto con Julio Muñoz somos los únicos del reemplazo 68-3º que estamos registrados en la web, y por tanto, las Navidades del 68 fueron las que pasamos allí, en mi caso, en el BIR, por tener que recuperar un mes al haberme incorporado en Octubre en lugar de Septiembre, por motivos que resulta ahora un poco largo de explicar, pero que si te interesa están recogidos en el apartado "Relatos".
Nuestro reemplazo tenía el inconveniente de que si disfrutabas el permiso durante el servicio militar, te "tocaba" dos Navidades fuera, mientras que si optabas por disfrutar de permiso al final, te licenciabas a mediados de Diciembre del año siguiente, de la llegada, con lo que solo estabas ausente unas Navidades, y no dos.
Recuerdos de aquel año: unos perniles de cerdo en la cena, servidos tal cual, y que fuimos incapaces de trinchar por falta de herrramientas y conocimiento, por lo que se quedaron destrozados pero casi enteros; unas películas del Gordo y el Flaco; unas palabras de consuelo del Oficial de Guardia, reconociendo que nuestros sentimientos, aquella noche, eran de tristeza;muchos paquetes con comida, mandados por familiares y amigos; y un arresto, por dormirse en el puesto de guardia, a un compañero que había bebido mas de la cuenta aquella noche. Este chico, canario, tenía 32 o 33 años, había vivido en Miami (Estados Unidos) y al regresar a España, como no había hecho la mili tuvo que incorporarse a filas, y encima le tocó el Sahara. Daba un poco de pena cuando le sacaban de la preve para ir a Misa, entre dos soldados armados con Cetme, como si fuese un peligroso criminal. En cambio, otras veces le mandaban solo a por tabaco o cervezas a la cantina, así se daba una vuelta y saludaba a sus compañeros de barracón.
Nuestro reemplazo tenía el inconveniente de que si disfrutabas el permiso durante el servicio militar, te "tocaba" dos Navidades fuera, mientras que si optabas por disfrutar de permiso al final, te licenciabas a mediados de Diciembre del año siguiente, de la llegada, con lo que solo estabas ausente unas Navidades, y no dos.
Recuerdos de aquel año: unos perniles de cerdo en la cena, servidos tal cual, y que fuimos incapaces de trinchar por falta de herrramientas y conocimiento, por lo que se quedaron destrozados pero casi enteros; unas películas del Gordo y el Flaco; unas palabras de consuelo del Oficial de Guardia, reconociendo que nuestros sentimientos, aquella noche, eran de tristeza;muchos paquetes con comida, mandados por familiares y amigos; y un arresto, por dormirse en el puesto de guardia, a un compañero que había bebido mas de la cuenta aquella noche. Este chico, canario, tenía 32 o 33 años, había vivido en Miami (Estados Unidos) y al regresar a España, como no había hecho la mili tuvo que incorporarse a filas, y encima le tocó el Sahara. Daba un poco de pena cuando le sacaban de la preve para ir a Misa, entre dos soldados armados con Cetme, como si fuese un peligroso criminal. En cambio, otras veces le mandaban solo a por tabaco o cervezas a la cantina, así se daba una vuelta y saludaba a sus compañeros de barracón.
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Gabriel Martinez Magro
Bueno, pues yo también pasé dos navidades allí.
Fuí en septiembre del 69, y me licencié en Enero del 71. Pasé un permiso en Junio/julio del 70 en Barcelona.
La verdad es que no recuerdo muy bien como fueron aquellas navidades en el BIR, pues estuve destinado como Cabo Furriel en la 4ª Cía y luego como Cabo 1º en la 1ª Cía.pero si sé que no fueron muy agradables para los que allí estuvimos, dada la nostalgia imperante. Pero ... qué le ibamos a hacer, era lo que tocaba. Recuerdo que el día de Navidad del 70 estuve de Guardia y tuvimos que arrestar a dos reclutas , durante una noche , para dormir la cogorza en la "pavera", pues el vino y la nostalgia no son buenos compañeros en según que casos.
Intentaré hacer memoria y contaros algo de aquellas fechas.
Saludos Sahariano
Gabriel
Fuí en septiembre del 69, y me licencié en Enero del 71. Pasé un permiso en Junio/julio del 70 en Barcelona.
