Re: APUNTES Y NOTAS SOBRE EL SAHARA.
Publicado: 21 Mar 2010 13:34
Pesos f u e r t e s .
Algunos vasos grandes y medianos, jarros y tazas de cristal de
primera …………………………………………………………………………………………….……..........1.000
2 relojes de sobremesa, de algún gusto exterior …………………………................. 4.000
Uno de repetición, de gusto y precio……………………………………. ...................... 1.000
Otro ídem, menos costoso……………………………………………….............................. 800
Seis ídem, comunes………………………………………………………..............................1.000
Dos frasqueritas con aguas destiladas, de poleo, hinojo y canela,
sin que tengan espíritu ni licor……………………………………………............................500
500 arrobas de cochinilla, á 75 pesos fuertes una…………………….................... 37.500
Esta relación, sin valorar, está autorizada por el Conde de FJorídablanca en El Pardo á 27 de Febrero; todos los efectos que en ella se incluyen fueron comprados en Cádiz, menos los paños de Segovia y de las Reales fábricas y los juegos de café, té y chocolate, que se adquirieron en Madrid por no parecer bastante suntuosos los que en aquella capital se encontraron. Formaban también parte del regalo, y ciertamente la más pesada y voluminosa, cuatro copas ( i ) (de caoba una, de pino tres), 48 ventanas de caoba, una litera de camino y otros efectos que el Monarca había mandado construir por su cuenta en España y que desde un principio se había acordado regalarle. Hechos ya todos los preparativos, diéronse á Salinas las instrucciones (2) á que había de ajustar -su conducta; en ellas, después de expresar el objeto de la Embajada, se le nombraba. Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario, se le encargaba que manifestase á S. M. y á sus Ministros el afecto y amistad de España en justa correspondencia á las pruebas que de él se habían recibido; que le dijese igualmente que en el tratado de………
(1) Estas copas eran unos cuartos abovedados que se colocaban en los
jardines, ya en medio de ellos, ya adosdos á sus paredes. Unos estaban
abiertos, otros tenían sus puertas para cerrarse y formaban habitaciones
en que el Rey, como las demás personas que las usaban, solían pasar
mucha parte del día. La de caoba tenía 2 r palmos en cuadro, con sus
vidrieras, cortinas y cama; las otras tres, de madera común pintada de
verde, eran algo más pequeñas y sólo tenían las vidrieras y una puerta.
(2) Apéndice núm. 2.
………1780 se había comprometido España á facilitar á Marruecos algunos barcos tripulados por españoles para hacer el comercio, y que si no se le habían entregado era porque Mohammed no los había pedido, quizás por haber cambiado de modo de pensar; que por las condiciones especiales del país y la inestabilidad de las disposiciones que en el mismo se dictaban, no se había insistido mucho en entablar relaciones comerciales; pero que era tan favorable para hacerlo la proximidad de ambas naciones, que si el Rey moderara los derechos de anclaje y de aduanas y se comprometiera á darles fijeza, convendría tratar de ello, marchando de acuerdo con Salmón, cuya reconocida experiencia é inteligencia en los asuntos marroquíes había movido ai Rey á nombrarlo Secretariode Salinas, encargándole al mismo tiempo de llevar las cuentas de los gastos; que distribuyese los regalos de acuerdo con Salmón, llevando el personal que éste le indicase y siguiendo sus consejos en el modo de proceder en Marruecos, como práctico que es en los usos y costumbres del país; Salmón, según frase del Ministro, cuidaría de todo ello y daría á Salinas «todas las luces necesarias para su comisión». Por último, se le encargaba que delante del Soberano, especialmente, tratase con deferencia al P. Fr. Cristóbal Ríos, sucesor de Boltas, para que el Monarca marroquí lo apreciase y distinguiese y se le facilitase así el desempeño del cometido que dicho misionero tenía, y que sin perjuicio de enterar á éste de lo principal, tratara todo detenidamente con Salmón, al que dejaría sus papeles cuando terminara, puesto que él había de proseguir los negocios.
De acuerdo Salinas y Salmón, determinaron las personas que habían de acompañarles formando parte de la Embajada, que fueron D, Juan Felipe Madariaga, Conde de Torre Alegre, capitán de Milicias y Maestrante de Sevilla; D. Ventura Morales, capitán de Dragones de Pavía; D. Joaquín de Melgarejo, alférez del mismo y caballero de Santiago; D. Pedro Grimarest, subteniente del regimiento de Asturias; D. Fernando Lozano Gaytán, teniente del regimiento de Aragón, caballero de Calatrava (enviado expresamente por Floridablanca); el cadete del Fijo de Ceuta D. Melchor Taboada (secretario particular del Ministro); el cirujano del regimiento de la Princesa D. Francisco Vila, los intérpretes D. José de la Cruz y D. Fernando Navarro, seis músicos del regimiento Dragones de Pavía y los maestros carpinteros Bernardo Preppí y Bernardo Maggio que habían de armar algunos de los regalos; regresaba á Marruecos con el Embajador el pintor genovés Jácome Crocco al servicio del Rey (que había venido para inspeccionar y dirigir las copas, puertas y ventanas que antes mencionamos) y el español Manuel Charcos y tres moros que con él vinieron, y completaba el personal la servidumbre; un mayordomo, dos ayudas de cámara, dos cocineros dos reposteros, dos lacayos, cuatro criados de la comitiva y dos criados moros del Cónsul, hasta constituir un total de cincuenta y una personas.
