La verde...el anfibio

[emilio cisneros]

Para los que fueron al Sahara a partir de los años 70 estas dos palabras pueden carecer de significado, sin embargo para muchos de nosotros, llegados antes, era una especie de grito de guerra reivindicativo que se pronunciaba en los muchos ratos de formación en los que se permitía hablar, y si no recuerdo mal era el llamado "descanso a discreción". La verde no era otra que la cartilla militar, con tapas de ese color, que te era retirada al entrar al BIR y no la volvías a tener en tu bolsillo hasta la fecha del licenciamiento. A partir de 1.970, la cartilla cambió de formato y sus tapas eran de color blanco. Y el anfibio, no era sino el vehiculo final, el que hacía el trayecto barco-playa a la ida y el playa-barco a la vuelta, y que en algunos casos de mal tiempo era la circunstancia mas peligrosa de toda la mili, al tener que hacer la maniobra en un sube-baja del barco, el mar y el anfibio, cada cosa a su aire. Muchos esguinces y hasta fracturas de hueso costaba el desembarco en tales condiciones, teniendo en cuenta que para la práctica totalidad de los reclutas era la primera vez que se enfrentaba a un ejercicio similar. Pero, aún así, y si era para el regreso, el anfibio nos parecía el mejor vehiculo para abandonar el Sahara, no tanto por el territorio en si, sino por las circunstancias que nos habían llevado allí.
En mi caso, solo lo probé una vez, a la ida, pero tuve la suerte de llegar en un día muy tranquilo, y en un correíllo procedente de Las Palmas, y dado el tamaño de ese barquito, el anfibio estaba a menos de un metro por debajo del acceso de la cubierta del correillo, "Vieira y Clavijo" me parece que era su nombre, aunque había otro de nombre "Leon y Castillo" con el que se alternaba en las rutas Canarias-Sahara.
La verde...!!! El anfibio...!!! ¿alguien mas lo recuerda?

[Fernando J. de la Cuesta]

Amigo Emilio, como tú bien sabes los dos fuimos del mismo llamamiento y por tanto yo también "disfrute" de los encantos del anfibio, en mi caso dos veces, una al llegar al Sahara, para desembarcar de la motonave Ciudad de Valencia y despues para trasladarme a Villa Cisneros, que casualidad en el mismo barco que te trajo a tí, el Viera y Clavijo, con un inenarrable viaje de tres dias y dando más bandazos que un borracho en noche de sabado.
Como bién dices al ser este de poco calado, no nos costo gran esfuerzo el subir hasta él, pero el descenso anterior fue de pelicula de Indiana Jones, habia que coordinar la subida del anfibio, por efecto de la marea, con el salto, pues de otra forma, te podias ir a hacer compañia a los calamares y como bién dices, mas de un caso de lesiones se produjeron en el desembarco.

En cuanto a la verde, esa que tantas veces era reclamada en los descansos de las formaciones, tenía cosas curiosas, el apartado de la religión profesada, que en todas figuraba C.A.R., el apartado de los ascensos, donde ponia valor "se le supone" y si tenias suerte y te tocaba una bonita caligrafía, el texto, que en nuestro caso decia así "Prestó juramento de fidelidad a la bandera, ante la del Tercio Sahariano Don Juan de Austria, III de la Legión".

En fín, recuerdos y más recuerdos.

Un abrazo, compañeros del alma, compañeros.

[Julio Muñoz]

Van dos amigos hablando por la calle, y le dice uno al otro: ayer íbamos hablando yo y Antonio... Le corrige el amigo: hombre, querrás decir Antonio y yo... Le contesta el otro, con lenguaje pasota: ¿qué pasa, tio, que yo no iba...?

Pues algo así me acaba de pasar con los amigos Emilio Cisneros y Fernando de la Cuesta..., ¿qué pasa, guripas, que yo no iba en el barco...? El que suscribe, también fue de crucero en Septiembre de 1.968, en el primer barco, el "Ciudad de Cádiz" La verdad es que estuvimos muy atareados en el B.I.R. y no nos dio tiempo ni para saludarnos.

Desde la última revisión, la "verde" la tengo secuestrada no sé dónde, pero debo reconocer que es un tesoro y un documento histórico, por nosotros y por el territorio.

Mis recuerdos imborrables también son muchos. Desde el embarque, el viaje durmiendo en las bodegas, el desembarco, los camiones hasta el B.I.R., el ataque de los pelucas, el periodo de instrucción, la comunicación de los destinos, las marcas en el calendario de bolsillo y la gorra, (Roberto Maseda en los calzoncillos que expuso en Guadalajara), el "viajecito" en los Pegasos conducidos por Caballeros Legionarios hasta Smara, el apoteósico recibimiento que nos dieron allí (apenas nos dejaron dormir), etc.

He visto a compañeros llorar despidiendo a otros al licenciarse, al tomar el DC-3 o DC-4 en el campo de aviación de Smara, rumbo a Las Palmas, para allí enlazar con "el IBERIA" destino a Sevilla, Madrid o Barcelona. Nuestra licencia tuvo grandes momentos de emoción al separarnos de nuestros amigos. Sabíamos que, en la vida civil, cada uno "tiraría para su lado" en la vida, como se suele decir. Pero no hay que preocuparse, el tiempo sí tiene marcha atrás. Y el siroco también, ¿o no?

Un abrazo,

Julio Muñoz