ALI LMRABET

Este es el único lugar de la WEB en que se incluirán temas ajenos a 'la Mili en el Sahara'.

¡ADVERTENCIA¡

Toda intervención en estos Foros que hagan referencia o deriven en temas personales mediante: insultos, comentarios malintencionados, críticas destructivas, veladas opiniones o simples alusiones que puedan suponer una intromisión en el ámbito de la vida privada de cuantos participan en la Web, así como en la actividad de cualquier otro Colectivo o Institución ajena a la misma, SERÁ SUPRIMIDA SIN PREVIO AVISO.


Tal omisión, siempre estará guiada por el principio de buena fe del propietario y creador de la Página.


Responder
Blas Collado Pérez
Mensajes: 327
Registrado: 22 Oct 2004 16:41

ALI LMRABET

Mensaje por Blas Collado Pérez »

--------------------------------------------------------------------------------

Interesante articulo reflexión sobre el Sahara, desde el punto de vista de un escritor marroquí.

Un saludo. Blas

**********************************************************


'Nuestro' Sáhara y el de 'los otros'

ALI LMRABET



Existe una falsa creencia según la cual los saharauis están divididos en dos bandos irreconciliables: entre pro y anti marroquíes. Este credo, fruto del desconocimiento de la realidad sociopolítica del Sáhara Occidental, pero también de un cierto reclamo político por parte de un grupo de saharauis en busca de protagonismo, ha sido recientemente recogido por el catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, Bernabé López García, en un artículo de prensa titulado: «Nuestros saharauis y los otros».



La idea defendida por López García, que es bastante cercana a una tesis de moda en Marruecos, asegura que la sociedad española ha apoyado incondicionalmente durante décadas a los refugiados saharauis de los campamentos de Tinduf, ignorando al grueso de la población saharaui que sigue residiendo en la antigua colonia española y que no es propensa a lanzarse en aventuras independentistas. Para decirlo claramente, como subraya el catedrático, ¿por qué continuar haciendo del polisario el «único y legítimo representante» de los saharauis cuando existen otras voces?

Es difícil replicar sin vacilaciones a Bernabé López García, que fue nuestro mentor en temas relacionados con el Sáhara cuando, a finales de los años 90, un grupo de jóvenes periodistas marroquíes intentábamos abordar sin prejuicios ni tabúes este sensible conflicto. Pero hay que hacerlo, en nombre del libre debate democrático; y, desgraciadamente, no desde Marruecos, donde es casi imposible evocar el tema sin tener que envolverse en la bandera nacional, sino desde una publicación española.

Hay que decir, en primer lugar, que nuestro eminente y estimado catedrático tiene toda la razón cuando asegura que no todos los saharauis consideran al Frente Polisario como su legítimo apoderado. El tribalismo (una palabra proscrita por decreto en el mundo polisario) y el recelo de una parte de la población saharaui hacia la tribu de los Erguibat que controla los principales puestos de mando del movimiento independentista, tienen algo que ver. Pero la reflexión de Bernabé López no va más allá de una mera constatación, y no explicita su tesis. Hubiera sido interesante, por ejemplo, que el estudioso madrileño nos dijera quiénes son esos otros representantes legítimos de los saharauis y dónde reside, justamente, su representatividad.

Hubiera sido, además, instructivo saber un poco más sobre esa mítica masa saharaui pro marroquí que, según Rabat, está convencida de que el conflicto es superficial y de que es obra de unos cuantos mercenarios pagados por Argelia. No hace falta añadir que, si todo esto fuera cierto, los amigos y turiferarios de Marruecos (que los hay también en España) deberían animar a las autoridades de mi país a organizar rápidamente, bajo la supervisión de la ONU, un referéndum de autodeterminación para que nuestros saharauis puedan proclamar al mundo que nos quieren, que hacen suya nuestra bandera, y que están orgullosos de nuestro glorioso Ejército y temerosos de la perdida del más mínimo grano de arena de nuestro querido desierto.