Embarcó Salinas el 25 de Abril en Cádiz, en la fragata Santa Lucía, al mando del brigadier D. Vicente Tofiño de San Miguel (i), que levó anclas á las cinco de la mañana del 2/, convoyada por el bergantín El Vivo (empleado por Tofiño para sus trabajos hidrográficos), en el que iban los regalos, 12 argelinos viejos que trabajaban en el arsenal ele Cartagena, á los que se dio libertad, sabiendo cuánto estimaba Sidí Mohammed semejantes rasgos, y uno más, subdito marroquí, esclavo de un caballero gaditano, al que su dueño dio graciosamente libertad con el mismo objeto; llegó el día l.°, á la una d'e la tarde, á Mogador, y llamó poderosamente la atención de los moros lo muy adentro que fondeó, pues llegó á punto donde no había anclado ningún barco de su porte; la pericia de Tofiño, y un plano de la bahía hecho por D. Jorge Juan, permitieron aquel alarde de habilidad.
Fué Salinas cumplimentado inmediatamente por el P. Fr. Cristóbal Ríos y los demás de la Misión, el capitán del Puerto y algunos oficiales en nombre del gobernador y del alcaide Taher……….
(i) Trataron Salinas y Tofiño de los honores que los barcos debían hacer al primero, y de Real orden se resolvió que en los puertns de Marruecos fuesen los que correspondían á un Embajador, ya que los moros no estimaban más que dos categorías en los representantes extranjeros: Cónsul y Embajador; y en los puertos de España los señalados á un Ministro Plenipotenciario.
………..fénix, uno de los favoritos del Rey, nombrado por éste para recibirlo y acompañarlo, atención á la que él correspondió enviando á su vez á tierra al Conde de Torre Alegre para saludar á las autoridades y tomar su venia para desembarcar.
Accedieron los marroquíes manifestando que, aun cuando tenían orden de su auio de que el desembarco se hiciera con la mayo1" ostentación, también la tenían de darle gusto en todo, y comprendían que el mejor beneficio que podían hacerle era que tomase tierra por lo mucho que el mareo lemolestaba, y, en efecto, aquella misma tarde á las cinco desembarcó con extraordinaria dificultad y peligro, recibiéndolo la guarnición formada,
toda la colonia europea, el gobernador, los alcaides Taher Fénix y Yudar y numeroso vecindario.
El 2 y el 3 se desembarcó todos los regalos, auxiliando la operación con sus escasos medios los marroquíes, para lo cual suspendieron el auxilio que prestaban al alijo de unos cañones que para el Rey llevaba un agente inglés, con gran disgusto de éste, que fué por cierto el único europeo que no acudió al muelle á recibir al Embajador, y el 4, en vista del fuerte temporal que se dejaba sentir, dispuso Salinas, á propuesta de Tofiño, que los barcos marchasen á España, donde oportunamente les avisaría la fecha en que habían de ir á recogerlo.
Salinas aceptó la casa que le tenían preparada las autoridades marroquíe, á pesar de que el Cónsul de Genova le había dispuesto alojamiento en la suya, que era mejor, y acertó en proceder de aquella manera, pues á los pocos días se recibió orden del Rey disponiendo que si se hallaba en casa del Cónsul, saliera éste de ella, dejando solo á Salinas, porque los Embajadores de España habían vivido siempre solos; ridicula idea que le imbuyeron sus ministros, y que él llevó á la práctica con su acostumbrado despotismo.
Solicitó Salinas del Monarca marroquí permiso para trasladarse á su corte, y habiendo llegado el portador de su carta al mismo tiempo que otros seis, en ocasión en que Sidi Mohammed estaba en audiencia pública, prefirió la del Embajador español á todas las demás, y tomándola por sí mismo de manos del correo prorrumpió en alabanzas al Rey de España, é inmediatamente ordenó que se escribiese á Salinas que aguardase en Mogador su aviso, y á las autoridades de este puerto que atendiesen y obsequiasen espléndidamente á la Embajada y á los barcos, «no permitiendo que persona alguna de aquella gastase un blanquillo» y en cumplimiento de esta disposición, además de 10 vacas, 50 carneros, 500 gallinas, 2.000 panes, I.OOO huevos, 20 cargas de verdura, 10 de carbón y 10 de leña que se entregó á las dotaciones el día que llegaron, se señaló la muña diaria de 1.500 panes, 300 libras de carne, 10 cargas de verdura, 10 de leña, 80 libras de aceite, loo de manteca fresca y un quintal de pasas y almendras, que no llegó á facilitárseles por haberse dado á la vela los barcos.