La verdad es que no recuerdo muy bien como fueron aquellas navidades en el BIR, pues estuve destinado como Cabo Furriel en la 4ª Cía y luego como Cabo 1º en la 1ª Cía.pero si sé que no fueron muy agradables para los que allí estuvimos, dada la nostalgia imperante. Pero ... qué le ibamos a hacer, era lo que tocaba. Recuerdo que el día de Navidad del 70 estuve de Guardia y tuvimos que arrestar a dos reclutas , durante una noche , para dormir la cogorza en la "pavera", pues el vino y la nostalgia no son buenos compañeros en según que casos.
Intentaré hacer memoria y contaros algo de aquellas fechas.
Saludos Sahariano
Gabriel
- Juan Piqueras
- Mensajes: 1131
- Registrado: 07 Oct 2004 14:02
- Ubicación: Sabadell
Traspaso al tema existente
Dado que existia este tema he cancelado el nuevo t he copiado aqui la anotacion de Julio Diaz
Tenemos un tema que me parece no haberse tocado en los distintos foros abiertos y, como estamos muy próximos en las fechas, es: Como pasamos las Navidades en el Sahara.
Por mi parte puedo decir que, es raro el año que, en esos días y cuando me encuentro, al calor del hogar, acompañado de mi mujer, mis hijos y ¿Hay la edad!! de los nietos, no me acuerde de la Navidad pasada en el Aaiun, con las temperaturas propias de aquellas tierras, con calor y en mangas de camisa y con las comidas "especiales" del rancho de aquellos días, y con el licor de alta graduación que nos metíamos en el cuerpo al objeto de olvidarnos de la familia y que, en definitiva, al final nos daba llorona y terminabamos abrazos unos a otros llorando a moco tendido y añorando a la novia y a la familia.
Hoy, en la distancia de los años transcurridos, lo recuerdo con añoranza y con un regustito de la juventud perdida.
Espero vuestras opiniones sobre este asunto.
Un abrazo. Julio
Tenemos un tema que me parece no haberse tocado en los distintos foros abiertos y, como estamos muy próximos en las fechas, es: Como pasamos las Navidades en el Sahara.
Por mi parte puedo decir que, es raro el año que, en esos días y cuando me encuentro, al calor del hogar, acompañado de mi mujer, mis hijos y ¿Hay la edad!! de los nietos, no me acuerde de la Navidad pasada en el Aaiun, con las temperaturas propias de aquellas tierras, con calor y en mangas de camisa y con las comidas "especiales" del rancho de aquellos días, y con el licor de alta graduación que nos metíamos en el cuerpo al objeto de olvidarnos de la familia y que, en definitiva, al final nos daba llorona y terminabamos abrazos unos a otros llorando a moco tendido y añorando a la novia y a la familia.
Hoy, en la distancia de los años transcurridos, lo recuerdo con añoranza y con un regustito de la juventud perdida.
Espero vuestras opiniones sobre este asunto.
Un abrazo. Julio
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Juan Ant. Cabrera Campos
Navidades Saharianas
El Grupo Nómada, teniamos por aquellas fechas la custodia de la instalaciones de Bu-Craa, en aquellos días teniamos continuos ataques del Polisario una noche si y otra también. Los acontecimientos pasaban tan rapidos que no sabias en el día que vivias, pero al entrar un día en el despacho de un oficial, este tenia la radio puesta. Me quede de hielo al escuchar a los niños del Colegio de San Idelfonso cantar la lotería de Navidad. Ese mismo día ocurrió otro acontecimiento que prefiero olvidar, en el Mensaje de Navidad se Su Majestad el Rey, tenia palabras muy alentadoras para nosotros. La cena de Navidad fue extraordinaria, con botella de anis y brandy por mesa. Mi Tte. Luis Lomban, me regalo aparte las de la prueba, que a la mesa nos vino fenomenal. Las campanadas de Noche-vieja las escuchamos en el momento justo que efectuaba la maniobra de atraque el barco de la Armada Conde - Venadito, en el puerto de Las Palmas, sirenas de barcos, campanas, fuegos artificiales, lagrimas, alegria y mucha pena contenida. Un Abrazo, Juan Cabrera, cabo Jerez-Smara.
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Diego Merín Moraga
- Mensajes: 19
- Registrado: 14 Jun 2005 18:32
- Ubicación: Barcelona
Navidades en el Sahara
Que tal Saharianos?