Pero los marroquíes que queremos a nuestro país desde una pasión diferente al nacionalismo patriotero fomentado por el Ministerio de Interior sabemos que la realidad no se encuentra en los informativos de televisión, ni en las falacias publicadas por nuestra prensa desde hace más de 30 años. Si pasamos por alto a una cierta clase dirigente saharaui que se puede tachar de giratoria, ya que se acomodaría con cualquier poder, y si hacemos poco caso de los antiguos polisarios recuperados por Marruecos, y que se han convertido oportuna y ruidosamente en azote de sus ex compañeros de lucha, hay que ser ciego para no darse cuenta de que si no todos los saharauis son forzosamente pro Polisario, lo que es evidente es que son antimarroquíes e independentistas.

Y aunque seguramente no tienen una idea clara de lo quieren, ven su futuro sin Marruecos, ya que 30 años de represión y de negación de la existencia de un pueblo y de una cultura saharauis han producido exactamente lo contrario. Hoy, cuando se visita el Sáhara, nos topamos con dos tipos de habitantes. El primero ha conocido la colonización española y se acomoda prudentemente con la presencia marroquí, por oportunismo político o económico. Y el segundo es el joven rebelde, nacido en el seno de la madre patria marroquí, y cuya identidad nacionalista se ha forjado en las salas de tortura de las comisarías. Si la edad y la mentalidad separa a estos dos tipos de saharauis, su antimarroquismo y su obstinada convicción en tener un futuro sin nosotros -aunque no sea bajo la bota del Polisario-, los une irremediablemente. Y a nada sirve creer que haciendo actos de contrición o jurando que el plan de autonomía traerá en sus maletas jugosos regalos va a cambiar algo en esas mentalidades. En el desierto, tanto los rencores como los reconocimientos son valores seguros.

Durante un reciente periplo por el Sáhara, fui accidentalmente presentado a un grupo de saharauis supuestamente pro marroquíes. Un próspero y viejo jeque de tribu -que esa misma mañana berreaba con ferocidad en la pista de aterrizaje del aeropuerto de El Aaiún los obligados Aacha el malik (¡Viva el rey!) y se impacientaba por besar la mano del soberano en visita oficial en la zona-, me bombardeó durante una hora con un discurso independentista no muy diferente al del Polisario, y al límite de la xenofobia. Su vecino, un ex oficial saharaui del Ejército marroquí, animaba a su hijo, independentista, a perseverar en «sus acciones», porque eso permitía a la familia beneficiarse por parte del Estado de un bienestar desconocido en Marruecos por su fingido apego a las tesis unionistas.

«Lo que se dice fuera, no es lo que se piensa dentro», dejó caer con una sonrisa el hijo del militar. Esta escena, desconocida e incongruente para el marroquí medio, es la evidencia de que tanto Hasán II como Mohamed VI han fracasado en su política de marroquinización de las mentes y corazones saharauis, bastón para los enardecidos y generosas prebendas para los supuestos convencidos. Si no podemos contar con los que se benefician de nuestra presencia en el Sáhara y se nutren de nuestros obligados sacrificios, ¿qué hay que esperar del resto de la población?

Y por una vez, las autoridades marroquíes conocen esta realidad. Por eso se aferran a su negativa de no permitir un referéndum de autodeterminación que les daría un mortal sobresalto; y no tienen la intención de confiar la llave del conflicto a los saharauis, aunque sean los nuestros. Prueba de ello es cómo se elaboró el plan de autonomía que Marruecos va a presentar próximamente a Naciones Unidas. Oficialmente, fueron todos los miembros del CORCAS (Consejo Real Consultivo para los Asuntos del Sahara) los que pensaron y confeccionaron el texto. Oficiosamente, sólo un reducido grupo comandado por el presidente del CORCAS, Jali Henna Uld Rachid, y custodiado por un grupo de expertos españoles y franceses (para que no vayan lejos), elaboró un texto que fue varias veces rechazado por el Ministerio del Interior.

Esto debería hacernos reflexionar sobre nuestra presencia en el Sáhara y sobre lo que tendríamos que ofrecer a los saharauis para que soporten vivir -si España y la comunidad internacional los abandona- bajo nuestra sombrilla. Si estuviéramos realmente en un país en transición democrática, como cantan los Chirac, Zapatero y Bush (por una vez de acuerdo), deberíamos abrir un debate nacional sobre el conflicto, permitiendo a quien quiera expresar sus ideas exponer sus propuestas y, ¿por qué no?, su malestar.