Taher Fénix salió el 14 de Mayo acompañando al agente inglés de que antes hemos hecho mención, y el 18 llegó Sidi Abd-Allah Arraxamani, suegro del Rey, que había de sustituirlo en el cometido de acompañar al Embajador español y de hacer los preparativos para el viaje.
Trabajo costó reunir los hombres, camellos y mulos que habían de transportar los regalos, y no es esto de extrañar teniendo en cuenta que las copas, ventanas y litera iban en 203 cajones, y en 155 l ° s demás regalos, y que algunos de aquellos eran tan voluminosos que, no pudíendo ser conducidos á lomo, exigían forzosamente que los transportasen á hombros; dispuso, pues, Sidi Abd-Allah que cada provincia aprontase 800 hombres para auxiliar el paso del convoy por su territorio, y el 30 emprendió la marcha con la Embajada, escoltada por 100 soldados de infantería y 60 jinetes.
Irritóse profundamente Sidi Mohammed al enterarse de que se empleaba á sus subditos como bestias de carga, y escribió á su suegro maldiciendo al que lo había dispuesto y expresando sus deseos «de que el diablo se lo llevase»; ordenó que los cajones quedasen en el camino hasta ver si había otro medio de llevarlos, é impuso una fuerte multa á Sidi Abd-Alian; pero más adelante, convencido de que no había otra manera de transportar aquellos pesados bultos, lo perdonó, y aun dispuso que se aumentase el número de hombres para que no se retrasara indefinidamente la llegada á la corte de aquella parte del regalo. El 4 de Junio hizo la Embajada su entrada en Marruecos, donde se hallaba el Monarca, saliendo hasta media legua de distancia á recibirla numerosa tropa de infantería y caballería con 28 vistosos estandartes de seda, todos los ministros y favoritos, el príncipe de Arabia, destronado, Muley Me-Kagüí y un inmenso gentío (más de 50.000 personas, según algunos testigos); al llegar á las puertas de la ciudad hicieron descargas y desfilaron las tropas delante del Embajador, y éste se dirigió al alojamiento que se le tenía reservado en los jardines de Chinen de la Alafia, donde fué inmediatamente cumplimentado por Sidi Mohammed Ben-Hamet, Bajá de Duquela y gran visir ó primer ministro, quien le manifestó que para distinguirlo más y tenerlo más cerca, lo había colocado allí (i) su amo, y no en el sitio de costumbre, y que de antemano tenía concedido cuanto pidiera, y por el genovés Chiape, que entendía en los Negocios extranjeros, y le hizo análogas manifestaciones, añadiendo que estaría mejor en los jardines, pues el palacio estaba lleno de alacranes.
Al día siguiente tuvieron una entrevista Salinas, Salmón y el intérprete con el bajá de Duquela, el Effendi, Taher Fénix y Abd-Allah Arraxamani, los cuales, después de reiterar sus demostraciones de amistad, le pidieron de parte de su amo una embarcación mercante para llevar á Constantinopla á Ben Otonian con un regalo para el Gran Señor, á fin de que éste obligase á Argel á hacer la paz con España, procediendo así, porque el Bey había escrito á Sidi Mohammed que no interviniese, pues quería hacer él directamente la paz con España, á la que pensaba pedir dos moros y algún dinero por cada español cautivo; Sidi Mohammed, por conducto de sus ministros, empeñaba su real palabra de que no consentiría esto, sino que el canje había de ser hombre por hombre. Insinuaron después que su amo deseaba que se suspendiesen los preparativos de la expedición contra Argel.
1) Sólo D. Jorge Juan, según parece, mereció tal distinción.
Ofreció Salinas el barco, y en cuanto á los negocios de Argel manifestó que no estaba enterado de ellos y que escribiría á la corte; pero como al otro día le dijese Taher Fénix que el barco pedido había de ser español, de guerra y de porte de 40 á 60 cañones, le contestó que no se atrevía á ofrecerlo en absoluto y que lo pondría en conocimiento del Rey, oferta con la cual se conformó el marroquí.
