¿ESTUVISTE EN LA PAVERA? Cuéntanos.....
Publicado: 04 Jul 2013 19:41
Creo que algunos de nosotros y por muy variadas circunstancias fuimos invitados a pasar alguna que otra noche en tan curioso lugar, “La Pavera”, el nombre le iba que ni pintado y a mi me invitaron dos veces a visitarla.
Les cuento….
Cuando llegamos los canarios al BIR, fuimos los primeros en llegar, el 10 de Enero del 75. Uno de nosotros, un chico de Las Palmas y al que llamaré M, tenía un problema muy particular.
Este chico era gay, en aquella época maricón sin más…, pero con cuerpo de mujer, tenía pechos, un pelo largo, muy fino, muy amanerado en sus movimientos. M lo pasaba mal, me decía que no podía estar entre tanto hombre, siempre estaba solo.
Se me ocurrió decirle de ir y comentarle el problema al Sargento, él no se atrevió a acompañarme y me fui a verle, eran los primeros días del BIR, aún de paisano. Le conté al Sargento lo que le estaba sucediendo a este chico y el problema que tenía, aquel chico era una mujer. No recuerdo bien sus palabras, pero me dijo algo así como…”si hay un maricón aquí, saldrá hecho un hombre”.
Desde ese momento el mencionado sgto comenzó a tratar a M de una forma despectiva, con frases hirientes y burlas a su condición y esto llevaba a que compañeros rieran “sus gracias” complicándose el problema de M. y que con la llegada de nuevos reclutas el problema crecía.
Una tarde convencí a M para ir a ver al Capitán, estaba en un despacho junto a la furrilería de la 3ª Cia. El Furry con el que compartíamos barracón, dormía en el cuarto de los Cabos 1º, se quedó parado al vernos, él conocía el problema, le dijimos que queríamos ver al Capitán y así fue.
Le contamos el problema y no hizo falta mucho para que él mismo pudiera comprobarlo. El Capitán miró a M y le dijo como que…”no te preocupes veremos como se soluciona”.
A la mañana siguiente, en la formación de diana, un auxiliar me llama y me lleva ante el sgto y delante de todos me pone de ejemplo de lo que no se puede hacer; saltarse los escalafones militares e ir a hablar con un superior sin que el inmediatamente inferior lo autorizara. La falta la consideró grave y me pasé tres días en la pavera con todos los gastos pagados, incluido el masaje corporal de las chinches.
A los pocos días M fue trasladado al Hospital del Aaiún, nunca regresó y nunca supe mas de él
Lo mas curioso de este recuerdo es que hace un par de años, recibí un magnífico libreto “El Sáhara, un desierto en mi vida” de nuestro amigo Román Martínez del Cerro y en el que hace mención a este chico M con el que coincidió meses después en algún cuartel de Las Palmas. Que grande es esto......
Sólo me queda la satisfacción de pensar que al menos esos tres días de pavera sirvieron para algo. Cosas de la mili………
El Loco de Smara
Les cuento….
Cuando llegamos los canarios al BIR, fuimos los primeros en llegar, el 10 de Enero del 75. Uno de nosotros, un chico de Las Palmas y al que llamaré M, tenía un problema muy particular.
Este chico era gay, en aquella época maricón sin más…, pero con cuerpo de mujer, tenía pechos, un pelo largo, muy fino, muy amanerado en sus movimientos. M lo pasaba mal, me decía que no podía estar entre tanto hombre, siempre estaba solo.
Se me ocurrió decirle de ir y comentarle el problema al Sargento, él no se atrevió a acompañarme y me fui a verle, eran los primeros días del BIR, aún de paisano. Le conté al Sargento lo que le estaba sucediendo a este chico y el problema que tenía, aquel chico era una mujer. No recuerdo bien sus palabras, pero me dijo algo así como…”si hay un maricón aquí, saldrá hecho un hombre”.
Desde ese momento el mencionado sgto comenzó a tratar a M de una forma despectiva, con frases hirientes y burlas a su condición y esto llevaba a que compañeros rieran “sus gracias” complicándose el problema de M. y que con la llegada de nuevos reclutas el problema crecía.
Una tarde convencí a M para ir a ver al Capitán, estaba en un despacho junto a la furrilería de la 3ª Cia. El Furry con el que compartíamos barracón, dormía en el cuarto de los Cabos 1º, se quedó parado al vernos, él conocía el problema, le dijimos que queríamos ver al Capitán y así fue.
Le contamos el problema y no hizo falta mucho para que él mismo pudiera comprobarlo. El Capitán miró a M y le dijo como que…”no te preocupes veremos como se soluciona”.
A la mañana siguiente, en la formación de diana, un auxiliar me llama y me lleva ante el sgto y delante de todos me pone de ejemplo de lo que no se puede hacer; saltarse los escalafones militares e ir a hablar con un superior sin que el inmediatamente inferior lo autorizara. La falta la consideró grave y me pasé tres días en la pavera con todos los gastos pagados, incluido el masaje corporal de las chinches.
A los pocos días M fue trasladado al Hospital del Aaiún, nunca regresó y nunca supe mas de él
Lo mas curioso de este recuerdo es que hace un par de años, recibí un magnífico libreto “El Sáhara, un desierto en mi vida” de nuestro amigo Román Martínez del Cerro y en el que hace mención a este chico M con el que coincidió meses después en algún cuartel de Las Palmas. Que grande es esto......
Sólo me queda la satisfacción de pensar que al menos esos tres días de pavera sirvieron para algo. Cosas de la mili………
El Loco de Smara