Normas de participación y convivencia en esta Web

[Román Martínez del Cerro]

Una propuesta:
Creo que la mayoría de los que nos asomamos o participamos, en esta magnifica página de la Mili en el Sahara, lo hacemos con la nostalgia de aquellos tiempos pasados, para disfrutar de nuestros recuerdos. No hay mejor forma de disfrutar que compartir con otros. Poner nuestros pequeños conocimientos a disposición de otros y enriquecernos con los recuerdos y conocimientos de otros, que vivieron circunstancias similares o que por cualquier causa están interesados en estos recuerdos.
Sin embargo todos hemos sufrido, de forma excepcional, como algunas participaciones en la página y muy especialmente en los Foros, no han estado acompañadas de las más elementales normas de educación ni son ejemplo de un dialogo constructivo. No quiero calificar este tipo de actuaciones, ya se califican ellas mismas. Muchos menos pretendo educar a sus autores. Pienso que si, con estas edades, no hemos adquirido unas elementales normas de convivencia, es difícil que lo consigamos en el futuro.
Por otra parte, cuando de forma muy prudente, el autor de la página no le ha quedado más remedio que intervenir, ha sido acusado de inquisidor. Esto recuerda el famoso refrán que dice: “De fuera vendrán los que de tu casa te echarán”.
A pesar de los ruegos, quejas, razonamientos, intentos de conciliación, etc. de una mayoría, algunos se empecinan en continuar por esos derroteros. Otro refrán dice: “Genio y figura hasta la sepultura”. Esto, a mi entender, perjudica enormemente a la página y a todos los que disfrutamos en ella.
Por ello propongo, a nuestro amigo Juan Piqueras en primer lugar y a todos los compañeros, elaborar unas normas de convivencia y participación en la página. Normas que pueden ser propuestas, con la participación de todos, y de obligado cumplimiento. De esta forma se podría expulsar y borrar cualquier intervención que, de forma reiterada, incumpla unas elementales normas de participación en la página. Esta actuación no podrá ser calificada de inquisidora.
Con esta idea inicio este Foro. Aquí podemos exponer y debatir los diferentes puntos que pueden incorporarse en esas normas de participación y convivencia en la web.
Un cordial saludo para todos, Román

[Fernando J. de la Cuesta]

¿ De quién sino de un Gaditano podía llegar a nosotros semejante propuesta?.

De un descendiente de aquellos que supieron consensuar y dotar a este Pais de una de las Cartas Magnas más democratica y plena de libertad que hemos tenido, La Constitución de 1812 "La Pepa".

De acuerdo en todo lo que expones, amigo Román, ya es hora de sentar unas bases mínimas de participación, para que aquel que no este de acuerdo con ellas, se vaya por donde ha venido, seguro que nadie le echará de menos.

Yo propongo que sea una especie de Consejo de Veteranos, junto con el dueño de la página, el que elabore dichas normas.

Un fuerte abrazo para todos.

[Gabriel Martinez Magro]

Bien, ya tenemos a un Andaluz. un Madrileño y un Catalán (Por que yo me apunto). Aunque suene a chiste, no lo es.
Creo que es hora de que existan unas reglas escritas de participacion en el Foro y que se analice el Libro Diario . Como usuario de otros foros, he visto las normas escritas que existen y las consecuencias para quien no las cumplen.
Estas normas se deben elaborar y no solo por el propietario, que debe absolutamente participar, si no por una comision de veteranos a nombrar y debe hacerse ya.
Abrazos Saharianos a todos.

[Fco. José Jordá Furió]

OK. Absolutamente de acuerdo en todo, a ver si de una vez por todas, en esta web, se puede escribir y dar una opinión sin que hayan insultos ni descalificaciónes, contar con mi voto afirmativo.
Un abrazo a todos

[emilio cisneros]

Queridos compañeros, no tengo nada que objetar a vuestras buenas intenciones, pero si al modo de llevarlo a la práctica, porque en algunos casos puede confundirse, y no se debe, la agresividad de las convicciones con la pérdida de respeto. Lo primero puede tolerarse, lo segundo de ninguna manera. Pero puede haber terrenos fronterizos y tampoco conviene meterse en charcos de los que uno puede sentirse perjudicado en beneficio de otro.
En lo que respecta a esta web, yo siempre he dado mi apoyo a Juan Piqueras, admirando su paciencia, su trabajo y su buen hacer, y también creo saber, como todos, donde se localizan los focos (afortunadamente muy escasos) de incorrección, grosería e insultos. Sin embargo, el funcionamiento de la web es corrrecto en un 98 por ciento de los casos, y como dice Juan, haciendo un vacío a los que no saben comportarse, acabarán por abandonar la web. Lo importante es tener una buena relación de tolerancia entre nosotros, y permitir la sinceridad de quien expone sus opiniones, aunque no se tenga la misma percepción sobre determinados acontecimientos, o sobre las personas que conocimos en nuestra estancia en "allá por la tierra mora".