Este mismo día ó, por la mañana, á pesar de sufrir el Monarca una fluxión á los ojos, recibió á Salinas á caballo, no en el patio del Mechuar ó de las Audiencias, sino en otro más lejos de su Palacio y más próximo al sitio en que el Embajador se encontraba acampado, para que pasase menos sol; díjole públicamente que prefería España á todas las demás naciones, que le habían dicho que no estaba muy adelantada en cuestiones de marina, pero que él creía que no era verdad, pues la fragata quede habían arreglado en Cádiz le gustaba más que la que le habían compuesto los ingleses, repitió que tenía concedido Salinas cuanto pidiera, examinó con mucho agrado las 64 cajas de regalos que le presentaron (i) y se retiró llevando en la mano el reloj que el Embajador le entregó al mismo tiempo que las credenciales, reloj que le gustó tanto, que dijo á sus allegados que sólo el poderoso Rey de España podía haberle regalado una alhaja tan hermosa; al día siguiente visitó el Embajador á Muley Hacen, único hijo del Rey que se hallaba en la corte.
Un incidente había ocurrido poco antes, que se temió que pudiera entorpecer las negociaciones.
En los primeros días de Abril llegó á Cádiz, procedente de Mogador, el bergantín español La Santísima Trinidad, conduciendo, entre otros pasajeros, tres hebreos, Abraham Benatal, Salomón Bambir y Abraham Ben Amar, que se dirigían á Marsella con pasaporte de Sidi Mohammed, los cuales solicitaron permiso para bajar á tierra; hizo la Inquisición averiguaciones para resolver si se les podía permitir ó no, y creyendo que trataban de…………..
(1) Las que venían á hombros no habían aún llegado en esta fecha, á pesar de haber salido de Mogador el 23 de Mayo.
……………….establecer un comercio en España, ordenó que fueran detenidos, arrestándolos á bordo del barco en que venían y llevándolos á la cárcel del Santo Oñcio, donde continuaban cuando Salinas salió de Cádiz; pero poco después fueron puestos en libertad, y aquel, diligentemente avisado, pudo hacerlo público y desmentir los rumores de que habían sido quemados.
El 9 tuvo lugar la segunda conferencia, y en ella presentó Salinas sus proposiciones á los ministros marroquíes, consiguiendo las rebajas y exenciones que más adelante detallaremos, así como el permiso para que el brigadier Tofi.no levantara el plano de las costas y para quedos misioneros vendiesen una casa de su propiedad en Tetuán para construir otra en Tánger, orden de quitar los cañones á los fronterizos de Melilla y el Peñón, autorización para corresponder á su fuego de fusilería con el nuestro y entrega de seis canarios cautivados en Cabo Nun en 1784 y rescatados por Sidi Mohammed y de siete desertores de nuestros presidios. Pidió también Salinas la rebaja de 2 por 100 en los derechos que se exigían en Mogador, y le fué concedido, pero dándole carácter de generalidad para todas las naciones, á fin de evitar los celos de éstas, y los marroquíes establecieron también que los derechos de anclaje en el mismo puerto, que eran 73 duros para toda clase de embarcaciones, se fijaran en IOO, concediendo, en cambio, que cada una de ellas pudiera extraer libre de derechos nueve vacas, nueve carneros, nueve millares de huevos, nueve docenas de gallinas y, en general, el mismo número de cada uno de los artículos considerados como refrescos. Solicitó, por último, Salinas la exención de derechos para la extracción de granos, y se le ofreció de palabra que se le concedería cada vez que lo pidiera, concesión de la mayor importancia, pues cada fanega pagaba de 20 á 30 reales de derechos.
Terminada la conferencia con los ministros, que tuvo lugar en una de las copas que en sus jardines tenía Sidi Mohammed, recibió éste en otra de aquellas á Salinas y sus acompañantes, con los que se mostró muy expresivo, entreteniéndose en discreteos, casi todos relativos á religión con él y con el P. Ríos, y habiendo preguntado al Embajador si quería algo más de lo concedido por los ministros, le pidió aquél la libertad de un bergantín, americano y de sus nueve tripulantes apresados por los marroquíes, á lo que
accedió inmediatamente, añadiendo que quería que la paz entre él y los Estados Unidos se hiciera por mediación de Epaña. La gestión de referencia se hizo á petición del representante de aquella República en Madrid.
Trató el Embajador de formalizar lo convenido con los ministros marroquíes, y, al efecto, extendió el documento que á continuación insertamos:
«GRACIAS A DIOS TODO PODEROSO
Nuevo Tratado de Comercio entre los muy altos y poderosos Príncipes D. Carlos III Rey de España y de las Indias y Sidi Mohammed~Ben Abd-Allah Ben Ismail, Rey de Marruecos, de Fez y del Sus, etc., siendo las partes contratantes, por S. M. C. su Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario el Sr. D. Francisco Salinas y Moñino, Caballero Comendador de Barra de la Orden de Santiago y Teniente Coronel del regimiento de Dragones de Pavía, y por la de S. M. M. el Excmo. Sr. Mohammed Ben Hamet, su Ministro de Estado y Bajá de la provincia de Duquela.
Descanso.......
