Anecdotas.

[Jose Hernandez Murcia]

Hola a todos,
Esta va de encendedores,
En una patrulla se giró el "sirico" bastante fuerte, de manera que giramos los vehículos y nos dispusimos a esperar la calma.
Intenté encender un cigarrillo, y como buen novato, gaste todo el mechero antes de prender fuego al cigarro, aquella dificultad me dió una idea : hacer servir un encendedor de mecha, de manera que pedí a casa que me enviaran uno. Al cabo de unas semanas llegó el paquete, por suerte habían unos cuantos. Tal fue el exito de aquellos mecheros que fueron motivo de trueque con los saharauis. Les gustó mucho el artilugio, de manera que fuí regalando mecheros. en casa estaban asustados, pensaban que me dedicaba al contrabando de tan rudimentario instrumento de encender fuego.
saludos,
pepe

[Jordi Roig i Marcet]

El encendedor de mecha es mas antiguo que mi abuelo, q.e.p.d. Ya lo usabamos en los sesenta. Es posible, pero, que con la modernidad se hubiera olvidado el chisme, pero haberlo, lo habia muchos años antes de ir todos nosotros a la mili. ¡Palabra!
Lo cierto es que iba de repajolera madre cuanto mas soplaba el viento. Me alegro que hayas traido este instrumento a nuestros recuerdos porqué lo habia olvidado por completo.
Un abrazo, Saharianos.

[luis]

El mechero de mecha, se utilizaba en Valencia para encender las tracas desde hace + de 100 años.

[Invitado]

Esos famosos mecheros estaban muy cotizados en la Bolsa de nuestra Mili, pues desaparecían de unos bolsillos y aparecían en otros extraños, hasta que un colega se jartó y se montó el solito una colección de mecheros y paquetes de tabaco.

Y que se le va a hacer.....

[Jose Hernandez Murcia]

Hola a todos,
referente a los mechero no quería hacer ningun descubrimiento, la utilidad era bien conocida por casi todos, mi abuelo no usó otro mechero que los de mecha. Para los saharauisno eran tan habituales, por tanto, les parecía un regalo importante.
La siguiente anecdota va de listas: En la Mia Montada, como supongo ya sabréis, (Aargub 1971-72) se pasaba un listado mensual del personal y de los camellos, éstos tenían un número de matricula asignado, y el personal el nombre. Pues bien, un escribiente novato, escribía a máquina al dictado del sargento, con los nombre "europeos", ningún problea, con el de los saharauis la cosa se complicó y el soldado escribió una J en lugar de una H, por lo que todos los Mohamed, Ahamed, etc. ´quedaron en Mojamed, Ajamed, etc. El sargento pilló un cabreo de ls hostia en patinete.
saludos,
pepe

[Julio Muñoz]

Estimados amigos:

Nuestro mechero en la Mili llegó a ser uno de los utensilios más valiosos y prácticos, depués del cubierto, naturalmente.

Era el mechero antisiroco, invencible ante las adversidades, como los saharianos. Cuanto mayor era la cólera del Dios Eolo empujando con furia el siroco, más se crecía nuestro humilde mechero para cumplir la orden al bajar enérgicamente nuestra mano, ofreciéndonos su cálida y sonrojada sonrisa que nos permitía "echar un cigarrillo" con los compañeros.

De mecanismo poco complicado, sin libro de instrucciones, tal vez su infalible eficacia estaba en que utilizaba "gas mechano"

En homenaje a su bondad y fidelidad como compañero de nuestras correrías por el Sáhara, debería estar presente en nuestra exposición de objetos en Guadalajara. Tenemos que empezar a patrullar por mesillas y cajones en su busca.

Un abrazo,

Julio Muñoz

[jorge]

En homenaje a su bondad y fidelidad como compañero de nuestras correrías por el Sáhara, debería estar presente en nuestra exposición de objetos en Guadalajara. Tenemos que empezar a patrullar por mesillas y cajones en su busca.

Un abrazo,

Julio Muñoz[/quote]

Estará Julio, estará presente de cuerpo y... mecha

Saludos
jorge

[manuel viaño]

Pues bien, como dice Julio y Jorge, ese mechero de mecha, tan eficaz como sencillo, estará presente en la exposición de Guadalajara, pués yo tambien tengo uno, aunque no lo traje del Sahara, (aun recuerdo siendo un niño, encima de la artesa, la petaca, el librito y el mechero de mi abuelo), tambien era muy popular entre los marineros, que lo llamaban "mechero contra viento y marea", se merece un lugar entre nuestros recuerdos.