Amigo Fernando, yo las navidades del 75 las pasé en el Aaiún, como tu bién dices son unas fechas en las que si no estás en casa con la familia y amigos son unas fiestas tristes. En aquellos días todos estábamos atareados con lo de la evacuación del territorio, así que con tanto jaleo y toda la incertidumbre de que todo se realizara sin mayores problemas, quizás no teníamos tanto tiempo libre para acordarnos de las navidades en familia.
Nuestra compañía (Tercer Tercio 8ª Bandera 8ª Compañía) estaba de guardia aquel día (23-12-75) en la instalaciones de FosBucrá y tuve la suerte de que a uno de los sargentos (Sgto. Malua) lo invitaran los empleados que estaban ese día trabajando en las instalaciones a pasar la nochebuena con ellos, y yo como uno de los conductores de la compañía fuí el elegido para llevarlo hasta las instalaciones. Allí, antes de cenar, nos mostraron el complejo de arrastre del fosfato que por aquellos días estaban trabajando a pleno rendimiento. No he olvidado lo impresionante del motor y de los pistones que movían la cinta transpotadora del fosfato hasta el carguero anclado.
Por otra parte, aunque me es imposible recordar lo que estuvimos cenando lo que sí se es que me sentí un poco mareado a causa de la bebida que acompañaba el menú. Fue el sargento el que tuvo que ponerse al volante del vehículo para que por seguridad no nos pasara nada en el camino de regreso al cuartel.
Y esto es lo que mejor recuerdo de ese día y que cada año en esta misma fecha me viene a la memoria.
Espero no haber sido extenso en mi relato.
Atte. Diego Merín Moraga
Amigo Fernando, yo las navidades del 75 las pasé en el Aaiún, como tu bién dices son unas fechas en las que si no estás en casa con la familia y amigos son unas fiestas tristes. En aquellos días todos estábamos atareados con lo de la evacuación del territorio, así que con tanto jaleo y toda la incertidumbre de que todo se realizara sin mayores problemas, quizás no teníamos tanto tiempo libre para acordarnos de las navidades en familia.
Nuestra compañía (Tercer Tercio 8ª Bandera 8ª Compañía) estaba de guardia aquel día (23-12-75) en la instalaciones de FosBucrá y tuve la suerte de que a uno de los sargentos (Sgto. Malua) lo invitaran los empleados que estaban ese día trabajando en las instalaciones a pasar la nochebuena con ellos, y yo como uno de los conductores de la compañía fuí el elegido para llevarlo hasta las instalaciones. Allí, antes de cenar, nos mostraron el complejo de arrastre del fosfato que por aquellos días estaban trabajando a pleno rendimiento. No he olvidado lo impresionante del motor y de los pistones que movían la cinta transpotadora del fosfato hasta el carguero anclado.
Por otra parte, aunque me es imposible recordar lo que estuvimos cenando lo que sí se es que me sentí un poco mareado a causa de la bebida que acompañaba el menú. Fue el sargento el que tuvo que ponerse al volante del vehículo para que por seguridad no nos pasara nada en el camino de regreso al cuartel.
Y esto es lo que mejor recuerdo de ese día y que cada año en esta misma fecha me viene a la memoria.
Espero no haber sido extenso en mi relato.
Atte. Diego Merín Moraga
Última edición por Diego Merín Moraga el 26 Dic 2005 19:38, editado 1 vez en total.
- Jordi Roig i Marcet
- Mensajes: 355
- Registrado: 01 Nov 2004 16:27
- Ubicación: Pallejà (BARCELONA)
Navidades en el Sahara
Yo no pasé la Navidad en el Sahara. Fuí afortunado puesto que obtuve un permiso y las pasé en casa, pero recuerdo muy bien la verbena de San Juan en 1965.
Pegados al transistor intentabamos coger alguna emisora de Barcelona, objetivo que conseguiamos gracias a una red de alambre de cobre extendido entre dos tiendas, en Morcba, y enrollado a la antena del pequeño aparato.
Josep Maria Girona Martí, Joan Gomà y yo nos echamos entre pecho y espalda algunos embutidos y dos botellas de cava caliente que entonces llamabamos champán que habiamos recibido un par de dias antes. Tambien nos soplamos una botella entera de moscatel y empezó a darnos la llorera cuando comenzamos a evocar las hogueras, los petardos y tracas y la coca. Pero donde se desató la amargura fué el detallado recuerdo de los cancanes, ¿os acordais?, y las incipientes minifaldas, con todos los misterios y placeres que velaban. Solos como estabamos en el destacamento, y bajo los efectos del agua tontona, encendimos una pequeña hoguera y alarmamos al frig con un monton de disparos al aire efectuados con la sana intención de rememorar los petardos y tracas de esa noche.