Juan Ant. Cabrera Campos - cabo Jerez - Smara.
Algunos vasos grandes y medianos, jarros y tazas de cristal de
primera …………………………………………………………………………………………….……..........1.000
2 relojes de sobremesa, de algún gusto exterior …………………………................. 4.000
Uno de repetición, de gusto y precio……………………………………. ...................... 1.000
Otro ídem, menos costoso……………………………………………….............................. 800
Seis ídem, comunes………………………………………………………..............................1.000
Dos frasqueritas con aguas destiladas, de poleo, hinojo y canela,
sin que tengan espíritu ni licor……………………………………………............................500
500 arrobas de cochinilla, á 75 pesos fuertes una…………………….................... 37.500
Esta relación, sin valorar, está autorizada por el Conde de FJorídablanca en El Pardo á 27 de Febrero; todos los efectos que en ella se incluyen fueron comprados en Cádiz, menos los paños de Segovia y de las Reales fábricas y los juegos de café, té y chocolate, que se adquirieron en Madrid por no parecer bastante suntuosos los que en aquella capital se encontraron. Formaban también parte del regalo, y ciertamente la más pesada y voluminosa, cuatro copas ( i ) (de caoba una, de pino tres), 48 ventanas de caoba, una litera de camino y otros efectos que el Monarca había mandado construir por su cuenta en España y que desde un principio se había acordado regalarle. Hechos ya todos los preparativos, diéronse á Salinas las instrucciones (2) á que había de ajustar -su conducta; en ellas, después de expresar el objeto de la Embajada, se le nombraba. Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario, se le encargaba que manifestase á S. M. y á sus Ministros el afecto y amistad de España en justa correspondencia á las pruebas que de él se habían recibido; que le dijese igualmente que en el tratado de………
(1) Estas copas eran unos cuartos abovedados que se colocaban en los
jardines, ya en medio de ellos, ya adosdos á sus paredes. Unos estaban
abiertos, otros tenían sus puertas para cerrarse y formaban habitaciones
en que el Rey, como las demás personas que las usaban, solían pasar
mucha parte del día. La de caoba tenía 2 r palmos en cuadro, con sus
vidrieras, cortinas y cama; las otras tres, de madera común pintada de
verde, eran algo más pequeñas y sólo tenían las vidrieras y una puerta.
(2) Apéndice núm. 2.
………1780 se había comprometido España á facilitar á Marruecos algunos barcos tripulados por españoles para hacer el comercio, y que si no se le habían entregado era porque Mohammed no los había pedido, quizás por haber cambiado de modo de pensar; que por las condiciones especiales del país y la inestabilidad de las disposiciones que en el mismo se dictaban, no se había insistido mucho en entablar relaciones comerciales; pero que era tan favorable para hacerlo la proximidad de ambas naciones, que si el Rey moderara los derechos de anclaje y de aduanas y se comprometiera á darles fijeza, convendría tratar de ello, marchando de acuerdo con Salmón, cuya reconocida experiencia é inteligencia en los asuntos marroquíes había movido ai Rey á nombrarlo Secretariode Salinas, encargándole al mismo tiempo de llevar las cuentas de los gastos; que distribuyese los regalos de acuerdo con Salmón, llevando el personal que éste le indicase y siguiendo sus consejos en el modo de proceder en Marruecos, como práctico que es en los usos y costumbres del país; Salmón, según frase del Ministro, cuidaría de todo ello y daría á Salinas «todas las luces necesarias para su comisión». Por último, se le encargaba que delante del Soberano, especialmente, tratase con deferencia al P. Fr. Cristóbal Ríos, sucesor de Boltas, para que el Monarca marroquí lo apreciase y distinguiese y se le facilitase así el desempeño del cometido que dicho misionero tenía, y que sin perjuicio de enterar á éste de lo principal, tratara todo detenidamente con Salmón, al que dejaría sus papeles cuando terminara, puesto que él había de proseguir los negocios.
De acuerdo Salinas y Salmón, determinaron las personas que habían de acompañarles formando parte de la Embajada, que fueron D, Juan Felipe Madariaga, Conde de Torre Alegre, capitán de Milicias y Maestrante de Sevilla; D. Ventura Morales, capitán de Dragones de Pavía; D. Joaquín de Melgarejo, alférez del mismo y caballero de Santiago; D. Pedro Grimarest, subteniente del regimiento de Asturias; D. Fernando Lozano Gaytán, teniente del regimiento de Aragón, caballero de Calatrava (enviado expresamente por Floridablanca); el cadete del Fijo de Ceuta D. Melchor Taboada (secretario particular del Ministro); el cirujano del regimiento de la Princesa D. Francisco Vila, los intérpretes D. José de la Cruz y D. Fernando Navarro, seis músicos del regimiento Dragones de Pavía y los maestros carpinteros Bernardo Preppí y Bernardo Maggio que habían de armar algunos de los regalos; regresaba á Marruecos con el Embajador el pintor genovés Jácome Crocco al servicio del Rey (que había venido para inspeccionar y dirigir las copas, puertas y ventanas que antes mencionamos) y el español Manuel Charcos y tres moros que con él vinieron, y completaba el personal la servidumbre; un mayordomo, dos ayudas de cámara, dos cocineros dos reposteros, dos lacayos, cuatro criados de la comitiva y dos criados moros del Cónsul, hasta constituir un total de cincuenta y una personas.
