Al principio tubimos dificultades para localizar el emplazamiento del enemigo (restaurante), finalmente fué localizado en Restaurante Santa Elisa, de Villaharta, un pequeño pueblo de la serrania de Cordoba,encaramado en una ladera y blanco como la nieve, como es natural en Andalucia.
Unavez, localizado el enemigo, se dispuso el plan operativo, para el día 22, como estaba previsto en la Orden del Día.
Desde el primer momento, se nos agregaron dos individuos, nativos, conocedores del terreno y primos de la sargenta, que no se despegaron de nosotros para nada y que el hombre, pasó a denominarse el Capitan General de Sevilla, por que él no podia ser menos de Comandante.
El dia 21, la comandancia de Valencia, en compañia de los nativos agregados, estando en el pueblo de Belmez( no es el de las caras), así como de visita turistica, tubo noticias de nuestra presencia, el primero comandante, D.Julio Muñoz, seguramente debido a la información de algún infiltrado en nuestra patrulla (sospecho de los nativos), quien dispuso de inmediato, debido a la proximidad con su base de verano, del arresto y conducción, con los ojos bien abiertos, ante su presencia.
Nos sorprendieron, sino, de qué?, en la barra de un bar, con el armamento por tierra y el espiritu alegre, ¿Seria por el agua agria?.
Una vez en su presencia, fuimos tratados según la Convención de los bandoleros de Sierra Morena, comida a tuti plen, agua tontona, la suficiente para poder soplar la gaita sin que suene, reconocimiento del acuartelamiento, haciendo parada obligatoria en todos los sitios que en su puerta ponia, o no, BAR.
Al final de la tarde fuimos puestos en libertad y autorizados a volver a nuestra base, con la seria adbertencia de que de repetirse la acción de la mañana, se procederia de otra forma, ¡¡¡No sé!!!
El día 22, de buena mañana, esta patrulla, se desplazó al pueblo de Villaharta, donde contacto, de inmediato, con la patrulla de agregados, que fueron adbertidos del peligro que suponia unirse a las fuerzas atacantes, que podian acabar, como mal menor a cuatro patas,pues ni por esas, ellos, agregados para lo que fuese, entonces en compañia del auto denominado C.G. de Sevilla??, nos dirigimos al Hogar del Juvilado,¿será querencia?, donde un paisano, alver mi insignia de el Sahara,me dijo que allí cerca habia otro sahariano, en ese momento, los ojos se me pusieron en blanco, como el color de las dunas, el pulso se alteró, cinco millones de pulsaciones por segundo, o menos,el paisano se ofreció para traer al tal sahariano, que resultó ser Miguel Alamo, del grupo de Mahves, despues de los abrazos de rigor y las debidas presentaciones, le informe del motivo de nuestra presencia en el lugar, por lo que siguiendo las normas de los Veteranos del Sahara, fué arrestado de inmediato, diciendole que el arresto solo se levantaria con su presencia en la batalla que esperabamos librar en el restaurante ya citado, al que se presentó a la hora prevista en compañia de su encantadora esposa y la no menos encantadora hija, cosa que me llamó la atención de la guapa hija de Miguel, fué el amplio conocimiento que tiene de los saharianos, claro que es que, como ocurre con muchos de nuestros compañeros, son ellos, los hijos, los que se conectan a la pagina y les informan de loque en ella se pone.
Llegada la hora prevista para la reunión, me personé en el lugar acordado de ante mano, donde fueron llegando, primero la patrulla formada por el primero comandante Julio y su linda esposa Pili, provistos de morcillas y chorizos de la zona, que de inmediato les fueron requisados, para repartir entre la tropa valenciana, sin tener en cuenta a los agregados, poco despues, llegaron el primero comandante José María y su juvenil esposa Loli, procedentes deMalaga, no se pudo unir a esta batalla la patrulla de Huescar, Maximo Julio, por problemas familiares, que esperamos mejoren, al menos para poder asistir a Segovia.
Con el debido siguilo, cantando LAS CORSARIAS,nos acercamos donde el enemigo se habia hecho fuerte, que al vernos, de forma tan aguerrida y preparados para tan suculento combate, se retiraron a la cociana, donde se parapetaron detras de las humeantes perolas, sobre todo el compañero José Maria, que como es costumbre en él, venia preparado con su cubierto militar, cuando entramos en el salon, en la mesa destinada para nosotros, figuraba un hermoso cartel con nuestro anagrama que ponia "Veteranos del Sahara"-"Sierra Morena".
Bueno, para qué contar el menú, no faltó de nada, desde el cochinillo, bacalao, embutido de la zona, sopas, natillas, tintos de verano y yo que sé cuantas cosas más.
Se recibió comunicación de Diego Padrón, que no fué atendida por estar con los morros inchados, así, la de jamos para mejor ocasión (la verdad es que no teniamos covertura), pero cuando pudimos escuchar el buzón de voz, fué apoteosico, nos mandó la gravación de Las Corsarias, junto con su felicitación.
Tambien llamó el amigo Cordero, que se disponia a probar su nueva montura en un vieje por Caceres y como "le venia de paso", se acercó a los cafes, siguiendo con nosotros asta la caida del sol, despues de habernos desplazado al pueblo de Villaharta, cercano, menos de un kilometro, tomando posesión del bar Mira Sierra, donde terminamos el día, maravilloso dia, en el que encontramos a un compañero, perdido en la sierra, como corresponde a un vandolero.
Al dia siguiente, regreso a nuestra base en Valencia, sin novedad.
Y esto es todo, mis queridos amigos y compañeros, añorando el proximo...¿Segovia'
Sergio Polo
