Mis memorias del BIR.
Muchas son las cosas que se quedan grabadas cuando te llevan durante 15 meses de tu juventud a compartir una estancia colectiva en el ejército y en el Sahara. Hay una, de las primeras, que quiero compartir.
Abril 1969. Jura de Bandera. En el desfile, muy cercanos a mi, la guardia escoltando a un cabo. ¿Qué ocurre?. Esa era la pregunta. Días antes es enviado al calabozo el cabo de la cantina y algún soldado más. Pasados muchos años y a través de esta página “Sahara-mili”, he logrado conocer lo ocurrido.
Aquel cabo, vasco para más señas, estuvo dos meses en el calabozo sin culpa alguna. Se licenció con sus compañeros de llamamiento, sin problema pero… pudo pasar. La historia nació en 1969, cuando los responsables del BIR tomaron la decisión de mejorar aquel campamento con los escasísimos medios a los que se podía llegar. Era fácil ver a los reclutas con mantas al hombro ir a recoger fuera de las alambradas del campamento canto rodado para trasladarlo con el fin de construir muros de contención de arena y “calles” alrededor de los barracones. Pero también hacía falta cemento (arena ya había), pintura y otros elementos para la mejora. Y en esa tarea todos se ven obligados a participar, supuestamente por una orden del mando del BIR.
En este caso, el capitán a cargo de la cantina del BIR ordena al cabo aumentar los precios de las bebidas, los bocadillos, etc. Y así se hace. Alguien denuncia el hecho y se abre una inspección, que, digo yo, debía de ser una pantomima. Se demuestra que es cierto el aumento de los precios y como el eslabón más débil es el cabo, pues al calabozo hasta que se aclare el entuerto. El responsable de la orden no da la cara y el cabo no dice lo que pasó por temor a las represalias, ya que por lo visto había sido amenazado por su capitan de cantina. Pasado el tiempo y con la intervención de varios oficiales, las cosas se aclararon, las aguas volvieron a su cauce y el cabo pudo seguir su paso por la “mili” hasta licenciarse.
A veces estas cosas ocurren y siempre paga el más débil. ¿Por qué no se responsabilizó el capitán?. ¿Por temor a una mancha en su carrera?. Seguro que nadie se llevó ni un céntimo, que el dinero se utilizó para mejorar el BIR, que, por cierto, cambió sustancialmente un año después. Pero, en principio, el cabo fue el perjudicado