Embarcó Salinas el 25 de Abril en Cádiz, en la fragata Santa Lucía, al mando del brigadier D. Vicente Tofiño de San Miguel (i), que levó anclas á las cinco de la mañana del 2/, convoyada por el bergantín El Vivo (empleado por Tofiño para sus trabajos hidrográficos), en el que iban los regalos, 12 argelinos viejos que trabajaban en el arsenal ele Cartagena, á los que se dio libertad, sabiendo cuánto estimaba Sidí Mohammed semejantes rasgos, y uno más, subdito marroquí, esclavo de un caballero gaditano, al que su dueño dio graciosamente libertad con el mismo objeto; llegó el día l.°, á la una d'e la tarde, á Mogador, y llamó poderosamente la atención de los moros lo muy adentro que fondeó, pues llegó á punto donde no había anclado ningún barco de su porte; la pericia de Tofiño, y un plano de la bahía hecho por D. Jorge Juan, permitieron aquel alarde de habilidad.
Fué Salinas cumplimentado inmediatamente por el P. Fr. Cristóbal Ríos y los demás de la Misión, el capitán del Puerto y algunos oficiales en nombre del gobernador y del alcaide Taher……….
(i) Trataron Salinas y Tofiño de los honores que los barcos debían hacer al primero, y de Real orden se resolvió que en los puertns de Marruecos fuesen los que correspondían á un Embajador, ya que los moros no estimaban más que dos categorías en los representantes extranjeros: Cónsul y Embajador; y en los puertos de España los señalados á un Ministro Plenipotenciario.
………..fénix, uno de los favoritos del Rey, nombrado por éste para recibirlo y acompañarlo, atención á la que él correspondió enviando á su vez á tierra al Conde de Torre Alegre para saludar á las autoridades y tomar su venia para desembarcar.
Accedieron los marroquíes manifestando que, aun cuando tenían orden de su auio de que el desembarco se hiciera con la mayo1" ostentación, también la tenían de darle gusto en todo, y comprendían que el mejor beneficio que podían hacerle era que tomase tierra por lo mucho que el mareo lemolestaba, y, en efecto, aquella misma tarde á las cinco desembarcó con extraordinaria dificultad y peligro, recibiéndolo la guarnición formada,
toda la colonia europea, el gobernador, los alcaides Taher Fénix y Yudar y numeroso vecindario.
El 2 y el 3 se desembarcó todos los regalos, auxiliando la operación con sus escasos medios los marroquíes, para lo cual suspendieron el auxilio que prestaban al alijo de unos cañones que para el Rey llevaba un agente inglés, con gran disgusto de éste, que fué por cierto el único europeo que no acudió al muelle á recibir al Embajador, y el 4, en vista del fuerte temporal que se dejaba sentir, dispuso Salinas, á propuesta de Tofiño, que los barcos marchasen á España, donde oportunamente les avisaría la fecha en que habían de ir á recogerlo.
Salinas aceptó la casa que le tenían preparada las autoridades marroquíe, á pesar de que el Cónsul de Genova le había dispuesto alojamiento en la suya, que era mejor, y acertó en proceder de aquella manera, pues á los pocos días se recibió orden del Rey disponiendo que si se hallaba en casa del Cónsul, saliera éste de ella, dejando solo á Salinas, porque los Embajadores de España habían vivido siempre solos; ridicula idea que le imbuyeron sus ministros, y que él llevó á la práctica con su acostumbrado despotismo.
Solicitó Salinas del Monarca marroquí permiso para trasladarse á su corte, y habiendo llegado el portador de su carta al mismo tiempo que otros seis, en ocasión en que Sidi Mohammed estaba en audiencia pública, prefirió la del Embajador español á todas las demás, y tomándola por sí mismo de manos del correo prorrumpió en alabanzas al Rey de España, é inmediatamente ordenó que se escribiese á Salinas que aguardase en Mogador su aviso, y á las autoridades de este puerto que atendiesen y obsequiasen espléndidamente á la Embajada y á los barcos, «no permitiendo que persona alguna de aquella gastase un blanquillo» y en cumplimiento de esta disposición, además de 10 vacas, 50 carneros, 500 gallinas, 2.000 panes, I.OOO huevos, 20 cargas de verdura, 10 de carbón y 10 de leña que se entregó á las dotaciones el día que llegaron, se señaló la muña diaria de 1.500 panes, 300 libras de carne, 10 cargas de verdura, 10 de leña, 80 libras de aceite, loo de manteca fresca y un quintal de pasas y almendras, que no llegó á facilitárseles por haberse dado á la vela los barcos.