Seguramente nos enfadaríamos unos con otros, pero algo saldría de ese arduo e inédito debate. Por ejemplo, proponerles una autonomía a la española dentro de un país regido por una democracia no adulterada, o, si los saharauis no están convencidos de nuestras intenciones, permitirles que acudan al inevitable referéndum.

Pero vivimos en un país donde la Monarquía se ha apropiado de la gestión del conflicto, lo ha amarrado a su trono y ha amenazado a la nación de un homérico diluvio si por desgracia se perdiera el Sáhara. Un país donde el régimen impone el silencio a los disidentes, enjuicia a los malos pensadores, considerados «traidores» a la patria y al consenso nacional, e instaura como verdad absoluta el pensamiento único en todo lo referente a la integridad territorial.


Hoy en día, nadie en Marruecos puede atreverse, no a cuestionar que es mucho, sino a reflexionar sin restricciones sobre un conflicto que ha empobrecido económicamente a los marroquíes, frenado su desarrollo y desactivado para mucho tiempo los partidos políticos, convertidos en altavoces y portavoces del régimen, en guardianes del dogma oficial. El progresista marroquí que entiende y apoya la legítima reivindicación de los palestinos para tener un Estado se convierte en un intolerante incapaz de abrir un debate argumentado con un independentista sobre esta cuestión. Como si los principios y los preceptos universales que nos sirven para defender causas ajenas no tuvieran la misma validez moral cuando se trata de aplicarlos en nuestra propia casa
Blas Collado Pérez
Mensajes: 327
Registrado: 22 Oct 2004 16:41

Salió una fria mañana de Enero de 1984

Mensaje por Blas Collado Pérez »

Salió una fria mañana de Enero de 1984
Enviado el Viernes, 16 mayo a las 18:20:54
Tópico: Articulos y Noticias
ALI LMRABET desde Nador

16 de mayo de 2008.- Salió una fría mañana de enero de 1984 para jugar a las canicas. Cuenta su madre que le pidió que no se alejara demasiado y que no tardara en regresar a casa. Algo, una sensación o ¿acaso esos 'signos', esas supersticiones que son parte integrante de nuestra cultura?, le hizo entrever que se avecinaba una desgracia. Se llamaba Zouheir Faris, tenía 15 años, y desde ese 19 de enero de 1984 su madre nunca más volvió a saber nada de él. Lo buscó en comisarías, hospitales y hasta en morgues. Sin ningún resultado. Pensó un momento que había sido secuestrado, pero el poco empeño puesto por la policía para esclarecer su desaparición la convenció de que algo terrible había ocurrido.
Imagen El pasado martes 29 de abril unos obreros descubrieron en un campamento de la Protección Civil,......
... un cuerpo paramilitar que depende del Ministerio de Interior, una fosa común que contenía los restos de 15 personas. Una de ellas era Zouheir Faris. El esqueleto llevaba la ropa que el niño vestía el día de su desaparición, los zapatos, y en sus bolsillos estaban las bolas con las que había salido a jugar. Según varios activistas de derechos humanos de la región, algunos huesos estaban destrozados por impactos de bala.

El Consejo Consultivo de Derechos Humanos (CCDH), un organismo oficial y bastante servil dirigido por un antiguo radical marxista leninista convertido hoy (¡hay que verlo para creerlo!) en un vehemente defensor del patriotismo de corte monárquico, sentenció que Faris formaba parte de los 'manifestantes' muertos en los "dolorosos sucesos de 1984", durante una revuelta social contra el aumento de los precios. Luego, anunció que la familia de Zouheir sería informada de las diligencias pertinentes. Nadie, aparte los habitantes de Nador y la diáspora rifeña en el extranjero, habló de justicia ni se exigió responsabilidades por la muerte de un niño que, obviamente no era un 'manifestante', y aunque lo fuera no tenía por qué morir y ser sepultado de esta manera.

