Y Nelson, viendo el desastre del intento de desembarco de sus marines, decidió tomar Tenerife y desembarcar él mismo en uno de los botes de su navío.
La víspera del ataque se abrió una tronera en el muro del castillo de San Cristóbal donde se colocó un cañón de 24 libras a baja altura,
para dificultar el desembarco inglés en la playa que separaba este castillo del de San Pedro. Es posible que, como indica la tradición, se tratara del cañón Tigre,
pero es un hecho indemostrable ya que eran numerosos los cañones que en fuego cruzado, intentaban impedir el acceso inglés a la playa y al muelle.
Sin llegar a desembarcar Nelson fue herido en el codo derecho por fuego de metralla, ya que el infierno les caía del cielo, mientras que Richard Bowen, comandante de la Terpsichore, pierde la vida.
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El Teniente Josiah Nisbet, el hijastro de Nelson, está de pie detrás de él y salva su vida al practicarle un torquinete que evita la pérdida de sangre.
Detrás de él y a la izquierda hay dos tenientes más. También en la barcaza y a la derecha del grupo se encuentra un tercer teniente que agarra el bote, con dos marineros detrás de él.
En el primer plano izquierdo que está de pie en el agua es el Capitán Thompson, junto con otro teniente.
Cuadro del National Maritime Museum, London, Greenwich Hospital Collection. Por Richard Westall.
El teniente Josiah Nisbet (el hijastro de Nelson) cogió a Nelson mientras caía herido en su bote. "Soy hombre muerto," murmuró mientras Josiah lo ponía tumbado en el bote,
a continuación rasgó el pañuelo de seda negra de su propio cuello y la ató como torniquete alrededor del brazo herido.
Josiah vio que la vida del almirante dependía de una vuelta inmediata al barco y al cirujano. Nelson rechazó ser subido a bordo de la fragata Seahorse que era el barco más cercano,
debido a la señal de socorro que izaría su capitán Betsey Fremantle y que tendría consecuencias desastrosas para la moral de las tropas,
así que la lancha continuó más lejos para encontrarse con el navío Theseus.
Su brazo derecho colgaba inerme por un lado mientras que, con la izquierda se apoyaba para ir a bordo de la nave. "déjenme subir solo,"
el contralmirante gritó herido "tengo todavía mis piernas y un brazo útiles.
Diga al cirujano que se de prisa en preparar sus instrumentos- sé que debo perder mi brazo derecho, así que cuanto antes mejor."
Un acto valiente ante tan desastroso desembarco. El resto de su grupo encalla o desembarca en otras zonas donde son hostigados por los milicianos.
Posiblemente y desde la posición del bote de Nelson, esta fue la vista de Santa Cruz que desde su proximidad vió
Hoy al frente, el edificio del Cabildo Insular de Tenerife y junto a la torre de la Cruz de los caídos, ahi en ese lugar se asentaba
el
Castillo de San Cristobal, lugar del donde el cañón El Tigre, le arrebato al pirata (jejejejeje) su brazo derecho.
Éste es hoy el lugar
Y aquí la Plaza de La Candelaria, antiguamente la
Plaza de la Pila lugar en donde las tropas inglesas que pudieron desembarcar empezaron a agruparse.
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En la playa de las Carnicerias logran desembarcar 450 británicos pertenecientes a tres de los seis grupos, que se dirigen al centro de la ciudad bajo el intenso fuego.
Intentan sin éxito tomar el fuerte de San Cristóbal por la retaguardia, a pesar de los contratiempos, y demostrando gran arrogancia,
el capitán Troubridge envío un mensaje al general Gutiérrez para instarle a la rendición, que lógicamente fue rechazada categóricamente
(estos mensajes del oficial británico eran seguramente para ganar algo de tiempo, para que a los posibles refuerzos les diera tiempo llegar hasta su posición).
A continuación logran encerrase con 340 hombres supervivientes bajo el mando de Troubridge y Hood, en el convento dominico de La Consolación,
pero eran sabedores que esta situación era insostenible, ya que los barcos de guerra británicos no podían acercarse para dar refuerzos a las tropas desembarcadas.
El capitán británico contaba sólo con 80 infantes de marina, 80 lanceros y 180 marineros armados con mosquetes.
Los dos grupos restantes de británicos desembarcan en la playa de las Carnicerías y avanzaron por el barranco de los Santos.
Sus ataques al principio tienen éxito, pero el batallón de Canarias ataca por el flanco junto con las partidas de Cuba y La Habana, empujándoles hasta la plaza de Santo Domingo,
donde se unen a las fuerzas de Troubridge donde quedan completamente cercados.
Plaza de Santo Domingo, hoy. Lugar de historia de Tenerife
El batallón de Canarias, previa orden, ocupa el muelle con el fin de cortar la retirada de Troubridge y la llegada de refuerzos. El regimiento de La Laguna se dirige al muelle en dos columnas, una por la retaguardia de la plaza de Santo Domingo, para evitar la progresión de los británicos al interior, y la otra columna siguiendo la línea de costa. Tanto las órdenes como los movimientos de los defensores fueron ejecutados con rapidez y eficacia.
Nelson intenta de madrugada reforzar a Troubridge enviando 15 botes hacia el muelle. Las baterías costeras hunden a tres, los demás viraron y regresaron a los buques. La batería del muelle, antes inutilizada ahora ya estaba de nuevo en servicio, lo que hacía imposible otro ataque.
El capitán Troubridge tras otro ridículo mensaje instando a la rendición y dándose cuenta de la triste realidad mandó a Hood a parlamentar con el gobernador. El general Gutiérrez ese día del 25 de julio tenía crisis asmática, a pesar de ello obligó al enemigo a negociar, lo que era en realidad una capitulación.
Estas eran las condiciones de la negociación.
"Santa Cruz, 25 de julio de 1797
Las tropas &c. pertenecientes a S.M. Británica serán embarcadas con todas sus armas de toda especie, y llevarán sus botes si se han salvado;
y se les franquearán los demás que se necesiten, en consideración de lo cual se obligan por su parte a que no molestarán el pueblo de modo alguno los navíos de la Escuadra Británica que están delante de él,
ni a ninguna de las Islas en las Canarias, y los prisioneros se devolverán de ambas partes.
Dado bajo mi firma y sobre mi palabra de honor
Samuel Hood
Ratificado por
T.Troubridge, Comandante de las tropas Británicas."
Continuaré con mi cuento..., historia de mi ciudad.
Hasta la próxima locos
El Loco de Smara