El Sahara antes de ir al Sahara

[emilio cisneros]

Por sacar otro tema que no quede. Mil y una historias podemos contar, antes de quedar sin nada que decir. Otra cosa es que haya mas o menos ganas de participar.

Lo he titulado "El Sahara antes de ir al Sahara" en memoria del período que transcurría entre el sorteo y el día de la partida, es decir cuando ya eras un embrión de sahariano, por así decirlo.

La historia quizá haya sido diferente en cada caso para cada uno de nosotros, así que me abstendré de hacer comentarios generales, y tratar de recordar sobre lo que la memoria me permite recuperar después de tantos años.

En el año 1967, y para los de Madrid, el sorteo de reclutas se efectuaba a mediados de Noviembre, en un cuartel situado en el Paseo de Moret, cerca de lo que era entonces el Ministerio del Aire, o sea en Moncloa.
Me acerqué por allí, cuando el sorteo ya se había celebrado, y por ser tan reciente, solo se había expuesto un cartón, escrito con rotulador, en el que ponía en letras grandes, AFRICA, desde el nº....apellido....., hasta el nº....apellido...

Y sin mas curiosidad por mi parte, aunque con cierta inquietud,me marché de allí, supongo que porque alguien me dijo que al día siguiente estarían expuestas las listas en las Cajas de Reclutas. Fue por tanto a las 24 horas cuando me enteré que había sido destinado al Sahara.

¿Y que sabía, o que sabíamos del Sahara? Pues muy poco, al menos en mi caso. En ese momento, lo que sabía se podía resumir en:

Capital El Aaiun, otras ciudades: Villa Cisneros (esta ciudad me caía bien, por coincidencia por mi apellido) y pocas cosas mas. Agua poca, arena mucha. Calor, mucho calor, sobre todo en verano. Legionarios. Posibilidad de incidentes armados con los "moros". Recuerdos de la guerra de Ifni.

Solicité incorporarme en el último llamamiento, para acabar la carrera, con lo que me quedaban diez meses por delante. El tiempo que utilicé en acabar los estudios, romper una relación de noviazgo apenas empezada (a ella le debió parecer que era mucho sacrificio la perspectiva de quedarse "viuda" tan pronto, y me dió el finiquito) y preguntar miles de cosas a un primo de una amiga mía que había venido de hacer la mili en el Sahara hacía pocos meses.

Pero eso es ya otra historia, que continuaré en la medida que este "hilo" tenga mas éxito que otros, y la participación se anime sobre el tiempo de "antes de".

[Fernando J. de la Cuesta]

Madrid domingo 19 Noviembre de 1967. Ese día se iba a proceder al Sorteo de los mozos nacidos en el año 46 y como tal era la fecha de mi sorteo al que había llegado, por causa de lo deficiente que en aquel entonces funcionaba la Administración Local (el Ayuntamiento) previa declaración de estado de prófugo de la justicia militar, ya que al haberme cambiado de domicilio no me había llegado la correspondiente notificación y tuve que presentarme voluntariamente (si no lo hubiera hecho me habría llevado la Guardia Civil), en mi Caja de Reclutas, adonde fui tallado y declarado útil para el Servicio. En aquel entonces estaba plenamente dedicado a una de mis aficiones favoritas, la práctica del esquí y no quería perder un domingo en tener que asistir al sorteo, por lo que delegue tal misión en mi querido padre y algún otro familiar que le acompaño. Como quiera que soy coetáneo del compañero Emilio Cisneros, dicho acto efectivamente tuvo lugar en el Cuartel del Regimiento Inmemorial nº 1, sito en el Paseo de Moret en Madrid.
La verdad es que pasé un día intranquilo, sobre todo por la falta de noticias, en aquel entonces no teníamos la inmediated de los teléfonos móviles y me tuve que resignar a desconocer mi suerte hasta que no regresara a mi casa esa noche. Pero ya al llegar al domicilio de mi abuela, que ejercía las veces de depósito de mi material de esquiar, esta me comunico lo que no hubiera querido oír: Hijo te ha tocado a África.
Con la zozobra en el cuerpo llegue hasta mi casa y una vez allí me encontré con un panorama tan desolador por parte de los míos, que no me quedo más remedio que hacer de tripas corazón y soltar la célebre frase: “a alguno nos tenía que tocar”. Esa noche la pase casi en blanco desgranando las posibilidades de destino. Manos mal que ya no me podía ir a Guinea, que la habíamos entregado recientemente, pero aún quedaban otras opciones igual de preocupantes, Ceuta, Melilla, Ifni y el Sahara. Incógnita que me fue despejada al día siguiente confirmando mis peores augurios, el Sahara, me había tocado al Sahara y además en el último llamamiento, lo que suponía un plus de preocupación, dado que por mi carácter, a buen seguro que me iba a tirar todo el tiempo hasta mi incorporación a filas, dándole vueltas al coco.
Otros amigos a los que también les había tocado a África, concretamente a Ifni, tuvieron la fortuna de que en ese año se abandonó el territorio y se quedaron en Alcalá de Henares, al lado de su casa. Aquí es cuando empezó a funcionar “radio macuto”, que si también dejábamos el Sahara, que si nos iban a llevar a Canarias, nada más lejos de la pura realidad, pero con esa esperanza, fueron pasando los meses.
Si así lo queréis, continuará……………