[Jose-Felix Olarte]

Hola a todos:

En vista de la escasa, bienintencionada e inefectiva participación en el tema de Román, me he venido preguntando qué significación puede tener el hecho de que su propuesta haya sido prácticamente ignorada. ¿A qué se debe que se le haya hecho semejante “vacío”?

Ya sea por falta de tiempo o capacidad, o sencillamente porque no le interese hacerlo, lo cierto es que el administrador de esta página Web, en tres semanas días no ha tenido a bien ni siquiera expresar su opinión respecto a introducir “normas de convivencia” en sus foros. La significación de esto es muy grave. Esa cerrazón de Califa absolutista revela falta de voluntad de convivencia para lo que importa --algo que nos defina, algo que tenga una validez objetiva--; lo que es peor, ofrece carta blanca para que el sahariano individual modele por su parte actitudes negativas. Excepto por poder compartir nuestras viejas experiencias personales en el Sahara, así como para poder (los que puedan) juntarse a papear, está visto y comprobado que aquí para lo único que se convive es para celebrar a Tontonelo, para aburrir a los lectores, para lamer culo, para exhibir chochera y para proferir insultos. Por separado o en conjunto --y conste que a mí se me ha insultado, sin justificación e impunemente (en esta página Web se ha insinuado que soy un facha, un analfabeto y un cornudo; incluso se ha expresado deseo de que me muera)-- nada de lo anterior tiene tanta importancia como para llegar a hacer que esto “se pare.” Lo que sí acabará dando al traste con ‘La Mili en el Sahara’ es la falta de proyectos comunes, unitivos, no importa la baja probabilidad de su realización.

Sea cual sea aquí la raiz contaminada –la indiferencia de Juan Piqueras, la influencia de los ‘encantadores’ de siempre, la tontería pura, el afán de protagonismo, etc.—lo cierto es que esta página Web está enferma. Ahora bien, ¿significa eso que debemos rasgarnos las vestiduras? ¡No! Nuestra ‘enfermedad’ viene de muy atrás (refiriéndose a la España de Felipe II, Fray Antonio de Guevara decía ya en 1543 en su ‘Marco Aurelio’: “¡Ay del reino que es receptáculo de torpes y destierro de instruidos!”, o palabras a tal efecto), pero ni siquiera eso nos debe importar. Aquí lo único que importa es dejar de disfrazarse de ‘Yo Soy Quien Soy’, o sea, empezar a reconocer que hay ‘enfermedad’; seguir clamando contra nuestros males, pero persistiendo en ignorar sus orígenes, no pasa de ser un ejercicio en frivolidad cuyo amargo precio habrá que pagar antes o después. Espero que no suceda.

Saludos.

[abraham garcia corrales]

Absolutamente de acuerdo con lo participado. Gracias, amigo Román, por pronunciarte de esa manera.

Saludos............abraham
La Unión.- Minera y cantaora

[Jose-Felix Olarte]

Hola a todos:

¡Bueno!, ya tenemos 84 lecturas más y una intervención adicional. Aunque sea goteando (¡ah, la fontanería en España!), la cosa es que el tema NO SE PARE –a ver si al fin se anima “el promotor de la página”, ¡porque sin él!... (¿Dónde estás, Juan?)

Lo primero que deseo añadir a mi anotación de ayer, siquiera para que no concluyáis que soy uno de esos cavernícolas vestidos de pieles e incapaces de ‘ver el vaso medio lleno’ desde su lejana cueva, es que el autor del tema ‘La Medalla del Sahara’ ha dado de nuevo en la diana. Lo segundo, que me alegro de todo corazón que algunos compañeros estén de acuerdo conmigo. (Por cierto, sus anotaciones, aunque escasas, no sólo son bienintencionadas, como dije ayer, sino que también están bien escritas). Finalmente, que me alegro SINCERAMENTE que esta página Web haya servido de medio a través del cual los organizadores del próximo encuentro de saharianos en Ceuta han logrado sentar las bases para llevarlo a efecto. Eso es lo que yo llamo “proyectos comunes, unitivos.” ¡Cómo no iba a unir tomarse un vino de Rioja en la Hípica de Ceuta, sobre todo si es con el fondo musical de ‘Noches en los Jardines de España’, de Manuel de Falla! (Mi ENHORABUENA a Serafiin!)

¿Qué te has hecho, Juan? Espero que no se te ocurra venir a San Francisco sin haber intervenido en este tema; no sea que alguien te tire a la bahia desde el Golden Gate en dia de brisa y niebla...

Saludos.