En la historia reciente de Marruecos tuvimos muchos "dolorosos sucesos". En 1965 la población de Casablanca fue ametrallada por helicópteros del ejército y bombardeada por tanques mandados por el propio rey Hasán II. En 1981, la misma ciudad sufrió una matanza llevada a cabo por batallones de choque del ejército y los escuadrones especiales de la Gendarmería Real. En 1984, varias ciudades del norte de Marruecos fueron tomadas por el ejército. En esa ocasión, en un discurso 'memorable' dirigido a la nación, el soberano alauí tachó a sus súbditos del norte del país de 'aubach' (Apaches), de 'contrabandistas' y de 'ladrones' y les advirtió: 'me habéis conocido como príncipe heredero [durante una revuelta popular rifeña, en 1958, que fue aplastada con bombas de NAPALM], ahora me vais a conocer como rey (…) Soy capaz de liquidar los dos tercios de la población marroquí para que la tercera parte pueda vivir tranquila'. Enseguida dio rienda suelta a sus huestes para restablecer 'su' orden. Y otra vez, los militares y los gendarmes torturaron, violaron y mataron indiscriminadamente a sus propios compatriotas bajo la mirada muda de un Occidente que necesitaba del régimen marroquí en esos tiempos de confrontación Oeste-Este.
La historia oficial, es decir, la del susodicho CCDH y su Marx de pacotilla, asegura que 16.000 marroquíes fueron asesinados durante los llamados años de plomo (1960-1999). En realidad, como lo atestan las investigaciones llevadas a cabo por organizaciones de derechos humanos independientes hay que multiplicar esta cifra por dos, y hasta por tres. Esas mismas organizaciones subrayan que la región del Rif ha pagado un tributo altísimo al profundo odio que le profesaba Hasán II hacia esa región.

Hoy en día, uno de los represores de las masacres de Casablanca en 1981, las de Nador en 1984 y las de Fes en 1990, el comandante en jefe de la Gendarmería Real, general Hosni Benslimane, sigue en el cargo, y aunque pesa sobre el dos ordenes internacionales de busca y captura emitidos por dos jueces europeos, fue condecorado en enero de 2005 por el actual gobierno español con la Gran Cruz de Isabel la Católica. Para algunos miembros del ejecutivo español es, evidentemente, "horroroso" tomarse una foto con un pobre tonto polígamo nigeriano, pero no lo es cuando se trata de colgar sobre el pecho de un homicida buscado por la justicia internacional una condecoración oficial española.

Y es que no somos nadie.

fuente: artículo de Ali Lmrabet en 'El Mundo' 16/05/08
Blas Collado Pérez
Mensajes: 327
Registrado: 22 Oct 2004 16:41

Re: ALI LMRABET

Mensaje por Blas Collado Pérez »

Noticias: Condena histórica contra la agencia estatal de noticias marroquí
Enviado el Jueves, 25 junio a las 18:02:47
Tópico: Cosa que vale la pena destacar
El mundo 21/06/2009

El director de la delegación en Madrid de la agencia estatal de noticias de Marruecos (MAP), Saïd Ida Hassan, así como la propia MAP han sido condenados por un tribunal de Almería por intromisión ilegítima en el honor del periodista marroquí Ali Lmrabet a pagar 12.000 euros de indemnización.

Esta condena es la consecuencia de la actuación de Ida Hassan quien, en abril de 2005, después de un largo viaje de 650 kilómetros de Madrid a Almería, se presentó en el anfiteatro de la Universidad de Almería donde Lmrabet impartía una conferencia sobre inmigración.

Una vez allí, Ida Hassan se levantó de su silla y después de presentarse como "corresponsal de la MAP en España y miembro del Sindicato nacional de la prensa marroquí", comenzó a increpar Ali Lmrabet, a insultarlo para terminar acusándolo de haber escrito en el diario EL MUNDO que "todos los marroquíes residentes en España son terroristas".

Considerando que esta intrusión no era fortuita, y que la intervención de Ida Hassan no tenía nada que ver con el periodismo ni con la misión de una agencia estatal de noticias cuyo propósito es informar y no asociarse a las conspiraciones del Estado marroquí, Lmrabet decidió querellarse contra Saïd Ida Hassan, pero también contra la MAP, dirigida entonces por Mohamed Khabachi.

