La memoria selectiva
Publicado: 17 Dic 2008 18:48
En los años que lleva en funcionamiento la web, todos los compañeros han tenido la oportunidad de contar sus historias y batallitas, quejándose a veces de tener algún recuerdo confuso al relatar alguno de los hechos en los que participaron, como protagonistas o como testigos, y achacándolo a los muchos años transcurridos desde entonces, así como a nuestra progresiva artrosis neuronal, que no solo nos hacen clac o crac los huesos.
Pero he observado de la lectura de relatos y comentarios de los compañeros, y ya me gustaría a mí ser psicólogo o psiquiatra para poder dar con un diagnóstico certero, que prácticamente todos los participantes recuerdan con memoria fotográfica los primeros días del servicio militar, empezando por el traslado al Sahara. La salida de casa, quienes fueron los acompañantes en la despedida, los lloros de las madres y novias, la emoción contenida de los varones de la familia, la recogida del petate, las primeras formaciones, el viaje, lo que duró, los primeros compañeros, lo que se comió (y lo que se devolvió), el impacto visual al pisar el mar de arena, todo ello y mucho mas está tan grabado en nuestras mentes como si nos acabara de pasar ayer por la tarde. Mas adelante, aún habiendo recuerdos, no sigue la misma intensidad, y se suceden intervalos de luz y sombra, en los que ya se ha debilitado esa capacidad de recordar esos mínimos detalles.
Tal vez fuera una reacción casi de animal (dicho sea con todos los respetos), del que se ve o cree verse en una situación de peligro y se pone en alerta como casi nunca o nunca lo había hecho hasta ese extremo, y ese estar atento ante un mundo desconocido nos hace tener una memoria fotográfica de aquellos momentos.
Dicen o se dice que cuando tienes un accidente grave, con riesgo de muerte, ves pasar por tu mente como una especie de diapositivas en las que te ves a ti mismo de niño, en brazos de tu madre, haciendo la primera comunión, en una secuencia rápida pero completa de tu vida. No se si será cierto, no lo he comprobado personalmente, pero si eso pasa, el tren + barco o tren + avión de los traslados al Sahara va a formar parte de las diapositivas.
No deja de ser curioso que, en los foros, el “hilo” de la incorporación al territorio haya registrado muchas mas entradas que el destinado a contar la salida o el regreso del Sahara, aunque es evidente que los acontecimientos de Noviembre de 1975, para los que estuvieran allí en esa fechas, también deben formar parte de la memoria de imagen nítida y en colores. Pero en el resto de los casos, pocos días antes del licenciamiento, el cuerpo estaba todavía en el Sahara, y sin embargo, el cerebro ya había iniciado el viaje de regreso, y ya volvíamos a estar con la novia, la familia, los amigos, las calles del barrio o del pueblo, el bar donde solíamos tomar las cañas.
Y es que, compañeros, hoy hace cuarenta años que salí del Sahara.
Pero he observado de la lectura de relatos y comentarios de los compañeros, y ya me gustaría a mí ser psicólogo o psiquiatra para poder dar con un diagnóstico certero, que prácticamente todos los participantes recuerdan con memoria fotográfica los primeros días del servicio militar, empezando por el traslado al Sahara. La salida de casa, quienes fueron los acompañantes en la despedida, los lloros de las madres y novias, la emoción contenida de los varones de la familia, la recogida del petate, las primeras formaciones, el viaje, lo que duró, los primeros compañeros, lo que se comió (y lo que se devolvió), el impacto visual al pisar el mar de arena, todo ello y mucho mas está tan grabado en nuestras mentes como si nos acabara de pasar ayer por la tarde. Mas adelante, aún habiendo recuerdos, no sigue la misma intensidad, y se suceden intervalos de luz y sombra, en los que ya se ha debilitado esa capacidad de recordar esos mínimos detalles.
Tal vez fuera una reacción casi de animal (dicho sea con todos los respetos), del que se ve o cree verse en una situación de peligro y se pone en alerta como casi nunca o nunca lo había hecho hasta ese extremo, y ese estar atento ante un mundo desconocido nos hace tener una memoria fotográfica de aquellos momentos.
Dicen o se dice que cuando tienes un accidente grave, con riesgo de muerte, ves pasar por tu mente como una especie de diapositivas en las que te ves a ti mismo de niño, en brazos de tu madre, haciendo la primera comunión, en una secuencia rápida pero completa de tu vida. No se si será cierto, no lo he comprobado personalmente, pero si eso pasa, el tren + barco o tren + avión de los traslados al Sahara va a formar parte de las diapositivas.
No deja de ser curioso que, en los foros, el “hilo” de la incorporación al territorio haya registrado muchas mas entradas que el destinado a contar la salida o el regreso del Sahara, aunque es evidente que los acontecimientos de Noviembre de 1975, para los que estuvieran allí en esa fechas, también deben formar parte de la memoria de imagen nítida y en colores. Pero en el resto de los casos, pocos días antes del licenciamiento, el cuerpo estaba todavía en el Sahara, y sin embargo, el cerebro ya había iniciado el viaje de regreso, y ya volvíamos a estar con la novia, la familia, los amigos, las calles del barrio o del pueblo, el bar donde solíamos tomar las cañas.
Y es que, compañeros, hoy hace cuarenta años que salí del Sahara.