[emilio cisneros]

Cuando un grupo de amigos o de compañeros se reunen, bien en Encuentros Nacionales o de ámbito geográfico mas reducido, no le hace falta acudir a unas normas reglamentarias de convivencia, porque las buenas formas, la camaradería y las ganas de pasarlo bien hacen el resto.
Respecto al día al día de la página, no hay nada que regular salvo la prohibición del insulto, y esa circunstancia, afortunadamente, es minoritaria. Es comprensible que todos los que hemos participado y participamos en la página tengamos opiniones políticas, sociales, religiosas, y de otro tipo diferentes, pero en principio el propio ámbito de la página está limitado al Sahara y su mili, y en segundo lugar, una cosa es discrepar, y otra insultar y descalificar.

Esta página es, sobre todo, una historia de nostalgias y recuerdos,que nos ayuda a revitalizar y resucitar nuestra juventud, que cada cual la puede vivir con la intensidad que quiera, y que al menos nos habrá servido para acompañarnos en lo que nos quede de estancia en el planeta Tierra. Solo eso, nada mas y nada menos.

[Jose-Felix Olarte]

Hola a todos:

Bueno, vamos a ver... El título COMPLETO del tema de Román es ‘Normas de Participación y Convivencia en esta Web’. No trata, por tanto, de “las buenas formas, la camaradería y las ganas de pasarlo bien” “en Encuentros Nacionales o de ámbito geográfico más reducido” –donde obviamente no hace falta reglamentar la convivencia. (Al patoso que no sepa estar, se le ignora o se le da un par de ostias –y ‘a otra cosa, mariposa’). Esto, de otra parte, es el Internet, un ámbito ni geográfico ni reducido al que puede tener acceso to-er-mundo. Por eso HACE FALTA reglamentar la participación y la convivencia, a menos que no nos importe que “esta Web” se acabe convirtiendo en algo cómico-lamentable –o incluso trágico: aquí se han pronunciado hasta retos a duelo entre saharianos. (¡Menuda convivencia! Como dijo Calderón de la Barca, “Está aquí una pared de la otra más distante que Madrid de Gante.”)

Hace unos días, asistí al ‘entierro’ en una embarcación desde donde se esparcieron sobre las aguas del Pacífico, al oeste del Golden Gate, las cenizas del padre de un buen amigo. (¡Qué vida esta!...) En el curso del trayecto, pude ver a corta distancia las rocas de las Islas Farallones, un santuario marino para aves, así como ‘venusterio’ de focas. Lo que me llamó la atención fue divisar a lo lejos la figura de un hombre en medio de una verdadera legión de dichos mamíferos. Con la ayuda de un par de prismáticos, vi que el hombre estaba intentando desenmarañar a una foca de lo que parecían ser pedazos de una red de pescadores. El hombre, probablemente un guardacostas, pudiera haberse dicho, ‘qué importa una foca, entre miles de ellas; ¡después de todo sólo sirven para reproducirse y alimentar tiburones!’, pero prefirió aportar su granito de arena a la protección del medio ambiente, haciendo ALGO por una sola foca. (No sé si el hombre logró liberarla; lo que si sé es que, si lo hizo, la foca, por sola que estuviera, debió de sentirse muy contenta). El hecho de que el insulto en esta página sea, como dice Emilio, “afortunadamente minoritario” no significa que no se deba hacer ALGO a fin de eliminar toda posibilidad de que lo siga siendo. Está claro que la... ecología de ‘La Mili en el Sahara’ depende de Juan Piqueras.

Saludos.

[Román Martínez del Cerro]

En una intervención anterior, Fernando Jacinto de la Cuesta, de forma cariñosa recordaba la Constitución de 1812, “La Pepa”. Promulgada en Cádiz y referencia de las libertades. Efectivamente Cádiz es una ciudad liberal, lo ha sido en su historia y estoy seguro que lo seguirá siendo. Es una ciudad abierta al mar y por ellos abierta al mundo. Por aquí han pasado comerciantes de medio mundo, muchos de ellos aún hoy los recordamos por los apellidos de las actuales familias gaditanas.
Angel Saavedra, el Duque de Rivas, ilustre cordobés, al salir desterrado para la isla de Malta diría de Cádiz: “Allí, Cádiz, allí. Salve, alta cuna de libertad. Esclarecida roca do se estrelló la bélica fortuna del gran Napoleón....” Indudablemente es una frase algo declamatoria, pero que resalta el espíritu liberal de la ciudad.
Esto viene al caso, que todos los gaditanos estamos muy acostumbrados a oír y exponer opiniones muy distintas. A mantener puntos de vista absolutamente contrarios. Y esas diferencias de opiniones nos enriquece.
Sin embargo una cosa es la libertad de opinión y otra muy distinta es el insulto o las posturas que pretenden imponer opiniones, no con razonamientos lógicos y coherentes, sino intentando imponer criterios con bravuconadas infantiles o insultos impropios de nuestra edad. Yo por ahí no paso. Prefiero no entrar en la página que tener que aguantar como algún compañero, afortunadamente de forma muy excepcional, se dedica a insultar a otro u otros. Una cosa es la libertad y otra muy distinta el libertinaje.
Pero yo no soy nadie, en la página, para dictar unas elementales “Normas de participación y convivencia en esta Web”. Es más, lo que más agrado me supondría sería, que no fueran necesario esas normas. Señal que la educación y el compañerismo se respetaba. Sin embargo y todos hemos sido testigo de ello, en casos aislados y excepcionales, algunos debates han rozado la chabacanería. Por ello mi sugerencia al creador de la página, nuestro amigo Juan Piqueras, para que, con la concurrencia de todos los que participamos en la página, elaborase unas elementales normas de obligado cumplimiento.
Un fuerte abrazo sahariano a todos, Román