El periodista marroquí ha exigido desde el principio que tanto Ida Hassan como la MAP demuestren sus acusaciones proporcionando al tribunal el supuesto artículo de EL MUNDO en el que Lmrabet habría tachado a los inmigrantes marroquíes de terroristas.

El miércoles pasado, el tribunal de Almería emitía un fallo favorable de Ali Lmrabet y en el que condenaba a Saïd Ida Hassan y a la MAP, que en ningún momento han podido probar sus acusaciones, a pagar a Ali Lmrabet la suma de 12.000 euros.

Además, tendrán que publicar a su costa la resolución de la sentencia en dos periódicos españoles, así como pagar las costas procesales del juicio.

Esta sentencia es una primicia en los anales de la MAP, ya que es la primera vez que esta agencia oficial es condenada por un tribunal.

En febrero de 2008, la Audiencia Provincial de Madrid ya rechazó las pretensiones del director Ida Hassan y las de su colega de entonces, Mansour Madani, de que se admitiese una acción en justicia contra Lmrabet, condenando a los dos a pagar las costas del juicio.
Blas Collado Pérez
Mensajes: 327
Registrado: 22 Oct 2004 16:41

Re: ALI LMRABET

Mensaje por Blas Collado Pérez »

Respuesta a Samira Sitial
Enviado el Lunes, 26 octubre a las 18:15:46
Tópico: Marruecos

El País.com

ALÍ LMRABET, - periodista marroquí - 25/10/2009

Acabo de leer en la edición de EL PAÍS del 24 de octubre de 2009 una entrevista con la directora de Informativos de la cadena de televisión estatal 2M, Samira Sitaïl, quien al terminar una frase se permite hacer un comentario sobre mi persona. "Su condena [la mía, a 10 años de inhabilitación periodística] nos obligó a solidarizarnos con él. Y me molesta, porque no aplica la deontología periodística", expone la señora Sitaïl.



Lamento que su reportero no se haya informado lo suficientemente sobre esta señora, presentada por su periódico como la encarnación de "la cara positiva de la modernización marroquí", en este preciso momento en el que la prensa independiente de nuestro país pasa por uno de sus peores momentos.

Samira Sitaïl, un títere del poder, nunca "se solidarizó" conmigo, ni tampoco con ningún otro periodista. Al contrario, esta "periodista" -que ha sido condenada varias veces por la Haca (el organismo de control de los medios audiovisuales) por "falta de ética profesional"- tiene como misión dar batalla a todas las disidencias de Marruecos. Durante mi trayectoria periodística, la cadena de televisión estatal 2M fue uno de los medios que más me difamó. Y nunca, ¡nunca!, ha aceptado publicar mis protestas o mis legítimos derechos de réplica.

En lo referente a la "deontología", hay que destacar que los parámetros "deontológicos" de la señora Sitaïl son los del Ministerio de Interior, y son los que niegan nuestro derecho a opinar sobre el conflicto del Sáhara occidental, a criticar al régimen y a franquear las famosas "líneas rojas" impuestas por nuestro autócrata nacional. Quiero recordar a sus lectores que fui condenado a 10 años de inhabilitación para el ejercicio de la profesión de periodista en Marruecos por haber infringido esos parámetros declarando públicamente que los saharauis de Tinduf son "refugiados" y no "secuestrados por el Polisario", tal como lo afirma la propaganda oficial marroquí de la que 2M es una parte importante.

Por fin, no quiero cerrar esta pequeña polémica sin manifestar mi asombro cuando leo que la señora Sitaïl reconoce que no habla el "árabe clásico", idioma imprescindible en un país árabe como Marruecos donde casi todos los telediarios de la cadena que dirige Samira Sitaïl se ofrecen en... árabe clásico.

En España, si el director de Informativos de TVE declarara que no entiende el castellano y que además se siente orgulloso de ello no duraría medio minuto en el puesto. La señora Sitaïl ocupa el puesto desde hace más de una década sin conocer una pizca de la lengua oficial del país.

Y a esto se le llama "cara positiva de la modernización marroquí".
Responder