Nuestros records Guinnes de guarrería

[emilio cisneros]

Seamos sinceros, compañeros. Como buenos saharianos intentamos lo mas rápidamente posible adaptarnos al medio hostil, y lo que mas nos habían dicho y repetido desde nuestra infancia, es que el Sahara era el desierto mas grande del mundo, y que en el desierto no hay agua, lo que hace que sea muy necesario el consumo reducido del líquido elemento.

Así que, una vez comprobado que el BIR no era precisamente una copia de los jardines del Generalife, decidimos colaborar con el Ejército en reducir nuestra diaria relación con el agua.

Meditemos; salvo para beber, en caso de no poder sustituir tal necesidad por cerveza, vino, o cubata de ron Arehucas ¿para que coño necesitábamos el agua? Para lavar nuestros cuerpos ya teníamos el baño higiénico en la playa, para lavar nuestra ropa teníamos los pozos, pera lavar nuestras sábanas....hombre, parece superfluo malgastar el tiempo en lavar unas sábanas, si total, el tiempo empleado en rozarnos con ellas se ocupaba en dormir y reponer fuerzas de las carreras diarias con las que nos obsequiaban nuestros nunca bien maldecidos instructores.

Pero quiero que este hilo sea una confesión a tumba abierta, y ahi voy yo con la primera. Durante tres meses cohabité con mis dos sábanas y la funda de la almohada sin ofrecerlas la posibilidad de un baño higiénico. Debo decir en mi defensa que me fueron entregadas con un sospechoso color grisáceo oscuro, y que me afané en que ese tonillo oscuro no solo no desapareciera, sino que se hiciera mas consistente.

Pido perdón a los que consideren la comparación un poco excesiva, pero tengo la seguridad de que en esas sábanas había mas señas de identidad de un ser humano de las que pueden encontrarse en la Sábana Santa de Turín. Todo a base de constancia.

Bueno, ahí queda el reto. Descubrid vuestros secretos inconfesables. Va siendo hora de contar la verdad, por mucho que nos averguence. El delito ya ha prescrito.

[Emilio Madroñal]

Amigo Emilio, confirmo lo que dices yo tampoco recuerdo que me cambiaran
las sabanas ni el cabezal durante todo el campamento, y tambien puedo decir
que si se encontrara alguna de aquellas sabanas, las podian hacer analixis de
ADN, y quizas sabrian los muchos que dormimos con las mismas, ya que el lavado supongo era bastante ligero y no conseguia quitar las muchas perdidas
de carburante de muchos de nosotros.
un saludo

[Albert Marin Ausin]

Compañeros, si repasáis mi relato “Un día en Cabrerizas”, algo comento de las sábanas.

Desconozco cual fue el “Record Guinnes” de las guarrerías en nuestra mili sahariana, pero de eso me tocó también vivirlo con cierta intensidad.

En el BIR nunca nos cambiaron las sábanas. La mayor guarrería en el campamento la viví un día en que junto a mi compañero Hernando, nos tocó limpieza de letrinas (aquellas que solamente las habrían dos horas por la noche, pero que media hora después ya estaban colapsadas y, entonces, lo más aconsejable era ir al “campo de margaritas”). Pues bien, Hernando y yo, para limpiar las montañas de “cagarrutos”, echábamos cubos de agua (salobre para estos menesteres). Pero se no fue la mano y empezó a salir por la puerta de acceso el fluido viscoso que estaba compuesto de: agua, mierda y orines. Caía como una cascada por los tres o cuatro escalones y se extendía unos cuantos metros en el pavimento de la calle. En eso que mirábamos estupefactos nuestra desastrosa obra, que pasa por allí el teniente de la 3ª y nos dice amigablemente: “Chavales, dentro de un rato volveré a pasar por aquí, y como esto no este completamente limpio, os lo haré recoger con la lengua”.