Bebí mucho, pero no me emborraché como mis compañeros. Solo tenia ganas de matar a alguien. No sabia a quien, pero tenia unas ansias asesinas muy grandes y los únicos que habia ante mi eran mis compañeros con los mosquetones en las manos, disparando al aire. Las lágrimas me enturbiaban la vista y creo que vacié el cargador de la Astra que llevaba en la mano. tirando al aire, Abdatil me la quitó y desarmó a Josep y Joan, para terminar abrazados los tres, cantando alguna canción de moda. Creo que cantamos "Ansiedad". Abdatil y todo el frig se calló, no llegando, la trapaceria, a conocimiento del Capitán que se hubiera cabreado como una mona y nos hubiera podido hacer pagar cara la verbena.
No pasé la Navidad en el Sahara, pero se muy bien lo que sentia quien si tuvo que pasarla. Supongo que mi experiencia de la verbena de San Juan, que es fiesta grande en Cataluña, puede parecerse a la de cualquiera que estuviera allí, en fecha tan señalada.
Un abrazo, Saharianos.
Pegados al transistor intentabamos coger alguna emisora de Barcelona, objetivo que conseguiamos gracias a una red de alambre de cobre extendido entre dos tiendas, en Morcba, y enrollado a la antena del pequeño aparato.
Josep Maria Girona Martí, Joan Gomà y yo nos echamos entre pecho y espalda algunos embutidos y dos botellas de cava caliente que entonces llamabamos champán que habiamos recibido un par de dias antes. Tambien nos soplamos una botella entera de moscatel y empezó a darnos la llorera cuando comenzamos a evocar las hogueras, los petardos y tracas y la coca. Pero donde se desató la amargura fué el detallado recuerdo de los cancanes, ¿os acordais?, y las incipientes minifaldas, con todos los misterios y placeres que velaban. Solos como estabamos en el destacamento, y bajo los efectos del agua tontona, encendimos una pequeña hoguera y alarmamos al frig con un monton de disparos al aire efectuados con la sana intención de rememorar los petardos y tracas de esa noche.
Bebí mucho, pero no me emborraché como mis compañeros. Solo tenia ganas de matar a alguien. No sabia a quien, pero tenia unas ansias asesinas muy grandes y los únicos que habia ante mi eran mis compañeros con los mosquetones en las manos, disparando al aire. Las lágrimas me enturbiaban la vista y creo que vacié el cargador de la Astra que llevaba en la mano. tirando al aire, Abdatil me la quitó y desarmó a Josep y Joan, para terminar abrazados los tres, cantando alguna canción de moda. Creo que cantamos "Ansiedad". Abdatil y todo el frig se calló, no llegando, la trapaceria, a conocimiento del Capitán que se hubiera cabreado como una mona y nos hubiera podido hacer pagar cara la verbena.
No pasé la Navidad en el Sahara, pero se muy bien lo que sentia quien si tuvo que pasarla. Supongo que mi experiencia de la verbena de San Juan, que es fiesta grande en Cataluña, puede parecerse a la de cualquiera que estuviera allí, en fecha tan señalada.
Un abrazo, Saharianos.
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Manuel Viaño
FELICITACION DE LOS VETERANOS PARACAS
Procedente de la web de los paracas y obra del veterano Miguel Armas

Manolo Viaño: 120-paraca

Manolo Viaño: 120-paraca
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J. Mª Campos Villamarín
Las Navidades en el Sahara
Yo pasé una Navidad, la de 1973, en el BIR, en cuya Plana Mayor seguí la "mili" tras la jura de bandera. Además, me tocó guardia en Nochebuena, por lo que, de 12 de la noche a 2 de la madrugada, estuve en la puerta principal, que era el puesto más cómodo para hacer de noche. Unos días antes, había sido la jura de bandera de los reclutas del reemplazo de octubre y conseguí que mi jefe, el comandante Esteban de las Heras, me rebajara de trabajo (me tocaba cocina) aquel día, con el "rollo" de que tenía que estar cerca suyo, pues él era quien hacía el discurso de rigor y tomaba el juramento a los nuevos soldados. Por cierto, recuerdo que le enganché un papel con celo en la empuñadura de la espada, conteniendo algunas de las palabras que debía decir, pues tenía miedo de olvidarlas.