Taher Fénix salió el 14 de Mayo acompañando al agente inglés de que antes hemos hecho mención, y el 18 llegó Sidi Abd-Allah Arraxamani, suegro del Rey, que había de sustituirlo en el cometido de acompañar al Embajador español y de hacer los preparativos para el viaje.
Trabajo costó reunir los hombres, camellos y mulos que habían de transportar los regalos, y no es esto de extrañar teniendo en cuenta que las copas, ventanas y litera iban en 203 cajones, y en 155 l ° s demás regalos, y que algunos de aquellos eran tan voluminosos que, no pudíendo ser conducidos á lomo, exigían forzosamente que los transportasen á hombros; dispuso, pues, Sidi Abd-Allah que cada provincia aprontase 800 hombres para auxiliar el paso del convoy por su territorio, y el 30 emprendió la marcha con la Embajada, escoltada por 100 soldados de infantería y 60 jinetes.
Irritóse profundamente Sidi Mohammed al enterarse de que se empleaba á sus subditos como bestias de carga, y escribió á su suegro maldiciendo al que lo había dispuesto y expresando sus deseos «de que el diablo se lo llevase»; ordenó que los cajones quedasen en el camino hasta ver si había otro medio de llevarlos, é impuso una fuerte multa á Sidi Abd-Alian; pero más adelante, convencido de que no había otra manera de transportar aquellos pesados bultos, lo perdonó, y aun dispuso que se aumentase el número de hombres para que no se retrasara indefinidamente la llegada á la corte de aquella parte del regalo. El 4 de Junio hizo la Embajada su entrada en Marruecos, donde se hallaba el Monarca, saliendo hasta media legua de distancia á recibirla numerosa tropa de infantería y caballería con 28 vistosos estandartes de seda, todos los ministros y favoritos, el príncipe de Arabia, destronado, Muley Me-Kagüí y un inmenso gentío (más de 50.000 personas, según algunos testigos); al llegar á las puertas de la ciudad hicieron descargas y desfilaron las tropas delante del Embajador, y éste se dirigió al alojamiento que se le tenía reservado en los jardines de Chinen de la Alafia, donde fué inmediatamente cumplimentado por Sidi Mohammed Ben-Hamet, Bajá de Duquela y gran visir ó primer ministro, quien le manifestó que para distinguirlo más y tenerlo más cerca, lo había colocado allí (i) su amo, y no en el sitio de costumbre, y que de antemano tenía concedido cuanto pidiera, y por el genovés Chiape, que entendía en los Negocios extranjeros, y le hizo análogas manifestaciones, añadiendo que estaría mejor en los jardines, pues el palacio estaba lleno de alacranes.
Al día siguiente tuvieron una entrevista Salinas, Salmón y el intérprete con el bajá de Duquela, el Effendi, Taher Fénix y Abd-Allah Arraxamani, los cuales, después de reiterar sus demostraciones de amistad, le pidieron de parte de su amo una embarcación mercante para llevar á Constantinopla á Ben Otonian con un regalo para el Gran Señor, á fin de que éste obligase á Argel á hacer la paz con España, procediendo así, porque el Bey había escrito á Sidi Mohammed que no interviniese, pues quería hacer él directamente la paz con España, á la que pensaba pedir dos moros y algún dinero por cada español cautivo; Sidi Mohammed, por conducto de sus ministros, empeñaba su real palabra de que no consentiría esto, sino que el canje había de ser hombre por hombre. Insinuaron después que su amo deseaba que se suspendiesen los preparativos de la expedición contra Argel.
1) Sólo D. Jorge Juan, según parece, mereció tal distinción.
Ofreció Salinas el barco, y en cuanto á los negocios de Argel manifestó que no estaba enterado de ellos y que escribiría á la corte; pero como al otro día le dijese Taher Fénix que el barco pedido había de ser español, de guerra y de porte de 40 á 60 cañones, le contestó que no se atrevía á ofrecerlo en absoluto y que lo pondría en conocimiento del Rey, oferta con la cual se conformó el marroquí.
