Foros de la WEB La mili en el Sahara

Tras el último encuentro de Toledo, me he sometido a alguna sesión interior de meditación trascendental sobre una cuestión psicometafisica.

Bueno, hablando en serio, y en concreto, me pregunto cual es el nexo común del asirocamiento que nos lleva a revivir aquellos años, cuando es lo cierto que una gran mayoría de los que fuimos allí, lo hicimos a regañadientes, mas cabreados que una mona sin banano, y descontando las horas que nos faltaba para volver. Como también creo que una vez allí, casi todos nosotros preferiamos los destinos mas cómodos y cercanos, nada que ver con los lejanos y solitarios, en fin, que no hubiera que "pasarlas putas", en definitiva. A fin de cuentas, como españoles o humanos que somos, cada cual o venía con un "enchufe" mejor o peor, según sus contactos o amistades, o bien a falta de ellos, trataba de trabajarselo una vez allí con los mandos de su Unidad.

Quiero decir que el presunto espíritu militar que nos suponía no dejaba de ser una bienintencionada idea que se nos trataba de implantar, y mas con un Gobierno de corte dictatorial y regido por un militar, además, que hizo parte de su carrera en Africa.

Recuerdo conversaciones (y discusiones) con algunos mandos tanto del BIR como de la Unidad de destino sobre si era preferible un ejercito de soldados de reemplazo, trabajadores civiles en suspenso, o bien, profesionalizarlo con aquellas personas que tuvieran verdero interés en hacer su carrera profesional dentro del ejercito. Las opiniones eran contradictorias, pero en aquellos años, los soldados de reemplazo eramos sin ningún genero de dudas, el soporte en el que se montaba todo el tinglado del que vivía mucha gente, desde nuestros Mandos hasta los muchos civiles (empleos indirectos) y población indigena.

Esa es la reflexión que me hago ¿por que ese empeño en recordar algo que no nos gustaba, ni nos gustó mientras tuvimos la obligación encima? Supongo que a vosotros, como a mí me ha pasado, tras localizar a algún sahariano, éste se ha mostrado nada o poco interesado en la renovación del recuerdo a través de esta página, considerando que era un episodio de su vida a olvidar, por lo que de nuevo me pregunto: Si el aspecto militar del asunto nos traia de lado, la estancia allí queriamos finalizarla cuanto antes....¿por que, muchos años despues, todo esto?

Seguiré psicoanalizandome.

Mi querido amigo Emilio,

Todo lo que dices es cierto, todos tamblamos cuando en el sorteo nos tocó Africa, todos intentamos por todos los medios el cambiar ese destino, sin conseguirlo ni uno de nosotros, te lo aseguro, todos intentamos una vez allá el conseguir el mejor enchufe para que nuestra "estancia" con todos los gastos pagados fuera lo mas llevadera posible y como no, todos también intentamos el que, ya que estábamos en donde estábamos, el quedarnos en el lugar mas "civilizado" posible, no fue esa mi suerte, en un principio, ya que cuando me dijeron 2ª cia de Radio Ingenieros Smara, poco faltó para caerme al suelo, Smara, siempre oí en el BIR,"lo peor es Smara", que equivocados estábamos...

También es cierto, contábamos los días, las horas y hasta los minutos que nos quedaban de permanencia allí y cierto es también que cuando por fín logramos licenciarnos nuestra primera y durante muchos años intención, fue la de olvidar, no hablar y mucho menos recordar lo vivido allí, enorme error y la prueba está en que todos los que en esta web participamos, es porque en algún momento tuvimos la necesidad imperiosa de revivir, recordar y de hasta llorar por la emoción de saber que otros muchos estaban en la misma situación, eso nos ha llevado a sentir lo que actualmente sentimos y a vivir lo que actualmente vivimos. Te voy a contar una anécdota personal.