Con unas camisetas (nuestro ajuar se redujo ese día) y a mano, fuimos recogiendo aquello, pues ni fregona, ni guantes teníamos en el bien equipado ejercito español, y con las escobas no era posible ¡¡cuantos escrúpulos desaparecieron aquel día!!

Por cierto, en el relato de Cabrerizas, cometí un error, pues no estuvimos tres meses con las mismas sábanas. He calculado mejor el tiempo y fueron algo más de cinco meses, ya que fue a finales de Noviembre y, por aquellas fechas, los de Abril teníamos las mismas sábanas que nos entregaron al llegar a finales de Junio al cuartel.

En aquellas fechas, Cabrerizas-I estaba ocupado por más de 500 infantes. Aquellas instalaciones para corrigendos estaban diseñadas para unos 150 como mucho. Podéis imaginaros que pasaba con las letrinas a última hora del día.... “El Palacio de la Mierda” .... hasta en el pasillo.

Disculpad por tanta porquería, pero de eso va el apartado.

Saludos
Albert Marín

[Román Martínez del Cerro]

En el Regimiento Mixto de Ingenieros nº 9 del Aaiún, los encargados de limpiar las letrinas eran los componentes de la banda de música. Al menos en 1975. ¿Motivos? ¿Alguien tiene alguna explicación?
Saludos, Román

[Emilio Madroñal]

Amigo Roman, como tu bien dices en en Ingenieros Aaiun, los encargados de la
limpieza eran los componentes de la banda, creo que por aquellas fechas en todos los cuarteles era igual. En cuento a la limpieza de nuestras letrinas ó sea
de Ingenieros, te puedo contar lo que se, durante el dia desde la subida de bandera hasta la bajada de la misma por la tarde, el mantenimiento y limpieza
era de un planton no necesariamente de la banda, era un servicio que se compartia entre todas las compañias.
Como el servicio de mantenimiento y limpieza se interrumpia desde la subida
de bandera hasta por la mañana, pues es facil imaginar lo que se podia acumular en aquellas placas turcas que creo serian (5), hablo de las letrinas
que habia a continuación del laboratorio fotográfico, ya que creo habia otras
detras de las cocinas ó sea junto a la compañia La Leonera, las cuales nunca
visité.
Al entrar el nuevo planton por la mañana y con la ayuda del servicio de limpieza
de los miembros de la banda se hacia una limpieza a fondo, mediante cubos de
agua y empujarlo con las escobas.
Durante el dia como no teniamos cisterna para tirar de la cadena pues la misión
del planton era que cada cuatro ó seis cagadas echar un cubo de agua y restregar con la ya indicada escoba.
De todos modos tampoco era motivo de alarma ya que en el cuartel de transeuntes de Las Palmas, las cosas eran peores.
Un saludo emilio

[emilio cisneros]

Gracias por vuestras intervenciones, y mira por donde, acabo de caer en la cuenta de otro record Guinnes mío particular y es haber pasado catorce meses seguidos sin haber colocado las posaderas o nalgas sobre taza de water modelo Roca o similar, que da mayor sosiego, comodidad y tranquilidad a la labor natural para la que han sido fabricadas.

Tanto la letrina como la placa o la simple arena del campo de las Margaritas obligaba a la postura tradicional de nuestros antepasados, en cuclillas y precario equilibrio, con la gorra bien sujeta no fuera objeto, tanto ella como su propietario, de algún ataque por sorpresa, que la posición no te permitía reaccionar con prontitud y ligereza.

Algunos médicos dicen, mas o menos, que el uso de la taza de porcelana es mas perjudicial para el organismo humano, por no adecuarse a la postura mas favorable del cuerpo para la evacuación intestinal, y que comporta un mayor riesgo de estreñimiento. Desde luego en el BIR y supongo que en la mayoría de los cuarteles no corríamos ese riesgo, ya que la taza de water era un lujo fuera de nuestro alcance.