Como contrapartida, me "colocaron" la guardia el 24, así que sólo pude disfrutar de la cena del día 25 que hicimos un grupo de amigos (el cartero donostiarra, el sevillano cabo Ramón Freire, Roc Filella –un catalán de Selección–, el alicantino Jacinto, el madrileño Miguel Ángel, el canario Fausto Bethencourt –estos tres eran más veteranos que el resto– y algún otro) en mi "chiringuito", que era el despacho de la secretaría de Mayoría.
Cada uno puso lo que habíamos recibido de la familia (chorizo, queso, latas de conserva, etc...), compramos vino y whisky y disfrutamos hasta no poder decir basta. Recuerdo que en mi modesto radio-cassette intentamos grabar, no sé cuantas veces, una versión del villancico "Noche de paz", versión que había puesto de moda el dúo Simon & Garfunkel y en el que -tal vez alguno lo recuerde- mientras Art Garfunkel cantaba la canción original, Paul Simon leía, como un locutor de radio, noticias terribles de accidentes. muertes, etc... Nos fue imposible grabarlo bien, porque acabábamos riendo a carcajadas. En casa guardo esa cinta de cassette como oro en paño.
Al final, no sé si por el alcohol, la "saudade" o todo junto, acabamos echando una lagrimita... a escondidas, eso sí. no fuera que se rieran los compañeros.
Sin lugar a dudas fue el día más triste de la mili y en el que más eché de menos a mis padres y a la que entonces era mi novia.
Feliz año 2006 a todos.
José María Campos
Barcelona
Como contrapartida, me "colocaron" la guardia el 24, así que sólo pude disfrutar de la cena del día 25 que hicimos un grupo de amigos (el cartero donostiarra, el sevillano cabo Ramón Freire, Roc Filella –un catalán de Selección–, el alicantino Jacinto, el madrileño Miguel Ángel, el canario Fausto Bethencourt –estos tres eran más veteranos que el resto– y algún otro) en mi "chiringuito", que era el despacho de la secretaría de Mayoría.
Cada uno puso lo que habíamos recibido de la familia (chorizo, queso, latas de conserva, etc...), compramos vino y whisky y disfrutamos hasta no poder decir basta. Recuerdo que en mi modesto radio-cassette intentamos grabar, no sé cuantas veces, una versión del villancico "Noche de paz", versión que había puesto de moda el dúo Simon & Garfunkel y en el que -tal vez alguno lo recuerde- mientras Art Garfunkel cantaba la canción original, Paul Simon leía, como un locutor de radio, noticias terribles de accidentes. muertes, etc... Nos fue imposible grabarlo bien, porque acabábamos riendo a carcajadas. En casa guardo esa cinta de cassette como oro en paño.
Al final, no sé si por el alcohol, la "saudade" o todo junto, acabamos echando una lagrimita... a escondidas, eso sí. no fuera que se rieran los compañeros.
Sin lugar a dudas fue el día más triste de la mili y en el que más eché de menos a mis padres y a la que entonces era mi novia.
Feliz año 2006 a todos.
José María Campos
Barcelona
- Angel Benito
- Mensajes: 168
- Registrado: 28 Nov 2004 12:53
- Ubicación: Barcelona
Las navidades en el Sáhara
Amigo José Maria: yo también pasé aquella navidad del 73 en el BIR, 2ª compañía. Creo que fue una de las fechas inolvidables de la mili. Habíamos jurado bandera unos días antes -no recuerdo bien que día, y lo que menos podía imaginarme es que alguien me contara 32 años después que había pegado, con celo en la empuñadura del sable, notas para que no se equivocara en el discurso aquel tío pesado que nos soltó el rollo-. También había sucedido unos días antes el atentado contra Carrero Blanco y sabíamos los destinos que nos esperaban. En mi caso a tropas Nómadas. Había un montón de ingredientes para desear estar en cualquier lado menos allí.
Recuerdo que nos dieron buena comida y en la cantina circulaban los cubatas a toda marcha; resultado: una trompa de campeonato. Yo no he sido nunca un gran bebedor y mi estomago no aceptó bien el exceso. Recuerdo la vomitona en el desierto, con mucha compañía, por cierto.
Tal vez lo más triste lo viví en el barracón; había un chico casado que ese día recibió una carta con una foto de su mujer y su hija que se marchaban, creo, de Galicia a Venezuela. Estaba desconsolado y con el apoyo del alcohol aquello era un drama.
