La Profesión Militar

[Román Martínez del Cerro]

Amigo Domingo, yo siempre he defendido la profesionalidad de los ejércitos. En aquellos momentos, después y en la actualidad. Puede que esté equivocado, pero, al día de hoy, la sigo defendiendo. Por pura racionalidad, pienso que cada uno debe hacer lo que está mejor dotado para realizar. Una premisa importante es tener vocación. ¿Te imaginas que toda la población tuviésemos que ser obligatoriamente médicos, o enfermeros? Eso no significa que no sea una profesión digna y necesaria para la sociedad. Pero lo racional y lógico es que sean los que tengan vocación y cualidades, los que desempeñen esa función. Como este, te puedo poner todos los ejemplos que quieras. En los ejércitos, pienso, que ocurre lo mismo. Es una profesión necesaria y, para mi, debe ser realizada por las personas más capacitadas para ello, en dicha capacitación incluyo la vocación. Este argumento lo he defendido, antes de mi servicio militar, durante el mismo y con posterioridad. En mi relato: “Sahara, un desierto en mi vida”, incorporado en esta web, con el número 13, el 7 de enero de 2.005, comentaba que antes de mi incorporación, hice todo lo posible para evitarla. Incluso durante mi servicio militar, me dirigí al Presidente, de aquellos años, de las Cortes Españolas, en el mismo sentido. Cuando leo tu afirmación, en una intervención anterior, donde dices: “En aquellos años ninguno cuestionó el servicio militar obligatorio,...”, no dejo de sorprenderme. Si en su lugar hubieras dicho, “A mi no me consta...” ó “Yo no conozco a nadie que en aquellos años cuestionara el servicio militar...” pues pensaría que no tenías información suficiente. Pero decir, como afirmación, lo que dices, tengo que decirte, con todo mi respeto, que vuelves a realizar una afirmación, a mi entender, poco fundamentada.
Yo tengo seis hijos, de ellos tres varones. Ninguno de los tres han tenido vocación militar. Y, yo, en su momento hice lo humana y legalmente posible para que ninguno de ellos realizara el servicio militar. Precisamente por mi convencimiento, que te he expuesto anteriormente. En mi caso, no lo conseguí y, por suerte, si lo conseguí para mis hijos. Pero esto no significa un menosprecio para la profesión militar, todo lo contrario. Tengo una profunda admiración y respeto hacia esta profesión.
Yo me he dedicado, profesionalmente, a temas económicos. Un principio fundamental, en economía, es la máxima rentabilidad de los recursos. Es un error, por ejemplo, sembrar patatas en Andalucía, si las consigues a mitad de precio, por ejemplo en Galicia (ojo que no se si esta afirmación es buena, es solo un ejemplo). Pues no perdamos el tiempo, prestando un servicio militar, para el que posiblemente no estemos dotados o no tenemos vocación y otros lo pueden hacer mucho mejor.
No se si me explico con claridad, pero por esa línea van mis ideas. Por otra parte, me encanta, conocer las ideas de otros. Siempre se aprende con ello.
Me alegré mucho conocerte, en persona, en La Coruña y espero que nos veamos pronto por Sevilla.
Un abrazo, Román

[Domingo Rodriguez D]

Amigo Roman:
Primero decirte de forma muy resumida.-Estoy completamente de acuerdo con lo expuesto en tu escrito.-
Vamos por parte;cuando al hablar con mis hijas o mujer sale el tema del saber de una u otra profesión, siempre les digo.-Hijas en esta vida uno no puede ser astronauta,comandante de submarino,maquinistas de Renfe.Con ello trato no solo que no piensen que el no saber de todo es de torpe, sino ademas que para cada oficio hay un profesional.Este es el punto de encuentro contigo,claro que entiendo el que en nuestra sociedad tan compleja tiene que haber,por que así lo necesitamos,militares, policías, bomberos, médicos o fontaneros.etc.
Hay otro estribillo que de ves en cuando comento.-No hay trabajos indignos sino gentes indignas.-Como ves volvemos a tener puntos de vistas cercanos.
Aquí sí tengo que decir que tendría que haber matizado lo dicho,me refiero a lo de.-Nadie se cuestionaba.-Es completamente cierto que hubo muchachos que a la hora del servicio militar dijeron NO,de una forma tan rotunda, que algunos lo llevaron hasta el punto de preferir la cárcel antes que claudicar de sus ideas.Sinceramente tuvieron dos pelotas,eran unos críos,como nosotros claro,y no temieron las represalias teniendo en cuenta el agravante de que vivíamos en una dictadura militar.
No te preocupes de las patatas que no me importa donde se planten,el caso es que estén en el lugar apropiado.
Creo, como tú, que en la vida militar,como en otros oficios,han de estar aquellos que de verdad sienta que es allí donde darán mas de si,tanto los mandos como la tropa.Son profesionales y por lo tanto se les puede pedir que estén a la altura de lo que de ellos se espera,y ciertamente lo están demostrando.
Aclarado el tema,creo, podríamos volver la vista atrás y decirnos,sin odios ni rencores,¿funcionaban así las cosas hace treinta y seis años?.
Mi afición siempre ha sido la historia,repito, AFICIÓN, nunca nadie me ha dicho .-Lo haces por odio,resentimiento,nostalgia etc.-creo que, al igual que comentaba hace un momento, cada uno debe ser consecuente con sus gusto o aficiones.
Roman sigo estando abierto ha correcciones o discrepancias con lo dicho por mi,ni de lejos creo ser Dios que en nada se confunde, ni Dios que todo lo sabe.Cuando la llamada de atención se hace con firmeza pero con educación y caballerosidad,como tú lo has hecho, muy bruto hay que ser para no rectificar o al meno pensar.
Lo dicho Roman a tu disposición para cualquier duda.Un abrazo Domingo Rodríguez,EL SEVILLA DE P.Y.T