[Jose-Felix Olarte]

Hola a todos:

En definitiva, sólo el administrador de la página puede --con todo el derecho del mundo, yo diría-- censurar y eliminar anotaciones cuya letra atosigue, difame o insulte a alguien, o que exprese una opinión personal que incite al odio hacia preferencias/convicciones políticas no compartidas por el autor.

Saludos.

[Román Martínez del Cerro]

Un compañero me llama la atención sobre el tratamiento que se le ha dado, al Rey, en una intervención dentro de un Foro de esta web. Es una carta particular, pero publicada en la página, La Mili en el Sahara. Utiliza la siguiente fórmula: "Al Rey Juan: .. Excelentísimo Señor". Según tengo entendido, Su Majestad El Rey Don Juan Carlos, tiene el tratamiento de "Majestad", por ser Jefe del Estado, con título de Rey y Jefe Supremo, entre otras cosas, del Ejercito Español. Creo que, al menos, por respeto a esta Institución, debemos tener especial cuidado en utilizar la terminología adecuada.
Un cordial saludo a todos, Román

[Román Martínez del Cerro]

Hola Jaime:
Me alegra enormemente “vernos” en otro Foro. Creo que tenemos muchas cosas en común, aunque también tenemos, como es totalmente natural, otras muchas cosas distintas. Por eso me resulta muy interesante cambiar opiniones contigo. Me resultan enormemente enriquecedoras. Gracias por ello.
Pasando al tema de los tratamientos, algunos me resultan muy curiosos. ¿Qué te parece que los rectores de universidad tengan el de magníficos? ¿O los cardenales, de eminencia?
Hay cargos o puestos que podemos considerar más necesarios que otros. Incluso algunos nos pueden resultar inútiles o fuera de lugar. Pero ese será siempre muy discutible y en regimenes democráticos, más o menos modificables.
Otra cosa, a mi entender, distinta es el respeto a las reglas del juego. Si estamos en un estado de derecho y la máxima representación de ese estado es el jefe del estado, a título de rey o, como en Francia por ejemplo, como presidente de una republica, esta personalidad merece todo nuestro respeto. Como persona será como cualquiera de nosotros, pero por lo que representa no. Y si las leyes le dan un tratamiento, por su representación, por nuestra parte debemos utilizarlo. En caso contrario, la convivencia se hace imposible.
A otro nivel, fíjate lo que está ocurriendo en la actualidad en la enseñanza de los niños y jóvenes. Se ha perdido el respeto a los padres y mucho más a los profesores. ¿Conoces lo que esto está acarreando en muchos colegios e institutos? Para ti y posiblemente para mí, el decir don, a un profesor o este decirle don a un alumno y llamarle de usted, puede resultarnos algo si mucho sentido. Pero la práctica ha demostrado, unido a otras muchas cosas, que no es tan insignificante como pensamos.
¿Te has planteado que sería de un ejército sin ninguna disciplina? Donde, a los superiores, se les llamara de “tu por tu”.
Y sobre nuestro tema, ya se que nuestro rey se llama Juan, ya. Y todo lo demás, ya. Pero, tú y yo sabemos, perfectamente, lo que has querido transmitir en ese encabezamiento, ¿o no?
Fuerte abrazo, Román

[Román Martínez del Cerro]

Bueno, bueno....me dejas anonadado. Ya ves como siempre aprendo cosas de ti. Al ver la lista de títulos, me ha entrado una curiosidad tremenda. Cada uno de ellos debe tener una base histórica, sería tan interesante conocer todas esas historias.
Por otra parte, menos mal que no los has puesto todos en tus cartas, sería interminable.
Sobre el tema de la enseñanza, como en otros, tienes mucha razón. Por diversas circunstancias tengo contactos con el mundo de la enseñanza. El grado de bajas por depresión es tremendo, entre los profesores. Supongo que algún día, esto tendrá que cambiar.
Cordiales saludos y un abrazo, Román