Saludos: Manolo Viaño

[emilio cisneros]

Voy a referirme al servicio de piedras en el BIR... no se si os suena a los de reemplazos posteriores a 1.968, pero en mi reemplazo-llamamiento uno de los servicios que se leian la vispera por la noche era el de "piedras". Consistía, para los designados, en subirse, tras el desayuno, a unos camiones de caja abierta y ser llevados hacia el sur, mas abajo de Cabeza Playa, con el objeto de coger piedras del suelo, ni muy grandes ni muy pequeñas. El día que recuerdo, nos dejaron allí solitos a unas quince personas, sin mandos, sin armas, sin ninguna edificación a la vista, sin agua, ni cantina, ni bocata, solo para coger piedras y hacer montones con ellas para llevarnoslas al BIR en los camiones.

Al principio nadie movió un dedo, y nos pasamos un buen rato paseando por aquella soledad, hasta que del grupo surgió un lider natural, gitano puro para mas señas, que nos propuso a cuatro o cinco reclutas, con la mucha psicología que da la vida, empezar a currar, para que cuando vinieran a recogernos, al menos a nosotros no nos cayera un paquete.
Así que entre risas y burlas de los demás empezamos a darle a la piedra, con cuidadito, porque los alacranes estaban metidos debajo de muchas de ellas, y salían con la cola en posición de ataque, molestos al ser desajojados de su refugio. A la hora y media de curro, ya llevabamos una pirámide bastante considerable, y el resto seguía tomando el sol tumbado en la arena, pero entoces apareció en el horizonte un camión en el que venía un sargento a echar un vistazo sobre nuestro trabajo. Nada mas descender del camión, nuestro lider le llevó a nuestro montón, aclarando con mucha gracia y desparpajo, quienes eramos los que habíamos currado y señalando a los otros como fuera de nuestro grupo. Claro, la solución fue sencilla: fuimos liberados de trabajar el resto de la mañana, los otros castigados a currar sin descanso, y nosotros nos dedicamos a jugar al "pi-dola" junto con el sargento y su conductor hasta la hora de comer en que nos devolvieron al BIR.

¿Que haciamos con las piedras? Quizá los reemplazos posteriores os acordeís de un solado que había delante de cada barracón, compuesto de piedras pequeñas metidas a presión sobre la arena y rodeadas de una cerca muy baja de piedras un poco mas grandes. Esas eran las piedras que se transportaban al BIR, que imagino se emplearían también para otras cosas.

De todas formas no era de los peores servicios, desde luego preferible al de cocina, por ejemplo. Además ese día te librabas del orden cerrado, la gimnasia, el baño y sus carreras entre una cosa y otra.

[Gabriel Martinez Magro]

Puestos a hablar de piedras, me acuerdo ahora de los Transistores del BIR.
En mi época, se estaban revistiendo los Barracones que eran de madera, internamente con los transistores.
Qué eran ?. Pues unos bloques de cemento y arena, que se fabricaban en el BIR con moldes, puestos en el suelo, preparando la mezcla de arena y cemento, con agua y dejandolos secar una vez relleno el molde al sol, igual que si fuesen adobes. Los destinados a este "trabajo" solían ser los arrestados, aunque a veces la ayudantía nos pedía a los Furris, que destinaramos algunos hombres a este trabajo de tan alta tecnología.
Una vez secos, se podían forrar los Barracones. De otro tamaño, los usabamos para construcción.Lógicamnete de cuando en cuando debíamos descargar algun camion cargado de sacos de cemento para las obras. Las malas lenguas decían que las obras del BIR se pagaban con los ahorros en la cocina...
Os acordais?????

Saludos
Gabriel Martinez Cabo 1º Magro BIR 1 1969-1971

[Invitado]

.........de cuando en cuando debíamos descargar algun camion cargado de sacos de cemento para las obras. Las malas lenguas decían que las obras del BIR se pagaban con los ahorros en la cocina...
Os acordais?????

