Amigo Emilio: Miércoles, 28 Septiembre 2005 21:31
En el encuentro de Cáceres, me enteré "de oidas" que nuestras sargentos andaban comentando entre ellas que parecíamos niños con zapatos nuevos, al rato de vernos saludarnos, hablando entre nosotros, contandonos nuestras cosas, etc., como si todavía estuviéramos vestidos de color "garbanzo"
Pero lo más grande les ocurrió a ellas a continuación, pereciendo querer competir con nosotros en su trato entre ellas mismas. A punto estuvieron de superarnos. Les faltó el silbido del siroco.
Pues estas son nuestras cosas.
Mi más cordial bienvenida a todos los compañeros que van llegando a esta gran jaima: nuestra página. Aquí cabemos todos, como en la Mili.
Un abrazo,
Julio Muñoz