Peor sería la nochevieja, ya en la base de Edchera, en Tropas Nómadas. Vinieron a recogernos, yo creo que más bien a cazarnos, el día 26 o 27, con un camión y un par de Land Rovers, uno de ellos con una ametralladora montada. Apenas se distinguían los europeos de los nativos –era verdad lo que nos habían dicho: ¡¡había saharauis en Tropas Nómadas!!- Todos ellos quemados por el sol, con barba y con unas ropas extrañas. Y para colmo llevaban turbante y nos miraban con cara de locos. Aquello pintaba muy mal.
Durante el viaje el camión daba bandazos de un lado para otro, el Land Rover de la ametralladora nos adelantaba y simulaba disparar y los comentarios de los veteranos eran todo un anticipo de lo que nos esperaba.
No voy a entrar en detalles del recibimiento en el patio de la base; las miradas furtivas y algunos veteranos afilando el mus en las esquinas, los gritos de “carne fresca” y otras exclamaciones de alegría, principalmente de los que dejaban de ser reclutas con nuestra llegada.
Después de dos o tres noches sin poder dormir en el barracón ante los terribles terremotos que volcaban las literas, casualmente sólo las de los reclutas, la nochevieja, en medio de la juerga, me perdí para dormir a pierna suelta en un camastro del botiquín que era territorio bajo control de mi amigo Silvino Bandrés, sanitario de la base y también recluta. Allí, al abrigo de "la pastilla" oímos las doce campanadas en un transistor y nos deseamos, mutuamente, un mejor próximo año. Por la mañana, tempranito -recuerdo que hacía un siroco tremendo- me fui al barracón, me metí en mi cama que por primera vez en aquellos días nadie había volcado y esperé, ya despierto, a que llegara la hora de levantarse. Después de una noche movida y animada todos dormían como benditos.
Aquellas fueron mis navidades de 1973. ¡¡Qué tiempos......!!
Un saludo amigos.
Ángel Benito
Recuerdo que nos dieron buena comida y en la cantina circulaban los cubatas a toda marcha; resultado: una trompa de campeonato. Yo no he sido nunca un gran bebedor y mi estomago no aceptó bien el exceso. Recuerdo la vomitona en el desierto, con mucha compañía, por cierto.
Tal vez lo más triste lo viví en el barracón; había un chico casado que ese día recibió una carta con una foto de su mujer y su hija que se marchaban, creo, de Galicia a Venezuela. Estaba desconsolado y con el apoyo del alcohol aquello era un drama.
Peor sería la nochevieja, ya en la base de Edchera, en Tropas Nómadas. Vinieron a recogernos, yo creo que más bien a cazarnos, el día 26 o 27, con un camión y un par de Land Rovers, uno de ellos con una ametralladora montada. Apenas se distinguían los europeos de los nativos –era verdad lo que nos habían dicho: ¡¡había saharauis en Tropas Nómadas!!- Todos ellos quemados por el sol, con barba y con unas ropas extrañas. Y para colmo llevaban turbante y nos miraban con cara de locos. Aquello pintaba muy mal.
Durante el viaje el camión daba bandazos de un lado para otro, el Land Rover de la ametralladora nos adelantaba y simulaba disparar y los comentarios de los veteranos eran todo un anticipo de lo que nos esperaba.
No voy a entrar en detalles del recibimiento en el patio de la base; las miradas furtivas y algunos veteranos afilando el mus en las esquinas, los gritos de “carne fresca” y otras exclamaciones de alegría, principalmente de los que dejaban de ser reclutas con nuestra llegada.
Después de dos o tres noches sin poder dormir en el barracón ante los terribles terremotos que volcaban las literas, casualmente sólo las de los reclutas, la nochevieja, en medio de la juerga, me perdí para dormir a pierna suelta en un camastro del botiquín que era territorio bajo control de mi amigo Silvino Bandrés, sanitario de la base y también recluta. Allí, al abrigo de "la pastilla" oímos las doce campanadas en un transistor y nos deseamos, mutuamente, un mejor próximo año. Por la mañana, tempranito -recuerdo que hacía un siroco tremendo- me fui al barracón, me metí en mi cama que por primera vez en aquellos días nadie había volcado y esperé, ya despierto, a que llegara la hora de levantarse. Después de una noche movida y animada todos dormían como benditos.
Aquellas fueron mis navidades de 1973. ¡¡Qué tiempos......!!
Un saludo amigos.
Ángel Benito