A mí me llama poderosamente la atención, cuando viajo en coche, que siempre a lo lejos de los pequeños pueblos destacan las torres y los campanarios de sus iglesias. Esto ocurre en España y en buena parte de Europa occidental. Algunas ciudades, por la importancia que tienen o tuvieron, son sus iglesias su principal patrimonio. Fruto, sin duda, de la importancia que tuvo la religiosidad. Un legado que está ahí y muchas veces constituye su mayor riqueza.
Por poner un ejemplo, en Roma, además de San Pedro del Vaticano, existen una magnífica colección de Basílicas e iglesias. Algunas de ellas, bajo tierra como es el caso de las Catacumbas. ¿Nos podríamos imaginar que sería de Roma sin estas iglesias? Por poner ejemplos más cercanos. ¿Qué sería de Sevilla si perdiese su Catedral? O, ¿Santiago de Compostela, León, Burgos, Toledo...y tantas ciudades y pueblos?
Cádiz no es una excepción. Tenemos innumerables iglesias fruto de la religiosidad e importancia de la ciudad. En el caso de Cádiz, unido a que muchas órdenes religiosas tenían en Cádiz sus conventos, como cabeza de puente para la evangelización de América.
Destaca entre la iglesias de Cádiz, su Catedral Nueva. Última de las grandes catedrales de estilo barroco neoclásico. En la foto, vemos la parte alta de la fachada de la Catedral de Cádiz con sus torres.
Saludos, Román