[emilio cisneros]

Sigo y remato: Pues lo que quería ,en cuanto a los meses anteriores a la salida para el Sahara era la captación de informaciones que me pudieran resultar útiles. Como dije en la primera intervención, un primo de una amiga mía estaba recién llegado de su mili en el Sahara, y su experiencia, mas mala que buena, tuvo que ser la fuente de la que yo bebiera.

De las muchas cosas que me dijo, bastantes se me han borrado de la memoria, y posiblemente algunas de las que no recuerdo ni siquiera se confirmaron; me habló, eso sí, de las malas condiciones del BIR, y de la relativa comodidad de un destino en El Aaiun en contraste con destinos en puestos avanzados, y que entonces me sonaban, no diré a chino, porque es un contrasentido, pero sí a algo lejano, aislado, y con cierto riesgo de conflicto.

Solo me referiré a las tres cosas que recuerdo a día de hoy: la primera, el agua en el BIR. Según su versión, recibían una cantimplora al día para su uso personal, pero como debían dejarla en los barracones para hacer las tareas de instrucción, era bastante probable, que al regreso, se la encontrara totalmente vacía, por lo que tomó por costumbre, beber todo su contenido de una sola vez, y el resto del día, depender de la cantina.

La segunda, el desembarco del barco en anfibios; de eso se ha hablado tanto en esta página, que no merece la pena detenerse, pero me presentó un escenario de mar picado, anfibios que subían y bajaban, agitados por el oleaje, francamente preocupante. Lo cierto es que mas de un esguince, o incluso fracturas de hueso, hubo que sufrir en aquellos peculiares desembarcos.

El tercero, y es el mas anécdotico, lo sellos de correos. Ni por lo mas remoto me hubiera imaginado que en el territorio del Sahara ESPAÑOL, y remarco lo de español, no se admitían los sellos de la Península , y que había que utilizar unos específicos que eran los únicos que servían para remitir tus cartas a novia, familiares, amigos etc. Y hubo gente que llegó al BIR y desconocía tal peculiaridad, lo que de paso, provocaba un cierto "mercado negro" de sellos de correos, pues es cierto que los veteranos y auxiliares te los vendían, pero a precios superiores al legal. La adquisición previa, o sea antes de ir al territorio, de los sellos del Sahara, no era posible en estancos de barrio, al menos en 1968, y había que desplazarse al Palacio de Correos (hoy Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento de Madrid) para llevarte una remesa de sellos para cubrirte tu estancia en el BIR o bien pedir a tu gente de Madrid que te los comprase y te los fuera mandando poco a poco.

Así que, por lo menos, esas tres cosas ya las sabía. Luego, por mejora de condiciones o azares del destino, ni tuve mas problemas con el agua del BIR que su sabor salobre, porque siempre había una garrafa en el barracón, ni tampoco el desembarco en el anfibio tuvo mayor problema, porque el correillo de Las Palmas que nos depositó en el anfibio tenía la borda tan baja que por medio de una simple y corta escalera pasabas directamente al anfibio. Y además, el día era tranquilo, con el mar como una balsa.

Generaciones posteriores, a partir del año 70, creo, ya fueron trasladados en avión con lo que las historias del desembarco quedaron en la memoria de los abuelos "cebolleta" y sus batallitas.

[emilio cisneros]

Amigo y compañero Melero, una de las cosas que tiene el escribir es que a veces uno dice una cosa con una intención y otro la lee con otra diferente, y las dos personas, tanto el que escribe como el que lee tienen la mejor voluntad.

Porque lo que yo quise decir con "informaciones útiles" se refiere al tiempo pasado, esto es, al tiempo anterior a mi (nuestra) llegada al Sahara, en el que quería obtener todos los datos posibles sobre el territorio y las condiciones de vida que habría de soportar una persona que debía ir al Sahara en pocos meses.

Por supuesto, nunca me querido referir a los tiempos actuales, en que las "informaciones útiles" ya no tienen cabida, pues ni pienso volver al BIR a hacer la mili, ni aunque quisiera, resultaría posible, por razones de edad y de pérdida o transferencia del Sahara por parte del Estado Español al estado marroquí.

Espero que haya quedado aclarado; lo único que lamento es que hayan entrado pocas personas a hacer sus comentarios, pero en esto, cada uno es libre de hacer lo que quiera, y no soy quien para exigir mas participación, y menos aún en mis intervenciones.