Saludos
Gabriel Martinez Cabo 1º Magro BIR 1 1969-1971

Podría asegurar que con los ahorros de cocina era dificil. El presupuesto era muy exiguo, de tal forma que sí el oficial de cocina no sabía administrarlo, el dia 20 de cada més no tenía fondos para dar de comer. Las obras ( y muchas veces los 10 dias de la cocina) se pagaban con los beneficios entre la compra por Almacén y la venta a la Cantina. Pensar en los miles de botellines de cerveza, pepsi y coca cola, tabaco, licores, vino tinto, que se llegaban a vender cuando estaba el Bir lleno. El interés que tenían los proveedores en que les compraras y el regateo que se dejaban aplicar en partidas grandes. Luego había los proveedores de carne, pescado, legumbres, pan, cacao, leche, etc., con los que negociabamos precios y si se podía, algo más. Con una buena gestion de compras daba para: pagar las obras, ................. para: "cada lector piense lo que quiera" ................. y para: vivir bien los currantes de Víveres.
El "blanqueo" de beneficios se hacía a través de los sellos de correos. Las reservas económicas del BIR en "dinero negro" se guardaban convertidas en sellos de correos, eran líquidas y ocupaban poco espacio.
En fín, que era un tema bastante reservado y en el que participé (junto con otros pocos compañeros) en 1974, y se despachaba directamente con el Tte. Coronel una vez al més.
Era todo un proceso complejo y completo (sobre todo la parte en que participábamos los soldados responsables) que seguro daría para una buena historia si la memoria exacta fuese más fresca.
Saludos.
Josep Palou
BIR-Viveres-1974

[José Marín]

Estimados Compañeros, ya que va la cosa de anécdotas ahí va una mía.

Cuartel de la Policía Territorial ¿Jun/Jul? de 1975 Aaiún. Llega a nuestro cuartel un Teniente de la Academia Militar de Zaragoza, para hacerse cargo de la enfermería, era joven, tendría entre 24 y 26 años de edad. La cuestión es que mi amigo Vargas el “FURRI” me avisa de que ¡este atento! por que en el patio se le va a dar la “pastilla” al recién llegado Teniente, y ¿por qué en el patio?, pues por que había varios oficiales haciéndose el longui o el sueco, esperando el momento clave para quedarse con la “copla”. El capitán de la pm. Dirigía la operación que consistía en lo siguiente: El furriel tendrá que buscar el momento oportuno para entregarle las 2 mudas del uniforme al Tte. Con su correspondiente ¿factura?, dicho y hecho, se produce el encuentro a pocos metros de la enfermería, el Tte. Saco su cartera y le dio al furriel dos o tres mil pesetas, y este le entrego las 2 mudas de el uniforme. En ese momento aparece en escena el capitán García, con una sonrisa de oreja a oreja y le dice al Tte. ¿Pero hombre que estás haciendo? ¡Pues ya ve mi capitán, pagando esta factura al furriel! ¿Pero es que tu no sabes que el uniforme no se paga en el ejercito? y le contesta (SI), pero (NO) he caído. Y le dice el capitán ¡pues claro que has caído!, en ese momento cojio el capitán el dinero de las manos del furriel y le dijo al Tte. Que no tenia que pagar el uniforme pero que aquel dinero se podría utilizar para invitar a unas copas a sus compañeros en el bar de oficiales, y así lo hicieron se fueron para el bar. Y yo me quede con el grato recuerdo de haber sido espectador de una “pastilla” entre oficiales.
Un cordial saludo a todos,
José PT 74/75:

[Jordi Roig i Marcet]