[Román Martínez del Cerro]

Amigo Domingo Rodríguez, poca cosa puedo añadir a tu anterior anotación. Solo manifestar mi satisfacción ya que, con un dialogo entre compañeros, llegamos a conclusiones semejantes. A veces, pienso, que se entienden mal nuestras opiniones y eso da lugar a “piques”. No ha sido así en nuestro caso.
Por otra parte apuntas, con acierto, que no era todo lo mismo anteriormente que en la actualidad. Eso es, bajo mi opinión, evidente. Para mi, en muchas cosas, hemos mejorado y en otras, menos, hemos empeorado. La vida es puro movimiento y por ello, todo cambia. A pesar de los pesimistas, esperemos que los cambios sean para mejor, al menos así lo deseo.
Un abrazo,
Román

[Román Martínez del Cerro]

Amigo Pepe:
Me alegra mucho tu escrito y los temas que planteas. Mira, yo tenía un buen amigo de juventud, y lo sigo teniendo, que mantenía unos ideales parecidos a los que tu planteas. Me decía, más o menos, en la vida hay oficios o trabajos, necesarios para la sociedad, que resultan más desagradables o menos grata su ejecución. Por un sentido de justicia social, estos trabajos deberían ser realizados, obligatoriamente, por todos los miembros de la sociedad. Muy resumidamente este era su planteamiento. Planteamiento que parece razonable desde un punto de vista de justicia social.
Pero, pensemos en un ejemplo extremo. Alejandro Fleming descubrió la “penicilina”, una de las mayores aportaciones al bien de toda la humanidad. Para ello, dedicó toda su vida al estudio y a la investigación. ¿Qué hubiese pasado si este hombre, en lugar de dedicarse a lo que se dedicó, hubiese tenido que pasar parte de su vida realizando otros trabajos, de carácter social, pero para los que posiblemente no estuviese tan bien dotado? Al menos, ¿no podremos pensar que estabamos desaprovechando sus cualidades en algo que podría ser realizado por otra persona?
Otro ejemplo, en el BIR yo fui compañero de Santiago Esteva, el mejor nadador español de aquellos años. Se trataba de fomentar el deporte, entre otras cosas, por el ejemplo para las generaciones jóvenes. ¿Es lógico que Santiago Esteva perdiera un año de su carrera como deportista, por cumplir el servicio militar en el Sahara? ¿Podía entrenar debidamente, en las escasas piscinas, por llamarle de esta forma, que existían en el Sahara? ¿Qué ocurrió? Que no ser pudo preparar de forma debida y terminaron con su vida deportiva.
Por ello, yo me inclino, por la máxima económica. Cada uno debe desempeñar la labor para la que está mejor dotado. De aquí la importancia de la igualdad de oportunidades. En esa igualdad de oportunidades, si hay verdadera justicia social. No parece justo, por ejemplo, que un joven que manifiesta buena disposición y tiene capacidad, no pueda desarrollar su vocación, por ejemplo, por motivos económicos.
Por otra parte, la dignidad de cada trabajo lo da la profesionalidad en la forma de desempeñarlo. Y, aquí todos podemos meter el hombro.
Pepe, por otra parte agradezco tus amables palabras, fruto de nuestra amistad. Ya te decía, que con los años que tenemos, tu y yo (bueno tu eres más joven) hemos recibido muchas curas de humildad, para no tener una idea de nuestra “cruda” realidad.
Un abrazo,
Román

[Román Martínez del Cerro]

A nuestro amigo Pepe, El Relaciones y a todos los demás. Sobre una pregunta concreta, si conocí a algún compañero con sífilis, pues te diré que sí. Lógicamente no me parece oportuno dar más detalles, aunque lo recuerdo bien. Le pusieron un fuerte tratamiento con “penicilina” del Dr. Fleming y parece que el tema se solucionó.
Sobre Santiago Esteva, me escribió desde Reus, está o estaba, en una sucursal de la Caixa, en esa ciudad. Le invité a entrar en nuestra página, pero prefería los recuerdos de los viejos amigos más que los “otros” recuerdos. Quedamos en vernos en alguna ocasión, pero Reus está lejos...
Los distintos supuestos posibles, con o sin soldados de reemplazo obligatorios, es algo que nunca podremos conocer con seguridad. Pero por una cuestión de principios, yo prefiero, dentro de lo posible, que los hombres seamos libres. Un año realizando una actividad obligatoriamente, impuesta desde un estado, no me gusta mucho. Hombre, comprendo que no podemos estar haciendo lo que nos de la gana, cuando queramos. Eso sería una anarquía. Pero existen otros procedimientos para estimular hacía una determinada actividad o, lo contrario, disuadir de otras actividades. Pero resulta mucho más grato que sea el propio hombre, en el uso de una libertad madura y razonada, quién marque los derroteros de su vida.
De la vida de Fleming, la verdad no conozco mucho. Ni idea si realizó o no su servicio militar. Y menos si eso le hizo, o no, perder el tiempo.
Otro tema que resulta curioso, es la importancia que tiene la influencia familiar es la vocación de cada uno. En mi caso, no, pero fíjate la cantidad de militares, hijos de otros militares. Bueno, en otras profesiones ocurre lo mismo. Yo creo que esto puede tener dos motivos. Por un lado la importancia del ejemplo paterno o familiar. Por otro, el propio conocimiento mucho mayor, de esa profesión que de otras.
Un abrazo, Román