Este mismo día ó, por la mañana, á pesar de sufrir el Monarca una fluxión á los ojos, recibió á Salinas á caballo, no en el patio del Mechuar ó de las Audiencias, sino en otro más lejos de su Palacio y más próximo al sitio en que el Embajador se encontraba acampado, para que pasase menos sol; díjole públicamente que prefería España á todas las demás naciones, que le habían dicho que no estaba muy adelantada en cuestiones de marina, pero que él creía que no era verdad, pues la fragata quede habían arreglado en Cádiz le gustaba más que la que le habían compuesto los ingleses, repitió que tenía concedido Salinas cuanto pidiera, examinó con mucho agrado las 64 cajas de regalos que le presentaron (i) y se retiró llevando en la mano el reloj que el Embajador le entregó al mismo tiempo que las credenciales, reloj que le gustó tanto, que dijo á sus allegados que sólo el poderoso Rey de España podía haberle regalado una alhaja tan hermosa; al día siguiente visitó el Embajador á Muley Hacen, único hijo del Rey que se hallaba en la corte.
Un incidente había ocurrido poco antes, que se temió que pudiera entorpecer las negociaciones.
En los primeros días de Abril llegó á Cádiz, procedente de Mogador, el bergantín español La Santísima Trinidad, conduciendo, entre otros pasajeros, tres hebreos, Abraham Benatal, Salomón Bambir y Abraham Ben Amar, que se dirigían á Marsella con pasaporte de Sidi Mohammed, los cuales solicitaron permiso para bajar á tierra; hizo la Inquisición averiguaciones para resolver si se les podía permitir ó no, y creyendo que trataban de…………..
(1) Las que venían á hombros no habían aún llegado en esta fecha, á pesar de haber salido de Mogador el 23 de Mayo.
……………….establecer un comercio en España, ordenó que fueran detenidos, arrestándolos á bordo del barco en que venían y llevándolos á la cárcel del Santo Oñcio, donde continuaban cuando Salinas salió de Cádiz; pero poco después fueron puestos en libertad, y aquel, diligentemente avisado, pudo hacerlo público y desmentir los rumores de que habían sido quemados.
El 9 tuvo lugar la segunda conferencia, y en ella presentó Salinas sus proposiciones á los ministros marroquíes, consiguiendo las rebajas y exenciones que más adelante detallaremos, así como el permiso para que el brigadier Tofi.no levantara el plano de las costas y para quedos misioneros vendiesen una casa de su propiedad en Tetuán para construir otra en Tánger, orden de quitar los cañones á los fronterizos de Melilla y el Peñón, autorización para corresponder á su fuego de fusilería con el nuestro y entrega de seis canarios cautivados en Cabo Nun en 1784 y rescatados por Sidi Mohammed y de siete desertores de nuestros presidios. Pidió también Salinas la rebaja de 2 por 100 en los derechos que se exigían en Mogador, y le fué concedido, pero dándole carácter de generalidad para todas las naciones, á fin de evitar los celos de éstas, y los marroquíes establecieron también que los derechos de anclaje en el mismo puerto, que eran 73 duros para toda clase de embarcaciones, se fijaran en IOO, concediendo, en cambio, que cada una de ellas pudiera extraer libre de derechos nueve vacas, nueve carneros, nueve millares de huevos, nueve docenas de gallinas y, en general, el mismo número de cada uno de los artículos considerados como refrescos. Solicitó, por último, Salinas la exención de derechos para la extracción de granos, y se le ofreció de palabra que se le concedería cada vez que lo pidiera, concesión de la mayor importancia, pues cada fanega pagaba de 20 á 30 reales de derechos.
Terminada la conferencia con los ministros, que tuvo lugar en una de las copas que en sus jardines tenía Sidi Mohammed, recibió éste en otra de aquellas á Salinas y sus acompañantes, con los que se mostró muy expresivo, entreteniéndose en discreteos, casi todos relativos á religión con él y con el P. Ríos, y habiendo preguntado al Embajador si quería algo más de lo concedido por los ministros, le pidió aquél la libertad de un bergantín, americano y de sus nueve tripulantes apresados por los marroquíes, á lo que
accedió inmediatamente, añadiendo que quería que la paz entre él y los Estados Unidos se hiciera por mediación de Epaña. La gestión de referencia se hizo á petición del representante de aquella República en Madrid.
Trató el Embajador de formalizar lo convenido con los ministros marroquíes, y, al efecto, extendió el documento que á continuación insertamos:
«GRACIAS A DIOS TODO PODEROSO
Nuevo Tratado de Comercio entre los muy altos y poderosos Príncipes D. Carlos III Rey de España y de las Indias y Sidi Mohammed~Ben Abd-Allah Ben Ismail, Rey de Marruecos, de Fez y del Sus, etc., siendo las partes contratantes, por S. M. C. su Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario el Sr. D. Francisco Salinas y Moñino, Caballero Comendador de Barra de la Orden de Santiago y Teniente Coronel del regimiento de Dragones de Pavía, y por la de S. M. M. el Excmo. Sr. Mohammed Ben Hamet, su Ministro de Estado y Bajá de la provincia de Duquela.
Descanso.......
Juan Ant. Cabrera Campos - cabo Jerez - Smara.