Hay que ver de lo que se acuerda uno a veces. Hoy he recibido unas fotos enviadas por mi amigo Enrique Gomariz, fotos que prometo enviar a Juan para que las añada a mi álbum. Un par de ellas son de la juerga de la Patrona, el 8 de Diciembre. Estamos tres personas; uno es el Vasco, el chofer civil que hacía el transporte entre el Aaiún y Smara, el otro es Gomariz y el tercero soy yo que ya debía de llevar bastante cerveza en el cuerpo, puesto que me había despojado del jersey con la galleta y ando en cuerpo de camisa. Valiente que era uno a los 21 años. Pues viendo estas fotos recordaba que aquella noche hubieron algo mas que palabras entre el Vasco, que era una buena persona, y un compañero al que apodabamos el Nerja, al que le gustaba más el pirraque que un chupa chups a un tonto. Se calentó este chaval, por algun comentario del Vasco y se metió en la compañía saliendo con el mosquetón en la mano, jurando por todos sus antepasados que se cargaba al Vasco. El cerrojazo sonó fuerte en el patio y se acabó la fiesta al momento. Recuerdo que yo estaba de espaldas a la puerta de la compañía y solo oí el correr del cerrojo, pero vi a mis compañeros que fijarón sus ojos detrás de mi.
Me volví, no recuerdo si deprisa o despacio, y alargué la mano derecha hasta atrapar el cañón del mosquetón del Nerja, mientras este continuaba gritando su cabreo, calentado por la ebullición del alcohol. Me miró con mucha saña, gritandome que me apartara o disparaba. - Apartate cabo. Apartate o te pego un tiro. Voy a matar a este... -
Le pregunté si quería matarme a mi, mientras lo miraba a los ojos y con la otra mano aferraba el arma, tirando de ella hacia mi hasta que vencí su resistencia y la soltó, dándole entonces la llorera y soltando el moco como un bebé el amigo Nerja se dejó llevar a la compañia y lo acostamos para que durmiera la mona. Y ahí se acabó este mal rollo, pero había metido un peine en el cargador y una bala en la recámara, lo vi cuando descargué el arma. Si por desgracia hubieramos forcejeado, alguien podría haberse hecho daño.
Me había olvidado de esta vivencia y por esto, al recordarla gracias a las fotos, os la cuento para que recordemos que hubo de todo.
Un abrazo, saharianos.

[José Marín]

Allá por octubre del 75, llegaron a nuestro Cuartel los reclutas que nos harían “abuelos” a todos los del reemplazo de octubre del 74.
No se porque, pero me nombraron para dirigir la ceremonia de bienvenida y pastilla. Como éramos muchos los partidarios de; (no dar la pastilla), o darla por tradición pero hacerlo en plan suave, y, sin herir la sensibilidad de nadie, así lo hicimos.
Acondicionamos el cuarto de las duchas, tapamos las ventanas y encendimos unas velas, casi todos los abuelos teníamos turbantes y chilabas, hicimos una perola de sangría acompañada con platitos de aceitunas. Después de la charla de bienvenida, el tesorero empezó con la recaudación de fondos, para la comida y fiesta de los abuelos, unas 300 pesetas era la cuota por recluta. Como anteriormente nos lo habían hecho a nosotros, nos parecía de lo más normal…
También sabíamos perfectamente la caña que les metían en (cocheras), por lo que era más que suficiente. Aparte de lo que les esperaba, como Agentes.
Recuerdo que entre las tonterías que les dijimos, una era algo así como; cuando os de el Comandante una orden y después un abuelo otra, siempre tendrá prioridad la orden del abuelo sobre cualquiera otra ¿entendido?, ¡ellos afirmaban con el gesto! que si, pero nada, convencidos en sus respuestas.
Unos días más tarde, los abuelos de la Sección de Trafico, se encargaron de comprar las langostas para el menú de aquella fiesta de policías asirocaos. Los cantineros hicieron el resto… Gracias, también a ellos creo que salio todo estupendo. También se contrato un fotógrafo para la ocasión.
Sinceramente, creo que tratamos a nuestros reclutas con respeto y dignidad. Digo esto porque en anteriores reemplazos, vi algunas barbaridades. Una cosa es, pasar un rato de cachondeo y otra muy distinta es, machacar o humillar a tus compañeros.
Para Jordi, la vivencia del Vasco, el Nerja y tú por medio, tiene mucho merito. Lo de la foto del Sargento Santana, ya la localizaremos. Gracias, un abrazo, saludos
José PT 74-75.

[Sergio Polo]

Hace algún tiémpo que tengo en mente, escribir un libro, o lo que salga,basado en un grupo de compañeros que perteneciendo a distintos cuerpos del Ejercito, hacen la mili en el Sahara, cada uno de ellos es de una provincia distinta y desde su llegada al BIR, forman un grupo de amigos que se mantendrá hasta el final de la mili, en el que cada uno vive unas experiencias distintas.
Por eso me interesan mucho todas nuestras anedotas ya que en ellas estrá basado este libro. Por favor, ¡Contarlas!.
Un abrazo.