Cuando descubrí esta web, cambió mucho en mi vida, reviví momentos ya vividos y lloré, si lloré de emoción al encontar a gente desconocida con las que compartía las mismas experiencias, que cosas.... tanto mis hijos como Bélén mi mujer, no entendían que estas emociones me hubieran cambiado sentimentalmente de tal forma, busqué todos los recuerdos traidos del Sahara, releí todas las cartas guardadas por Belen de la época, las guardó todas, mas de 300, y un algo especial y extraño hizo que desde ese momento empezara a interesarme en buscar a viejos compañeros de mili, eso hizo que asistiera al Encuentro de Toledo, era nuestra primer Encuentro y personalmente no conocíamos a nadie, allí te conocí, a tí y a muchos mas que nunca podré olvidar.

Bien, el Domingo de madrugada, siempre me despierto muy tempranito, después de la Cena del Encuentro, desperté a Belén y le dije: "Belén tu has visto como nos han recibido, ¿como es posible que sin conocer a nadie se nos recibiera de esta forma?, has visto cuanta prueba de amistad, cuanto cariño por parte de todos, esto no es normal, le dije. pero que es esto.... ella, entre sueños, abrió los ojos y mirándome y satisfecha por lo vivido me dijo: ¿Cómo que, que es esto Diego? esto es EL ESPIRITU SAHARIANO", me dió un besito y siguió durmiendo.

Contesta esta anécdota a tus preguntas o prefieres entender el porqué me llamo "El Loco de Smara", no sigas psicoanalizándote o terminarás como yo, Loco, porque esto no tiene una cuerda explicación.

Recibe un fuerte abrazote chicharrero
Diego Padrón/Smara75

"ALOCADOS SAHARIANOS"

Acabo de leer vuestras dos intervenciones en el Foro y creo que ambos tenéis razón. Emilio ninguno de nosotros fue alegre y contento a la mili creo que en cierta forma fuimos incluso con miedo por no saber a donde íbamos. A la vuelta indudablemente que preferimos olvidar vivir la vida y dejar aquellos meses en el olvido. Pero como dice Diego, cuando un antiguo Sargento de Artilleria paisano mio de Cartagena y que por otros motivos dejo el ejercito, me comento la existencia de la web y entre en ella, no me lo podía creer, para mi fue revivir el pasado y también llorar de emoción cuanta gente que peor o mejor que yo había pasado por lo mismo y nunca se me había ocurrido pensar en ello.

Mi reacción fue la de Diego: abrir carpetas, sacar fotos, ver recuerdos, ponerme de nuevo la siroquera... en fin fue revivir de golpe y porrazo todo lo pasado en aquellos 15 meses, y fue bonito, ya no pensaba como lo hice cuando volví del Sahara eran otros pensamientos otros criterios y que quedaron por lo menos para mi demostrados en el encuentro de Toledo.

Por eso también te digo anigo Emilio no te psicoanalices más y dejate llevar por las emociones que suponen el recordar el pasado y encontrarte con personas que han tenido tus mismas visicitudes.

Además tenemos que pensar que con la edad que cada uno vamos alcanzando los recuerdos actuan como el elixir de la eterna juventud.
Un Abrazo
Paco de Cartagena

Hola, Emilio:

¿Cómo van esas sesiones de “meditación trascendental”? Leí con interés tu anotación de apertura para tu tema ‘El Presente y el Pasado’, pero luego hubo de pasar un tiempo hasta que pude registrarme y así poder acceder a los foros y participar en ellos. Lo hago ahora.

El... “nexo común” de nuestro ‘asirocamiento’ pudiera tener mucho menos que ver con el ‘presunto espíritu militar’ que con el fuerte efecto psicológico de habernos tocado vivir la realidad desnuda del desierto, ese campo yermo y épico cuya paradoja induce necesariamente, aunque en mayor o menor grado, a adentrarse en el terreno de lo espiritual.

Recuerdo un día de marcha, de Aargub a Tiniguir, en que quizá para olvidarme de lo que pesaba la ‘máquina’ (ametralladora ‘Alfa-55’), me pregunté a mí mismo si aquel rítmico andar no sería de hecho un peregrinaje en el que el contacto voluntarioso de mis nailas con la arena era menos importante que mi relación con la humanidad (o sea, mi compañía), y por tanto con Dios. En el Sahara, todo era dependencia –de los oficiales, suboficiales, y compañeros, de las armas, y hasta de aquellas latas de carne de la República Argentina amiga que nos daban fuerza para el regreso. Nadie hubiera podido sobrevivir por sí mismo aquel horizonte, aquellas dunas, aquel siroco y calor y frío, como hicimos – ¡porque lo hicimos!, y sin Sinaí donde purificarnos, sin árbol de tamarisco, sin miel de ‘maná’, y sin siquiera agüita de la Fuente del Berro...

Los años nos han hecho independientes, y menos pobres, pero, aunque orgullosos de ello, a veces sentimos que nos falta algo, ¿a que sí?.. Luego “el nexo común” bien pudiera ser que echamos de menos aquella dependencia, aquella sensación de participar inter-dependientemente. Siempre es bueno viajar al desierto, Emilio –incluso virtualmente. Por eso estamos aquí, en ‘La Mili en el Sahara’.

Un abrazo.

Amigo Emilio, compañero de mesa en Guadalajara, interesante el tema que has sacado, tu misma reflexión la tuve en su momento poco después de descubrir esta web, y cuando empecé a “auto-psicoanalizarme”, prontamente llegué a, mas o menos, a esta simples deducciones:
1ª - Éramos jóvenes y ya no lo somos tanto (a nuestras edades siempre tendemos a idealizar y recordar con agrado vivencias de juventud).
2ª - El servicio militar, con lo bueno y lo malo, siempre fue una experiencia diferente a todas las demás y, si encima fue en el Sahara, el recuerdo se hace inolvidable, y vuelvo a repetir, de lo bueno y de lo malo.

Modestamente, he llevado una vida plena y lo suficiente rica de vivencias para no añorar tiempos pasados, pero ¡tíos! lo que viví en el Sahara fue tan diferente que siempre mantuve un recuerdo latente de aquello y, desde que estoy en contacto con todos vosotros, el recuerdo a pasado a formar parte activa, pero co....., si antes apenas usaba el internet fuera de la vida profesional y ahora tres o cuatro veces a la semana entro en la web.

Diego Padrón y Paco de Cartagena, comparto todo lo que decís. José Félix, siempre es un placer leer tus escritos, aunque en alguna ocasión mantenga diferentes percepciones de opinión, pero, sin duda, en esta ocasión lo has bordado.
Un abrazo a todos.

Es para reflexionar el cambio de sensación que se ha ido produciendo en mi al recordar actualmente a los mandos que tuve con relación a los primeros años del licenciamiento. Por aquel entonces quería olvidar a buena parte de ellos, especialmente a los que más duramente nos trataban.

En el presente, y más desde que estoy viviendo esta “segunda mili” con todos vosotros, “asirocaos” como yo, a través de esta fantástica web y de nuestros inolvidables encuentros y reencuentros, resulta que incluso me sería agradable poder encontrarme con alguno de los mandos (con otros no, aunque no guardo rencor a nadie).

Esto viene por la reciente localización de nuestro Capitán Carellán por parte de mi amigo y compañero de Cabrerizas Manuel Borrego.

En alguno de mis escritos ya había hablado favorablemente del Capitán, pero desde que ayer me llamó Manolo al móvil para decirme que acababa de hablar por teléfono con Carellán, mi deseo es poder contactar con él y tener la oportunidad de saludarlo como si de cualquier otro compañero se tratará, pues con la lógica distancia del escalafón, siempre nos trato con gran respeto.

Mi Capitán, espero poder recordar con usted alguna de las experiencias vividas en Bucraa en aquel verano del 74, y en la partida de ajedrez que estuve a punto de ganarle, que después teniendo las tablas prácticamente asegurada, perdí la partida miserablemente.

Saludo sahariano.